El primer sínodo de la Iglesia se remonta al siglo I, época en la que aun vivían los Apóstoles, como lo narra el libro de los Hechos
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| Antoine Mekary | ALETEIA |
El surgimiento de los sínodos
tiene raíces antiguas y se remonta en espíritu a los primeros días del
cristianismo. La palabra «sínodo» proviene del griego synodos, que
significa «asamblea». De hecho, consiste básicamente en una asamblea de
líderes de la Iglesia que se reúnen para discutir asuntos importantes.
La Enciclopedia
Católica reafirma esta definición, explicando que se trata de «un
término general para las reuniones eclesiásticas bajo autoridad jerárquica,
encaminadas a la discusión y decisión sobre asuntos relacionados con la fe, la
moral o la disciplina».
De esta definición básica se
desprende que el primer sínodo fue lo que muchos llaman el «Concilio de
Jerusalén». Esta reunión de líderes de la Iglesia se relata en el capítulo
15 de los Hechos de los Apóstoles:
Contaron la conversión de los
paganos y dieron gran alegría a todos los hermanos. Cuando llegaron a
Jerusalén, fueron recibidos por la Iglesia, los apóstoles y los ancianos, y les
contaron las maravillas que Dios había hecho a través de ellos. Intervinieron
algunos de los que habían pertenecido al grupo de los fariseos y que habían
abrazado la fe, declarando que era necesario circuncidar a los paganos y
ordenarles observar la Ley de Moisés. Entonces se reunieron los apóstoles y los
ancianos para discutir este asunto».
(Hechos
15,1-6)
Aunque los sínodos de hoy se ven
muy diferentes del primer sínodo en Jerusalén, el espíritu sigue siendo el
mismo.
Philip
Kosloski
Fuente: Aleteia






