16 – Octubre. Lunes de la XXVIII semana del Tiempo Ordinario
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Evangelio según san Lucas 11,
29-32
Estaba la gente apiñándose alrededor de él y se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres
de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la
condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay
uno que es más que Jonás.
Comentario
Una generación perversa
Posiblemente la primera vez que
oímos las palabras de Jesús en el evangelio de hoy, nos chocaron. Parece que se
alejan de tantas palabras que salen de su boca donde lo que predomina es la
bondad.
Podemos decir que van en la línea
de la verdad y él es la Verdad. Y la verdad es que esa generación no hizo caso
a las palabras de Jesús y a su persona ante el gran regalo que les ofrecía.
Jesús no acaba de comprender cómo esta generación no acepta sus palabras, ni
los caminos que les propone… los mejores para conseguir la felicidad, porque
todas las palabras de Jesús, todos sus gestos, toda lo que hizo en la vida… fue
para ayudar a los hombres, para llenarle de luz ante los interrogantes más
fuertes de los hombres… y le rechazan. No es extraño que ante este panorama,
subiendo a Jerusalén, a Jesús se le salten las lágrimas porque queriendo reunir
a su pueblo como una gallina a sus polluelos le han rechazado.
La reina del Sur y los habitantes
de Nínive se levantarán contra esa generación porque hicieron caso a algunos
menores que el Hijo del Hombre, como Salomón y Jonás. Bien sabemos que no todos
los contemporáneos de Jesús pertenecen a esa “generación perversa”. Muchos le
hicieron caso, muchos le siguieron hasta el final, muchos no encontraron a
nadie mejor a que a Él: “¿A quién iríamos?, tú solo tienes palabras de vida
eterna”. También nosotros queremos ser de estos últimos.
Fuente: Dominicos O. P.






