La mártir santa Perpetua de siglo II de la era cristiana tuvo una visión de su hermano en el purgatorio y vio cómo sus oraciones atenuaban su sufrimiento
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| Dominio público |
Santa Perpetua es conocida como una
mártir del siglo II y su relato del martirio se conserva en lo que se llama
La Pasión de los Santos Mártires
Perpetua y Felicidad.
En este relato se incluye una
visión que tuvo de su hermano fallecido, y muchos comentaristas creen que
vio el purgatorio.
«Sin demora, esa misma noche, esto
me fue mostrado en una visión. Vi a Dinócrates salir de un lugar lúgubre,
donde también había varios otros, y estaba reseco y muy sediento, con el rostro
sucio y color pálido, y la herida en el rostro que tenía al morir… Y además, en
el mismo lugar donde estaba Dinócrates, había un estanque lleno de agua,
teniendo su borde más alto que la estatura del niño; Dinócrates se levantó como
para beber y me entristeció que, aunque aquel estanque contenía agua, aún así,
a causa de la altura hasta el borde, él no podía beber. Y yo me enojé y supe
que mi hermano estaba sufriendo. Pero confié en que mi oración ayudaría a su
sufrimiento».
Se cree que el Purgatorio es un
lugar que prepara el alma para el Cielo y varios santos han tenido
visiones similares de un tipo de sufrimiento presente en este lugar.
Orando por las almas del purgatorio
Luego, Santa Perpetua tuvo una visión de seguimiento en la que vio
el fruto de sus oraciones.
«El día que permanecimos en el cepo, tuve la
siguiente visión: Vi el lugar que había visto antes, y a Dinócrates limpio de
cuerpo, bien vestido y aseado, y donde tuvo la herida vi solo una cicatriz, y
la piscina que había visto antes, con la pared disminuida hasta el ombligo del
niño. Éste sacaba de ella agua sin cesar. Sobre el borde del estanque había una
copa de oro llena de agua, y se acercó Dinócrates y empezó a beber de ella. La
copa no se agotaba nunca. Y saciada su sed, se retiró del agua y se puso a
jugar gozoso, a la manera de los niños. Y me desperté. Entonces entendí que mi
hermano ya
no sufría».
Esta visión de la Iglesia primitiva confirma lo que creen los
católicos en lo que respecta al purgatorio y también demuestra que nuestras
oraciones por los familiares fallecidos pueden tener un efecto real.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia






