El Santo Padre lanza un llamamiento en un mensaje para la campaña nacional en Italia contra todas las formas de violencia: nuestro grado de humanidad se revela en cómo tratamos a las mujeres, en todas sus dimensiones
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“Una mala hierba venenosa que aqueja a nuestra sociedad y que hay que
eliminar de raíz”. Así define el Papa Francisco la violencia contra las mujeres
en el mensaje dirigido a los promotores de la iniciativa "Una larga ola
contra la violencia masculina contra las mujeres" organizada por la
emisora italiana Radio1Rai & Cadmi D.I.Re. El Pontífice nos insta a cortar
las raíces culturales y mentales que "crecen en el suelo del prejuicio, la
posesión y la injusticia".
Actuar inmediatamente
El llamamiento es a "no permanecer indiferentes", a "actuar
inmediatamente, a todos los niveles, con determinación, urgencia y
valentía" para dar voz a "nuestras hermanas sin voz". “Nuestro
grado de humanidad se revela en el modo en que tratamos a la mujer”, escribe el
Papa, pensando en tantas mujeres “maltratadas, abusadas, esclavizadas, víctimas
de la arrogancia de quienes creen que pueden disponer de su cuerpo y de su
vida, forzadas a rendirse a la avaricia de los hombres".
Las mujeres consideradas objetos
“En demasiados lugares y en demasiadas situaciones – observa el Pontífice –
las mujeres son relegadas a un segundo plano”, consideradas “inferiores”, como
objetos. Cuando "una persona es reducida a una cosa, ya no se ve su
dignidad", se lee en el mensaje, "se la considera sólo una propiedad
que puede ser utilizada enteramente, hasta el punto de incluso
eliminarla".
Donde hay dominación hay abuso
Francisco subraya el papel ambiguo desempeñado por los medios de
comunicación que, por un lado, favorecen la promoción de las mujeres, pero, por
otro, "transmiten mensajes basados en el hedonismo y el consumismo,
cuyos modelos, masculinos y femeninos, obedecen a criterios de éxito, de
autoafirmación, de competencia, del poder de atraer a otros y dominarlos”. Sin
embargo – observa el Pontífice – “donde hay dominación hay abuso”, mientras que
“el Señor nos quiere libres y con plena dignidad”.
Educar en el respeto
Por eso, según el Papa, es urgente "una acción educativa que, a partir
de la familia, ponga en el centro a la persona con su dignidad" y promueva
"relaciones justas y equilibradas, basadas en el respeto y el
reconocimiento mutuo".
Paolo Ondarza – Ciudad del Vaticano
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