La Iglesia católica enseña la existencia de estos seres espirituales que decidieron separarse de Dios y que desean que los humanos compartan su destino
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| Niklaus Manuel - Public Domain |
Satanás no está solo en su misión de destruir a la humanidad. Lo acompañan
demonios, espíritus malignos cuya misión principal es interrumpir el propósito
de nuestras vidas y alejarnos de Dios.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica:
«La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel caído,
llamado Satán o diablo (cf. Jn 8,44; Ap
12,9). La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por
Dios. «El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una
naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos». La Escritura habla
de un pecado de estos ángeles. Esta «caída» consiste en la elección libre
de estos espíritus creados que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y
su Reino» (CEC 391-392).
El libro de Apocalipsis también muestra que Satanás no estaba solo en su
rebelión contra Dios:
«Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles
combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no
prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran
Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del
mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él» (Apocalipsis
12, 7-9).
¿Cuántos ángeles se rebelaron?
Antes de estos versículos, el autor escribe cómo la cola del dragón «arrastra
la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra» (Apocalipsis
12, 4). Esto a menudo se interpreta como una referencia a un «tercio» de
los ángeles en el cielo que se unió a la rebelión de Satanás.
En general, se cree que hay una
gran cantidad de ángeles en el cielo, un número difícil de comprender para la
mente humana.
Con esto en mente, el número de
ángeles caídos no puede considerarse pequeño y esta es una razón por la cual la
influencia de Satanás se extiende por todo el mundo.
Desde esta caída inicial al
comienzo de la creación, Satanás y sus demonios han tenido humanos en el punto
de mira. El libro del Apocalipsis nuevamente revela algo sobre el dragón:
«Entonces despechado contra la
Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los
mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (Apocalipsis
12,17).
Por qué los demonios odian a los
humanos
Los humanos son la perla de la
creación de Dios y Satanás quiere hacer todo lo que esté en su mano para
destruir esa perla. Esto significa tentarnos a destruirnos esencialmente,
tomando decisiones equivocadas que crean un espíritu de rebelión en nuestros
corazones. Su juego final es hacer que rechacemos completamente a Dios,
uniéndonos a él en su miseria eterna.
La buena noticia es que los
demonios no tienen poder infinito y técnicamente son bastante inofensivos para
un alma en unión con Dios. No pueden hacer nada más que tratar de asustarnos,
mientras que podemos invocar el poder de Dios para expulsarlos de nuestras
vidas. Son impotentes en comparación con la majestad y la gloria de Dios.
Los demonios ciertamente pueden
causar estragos en nuestro mundo, pero solo si cooperamos con ellos. En verdad
son cobardes, separados de Dios por su elección.
Philip
Kosloski
Fuente: Aleteia






