José María Méndez recuerda a su hermano asesinado hace ahora veinticinco años en los micrófonos de Mediodía COPE
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Aquella noche
todo transcurría como un día cualquiera para estos jóvenes. Alejandro y sus
amigos se divertían. Era sábado por la noche y estaban haciendo planes. Querían
irse muy pronto a bailar a una discoteca cercana. Detrás de ellos, en un banco
había otra pandilla de chicos con motos que, sin mediar palabra, empezaron a
amenazarles. Les tiraron una botella y los ánimos se caldearon.
El 'crimen del perdón'
Alejandro quiso poner paz cuando un chico de 17 años le dio
un navajazo en el pecho. La herida afectó a su corazón y perdió su vida. Su padre, José Méndez,
era profesor de dibujo en los Salesianos de Sevilla. Aquel día se desveló.
Iba a amanecer y su hijo no había llegado a casa. Sonó el teléfono de su casa
lo cogió creyendo que iba a ser su hijo y le dieron la noticia. Lo habían
matado.
Este crimen se
hizo muy conocido. La prensa lo llamó “el crimen de la movida” aunque
perfectamente podría haberse llamado el crimen del perdón. Sevilla entera se
llenó aquellos días de rabia por lo sucedido pero José Méndez, el padre de Alejandro
se encargó de apaciguarlo todo.
Perdonó al asesino de su hijo. Dijo que
estaba haciendo sufrir a sus padres tanto como a él. Nunca pidió indemnización
al juez y ni siquiera se personó en el juicio. Decía que quién podía realmente
compensar esa desgracia.
La decisión de su vida
Veinticinco
años después de la muerte de Alejandro nos atiende en Mediodía COPE su hermano José María Méndez: “Todo fluye a la mente y hay que
controlarse un poco. Aquellos días los vivimos con mucha intensidad. El perdón
de mi padre fue un ejemplo para todo el mundo. Mi padre cuando vio a mi hermano
muerto con esa cara de placidez dijo si tienes esa cara es porque estás en el
cielo y porque has perdonado a tu asesino. Todos correspondimos con el perdón.
Mi padre quería ser pleno con ese perdón no quiso ejercer la acusación
particular. La ejercimos mi otro hermano y yo”.
José María es
doctor en Bellas Artes y pintor en Sevilla. Tienes una obra muy amplia y has
pintado para muchas instituciones de tu ciudad y de España. Sin embargo
ahora va a dejar los pinceles. A tus 53 años va a ingresar después de navidad
en el Monasterio Cisterciense de
Hornachuelos, en Córdoba: “Lo dejo todo para entrar en un convento. Ha sido una
sacudida, he dicho que sí y para dentro. Lo mejor que puedo hacer es rezar por
todos”.
Pablo Rivas
Fuente: ECCLESIA