¿Sabemos qué Decir cuando un Protestante
nos Desafía a Confrontar las Creencias sobre la Biblia?
Muchas veces los católicos nos
enfrentamos a miembros de las Iglesias Protestantes al abrir la puerta de
nuestra casa, quienes nos visitan para “evangelizarnos”. Es pues
útil que sepamos algunos de los puntos en los que diferimos.
Y la “sola scriptura” es una diferencia
importante entre católicos y protestantes, porque los protestantes dicen que
solamente la Biblia tiene autoridad para la fe y la práctica del cristiano, y
por ese lado ven con buenos ojos el “pieletrismo”.
Esta
noción de Lutero creó el mayor cisma del cristianismo, resultó ser tan divisiva
que hoy solamente en EE.UU. hay más de 40 mil denominaciones protestantes.
¿Entonces de que “sola scriptura” estamos hablando? ¿No será de algo parecido
de lo que Jesús acusaba a los fariseos que pedían a la población que hiciera
algo que ellos no hacían?
1 – COMO COMENZÓ LA HISTORIA DE LA “SOLA
SCRIPTURA”
Los Reformadores Protestantes, al
separarse de la Iglesia Católica, se afirmaron en la Biblia como la única
fuente de las verdades de la fe, y declararon que para entender su mensaje sólo
era necesario leer las palabras del texto. Es lo que se llama la teoría
protestante de la “Sola Scriptura”.
¿Qué significa esto? Pues significa dejar
estática en el tiempo la interpretación y la especificación de lo que ha dicho
Dios en un libro sagrado pero resumido, limitando toda su Revelación a lo largo
de la Historia de la Salvación, sólo a lo que surge como primera impresión de
lo escrito en un libro, la Biblia, que si bien es Palabra Revelada y como tal
base firme para vivir nuestra Fe, no puede encerrar todo lo que Dios tiene que
decirnos. Esto, nosotros los católicos lo sabemos.
Buena parte de lo expresado en la Biblia
ha sido ‘meditado’ y estudiado en estos 2000 años y cada vez aparecen nuevas
interpretaciones enriquecedoras que obedecen a la acumulación de sabios
meditando los textos.
¿Y por qué lo sabemos? Vayamos por
partes.
Eliminando suspicacias y contradicciones inexistentes
Los protestantes muchas veces nos acusan
de tener una fe no inspirada en la Biblia, y nos quieren hacer caer en
contradicciones que no son tales.
Debemos dejar bien en claro que la
Sagrada Biblia es para nosotros, los católicos, sagrada. La Palabra de Dios está en la Biblia y lo creemos firmemente.
Prueba de ello es que, en
nuestras celebraciones Eucarísticas se leen varios textos de la Biblia:
dos del Antiguo Testamento, el primero de Génesis o los Profetas, etc., y un
Salmo. Los otros dos son una carta de San Pablo o algún otro de las primeras
comunidades y finalmente, y de pie, el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
Vaya esto para aclarar dudas que no deben existir.
¿Dónde está el problema entonces?
La diferencia principal es que la Iglesia
Católica se sabe poseedora, por mandato y vocación, del Depósito de la Fe. Esto
significa, ni más ni menos, que debe ejercer la custodia celosa de toda la Revelación: la
escrita, y la oral.
Para los católicos, la Revelación Divina
no se limita a la Biblia, sino que hay en la Historia de la Salvación, una
riquísima Tradición Apostólica que la explica, la complementa y la
enriquece.
2 – LUTERO
LO AGREGÓ EN LA BIBLIA LA EXPRESIÓN “SOLA SCRIPTURA”
Podemos encontrar la raíz de esta afirmación en Martín Lutero, que agregó por su cuenta la Palabra “solamente” a su traducción de Romanos 3:28, porque ese versículo contradecía su enseñanza de “Sola Fides” (Sólo la Fe), de modo que el versículo transformado por Lutero, pasó a decir lo que no decía originalmente: “Porque pensamos que el hombre es justificado por la fe solamente… sin las obras de la ley” (NdE: la palabra subrayada no está en el texto bíblico original).
“Sola Fides” fue, junto con “Sola Scriptura”
y “Sola Gratia” (Solo la Gracia), las tres “solas”, instauradas por Lutero y aceptadas por los otros
reformadores como Calvino, Zwinglio, Knox, etc.
Sin embargo, de manera perversa, omiten
lo que directamente dice la Carta de Santiago 2: 17-18
“Lo mismo pasa con la fe: si no va
acompañada de las obras, está completamente muerta. Sin embargo, alguien puede objetar:
«Uno tiene la fe y otro, las obras». A ese habría que responderle: «Muéstrame,
si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te
demostraré mi fe»”.
Con “Sola Scriptura”, Lutero quiso
significar que “la Palabra escrita de Dios es la única
regla de fe infalible para el creyente”. Y hasta el día de hoy esta afirmación
de que la Biblia es única fuente para la enseñanza de la doctrina y de la moral
es un dogma protestante.
Esto, que no deja de ser una “tradición
humana”, deja de lado
arbitrariamente y sin ninguna base bíblica, la riquísima Tradición Apostólica que es patrimonio de “toda” la
cristiandad y de la que la Iglesia Católica es responsablemente guardiana.
3 – NO HAY FUNDAMENTOS BÍBLICOS REALES
Se debe entonces establecer con total
certeza, el hecho de que ni siquiera los fundamentalistas protestantes
pueden encontrar en la Biblia un solo texto que sirva de base
real para la afirmación de esta tesis.
Lo único más cercano es la Segunda carta
de San Pablo a Timoteo 3: 16-17
“Toda la Escritura es inspirada por Dios
y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el siervo de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra”.
Los católicos, estamos totalmente de
acuerdo con esta afirmación, la Escritura está inspirada por Dios y es “útil”
para enseñar, etc., pero, tengamos presente que en este versículo
no se encuentra la palabra única o suficiente, que avalaría la tesis de Sola
Scriptura.
San Pablo ha aplicado la palabra “suficiente” en otras
cartas, como en la segunda a los Corintios, en donde la emplea para
referirse a la Gracia. Pero él, conociendo esa palabra, y pudiendo usarla, solo
dijo “útil”. O sea que aquí el Apóstol de ninguna manera quiere
afirmar que la Escritura sea la única fuente para “enseñar,
reprender, corregir, etc.”
4 – EN LA
PRÁCTICA ES IMPOSIBLE BASARSE EN LA “SOLA SCRIPTURA”
Vayamos más atrás, al Antiguo Testamento.
Antes, durante y después de los tiempos de Moisés, no existía la palabra
impresa.
Entonces, ¿cómo pudo el pueblo elegido
obedecer la Palabra de Dios, cuando sólo existía la tradición oral?
Debemos aceptar como hecho histórico entonces, que la
Palabra de Dios continuó trasmitiéndose por siglos en forma oral y nunca fue restringida a la escrita.
Cuando los profetas del Antiguo
Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento predicaron la salvación al
creyente por medio de la palabra, esto fue inspirado por Dios y fue su
mandamiento, no importando si después esta Palabra
sería escrita.
Dios Todopoderoso, al enviar a Sus
Profetas les decía: “Habla en mi nombre a este pueblo”, “Ve a tal lado y diles que…” Dios no
decía “Escribe…”. En el único libro donde expresamente se dan -al Apóstol
Juan-, órdenes de escribir es el Apocalipsis.
Haz lo que Yo Digo mas no lo que Yo Hago es la Máxima de
los Protestantes
Tal como sucede en la Iglesia Católica,
que encuentra en la Tradición oral Apostólica luz para entender pasajes de la
Palabra escrita, les ocurre también a los protestantes, que a pesar de afirmar
y defender su creencia en “Sola Scriptura”, en la práctica siguen aferrados a
sus raíces, como forma de iluminación. Los Presbiterianos tienen la
Biblia “más sus tradiciones calvinistas”, los Bautistas
“agregan a la Biblia sus propias opiniones teológicas”. Los
Luteranos, además de la Biblia, “se nutren de la enseñanza de Lutero”.
Esto lleva a que exista una infinidad de
denominaciones protestantes, en discordancia unas con otras, algo que Cristo no
nos dejó como misión.
5 – EL
MANDATO DE CRISTO NO FUE NI ESCRIBIR NI ENDIOSAR UN LIBRO
Durante Su vida terrena, Jesús estableció
claramente Su Iglesia, pero en ninguna parte dejó como mandato o misión para Sus
Apóstoles, que escribieran un Libro con Su Palabra y Obra.
Esto es fundamental para los Católicos:
Primero fue la enseñanza de Jesús, después fue la Iglesia, y recién
después vino la “escritura” del Evangelio.
Jesús pasó Su autoridad a través de los Apóstoles de forma oral. Esto está absolutamente en contra de la creencia protestante.
Nuestro Señor Jesucristo dijo a sus
apóstoles, que fueron los primeros obispos:
“El que a vosotros escucha, a mí me
escucha, y
el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza
al que me envió”. (Lucas 10:16).
Así que, todo aquel que quiera conocer la verdad
de Jesucristo, tiene que encontrar a los Apóstoles, su enseñanza y tradición.
Para mayor claridad, la carta de San
Pablo a los Efesios (2, 20) nos dice que la Iglesia que Jesús fundó, fue “edificada
sobre los cimientos de los Apóstoles y los Profetas con Jesucristo mismo como
piedra angular”
Y a los Gálatas (1, 8-9) les advirtió
“si nosotros mismos o un ángel del cielo
bajara para anunciarles un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea
maldito”.
Por: María de los Ángeles Pizzorno
Fuente: ForosdelaVirgen.org