El informe de un fenómeno
que produce enormes riquezas y que afecta a millones de personas. Las palabras
del papa contra los narcos. Desde el «Chapo Guzmán» hasta la ‘ndrangheta
«Les ruego no minusvalorar
el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para le entera
sociedad mexicana, comprendida la Iglesia. La proporción del fenómeno, la
complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión como metástasis que
devora, la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones,
no nos consienten a nosotros, Pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas
genéricas, sino que exigen un coraje profético y un serio y cualificado
proyecto pastoral para contribuir, gradualmente, a entretejer aquella delicada
red humana, sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal
insidiosa amenaza».
Papa
Francisco dirigió estas palabras a los obispos mexicanos en febrero de 2016,
denunciando la gravedad y la difusión del fenómeno del tráfico de la droga que
está devorando al país.
En varias ocasiones,
durante estos años, Bergoglio ha afrontado el tema, relacionándolo con otros
factores de crisis, como el tráfico de migrantes, el tráfico de armas, la
creación de riquezas ilegales y amasadas gracias a la corrupción. Por otra
parte, uno de los ejes del narcotráfico y de sus redes de negocios se encuentra
justamente en Sudamérica; el ex-arzobispo de Buenos Aires conoce muy bien los
efectos devastadores del poder de la droga, sus manifestaciones en los ganglios
vitales de una sociedad.
Pero la cuestión tiene un
carácter global, pues la droga produce ganancias inmensas y su mercado, las
rutas del narcotráfico, las organizaciones criminales, tienen un perfil
planetario. La Caritas italiana dedicó a estos temas un informe, en el que se
concentra principalmente en los casos de Argentina y de América Latina.
«El negocio global del
narcotráfico —se observa en el estudio— va de 200 mil millones a 40 mil
millones de dólares. Es muy difícil calcular los datos, porque la única fuente
de la que dispone la ONU para hacer estas estimaciones es la de las autoridades
de policía». Cálculos aproximados, pues, que dependen de factores variables,
como el precio que determinada droga tiene en el mercado, el número se
secuestros de sustancias estupefacientes por parte de las diferentes policías y
con base en los cuales se pueden hacer proyecciones generales. Se considera,
por hablar solo de la cocaína, que las autoridades interceptan poco más de
entre el 10 y el 15 % del total, un porcentaje bastante bajo, por lo que se
cree que los cálculos sobre su producción y sobre las ganancias que genera son
insuficientes.
Por otra parte, los centros
de producción, las rutas de tránsito, los puertos y las rutas de distribución
varían en el tiempo. «Afganistán —afirma el informe de la Caritas de Italia—es
un centro fundamental para el cultivo y producción de derivados de las opiáceas
(como la heroína), cuyas ganancias financian la guerrilla talibana; el África
blanca (que en buena parte coincide con el Maghreb), para el hashish; la Europa
centro-septentrional para las drogas sintéticas; México, Bolivia, Perú y
Colombia para la cocaína».
El mayor puerto de entrada
en Europa es España, pero antes de llegar a ella la droga sigue rutas marítimas
que desde América Latina pasan por África. Y luego están las
«especializaciones» territoriales: por ejemplo: «la mafia israelí domina la
industria holandesa del éxtasis, la mafia nigeriana se ocupa del transporte de
la cocaína de África a Europa; los cárteles colombianos y mexicanos se ocupan
de la producción de coca y de su transporte hasta los principales puertos de
salida latinoamericanos».
Toda una geografía y todo
un mercado global. En el informe se habla también sobre el capo de uno de los
cárteles mexicanos, el «Chapo Guzmán», que escapó de la cárcel dos veces de
manera «espectacular», además de haber admitido haber ordenado entre 2 y 3 mil
homicidios. También aparece Italia en esta historia, con la famosa ‘ndrangheta,
que se ocupa de la distribución en Europa, primero con los cárteles colombianos
(guiados por otro súper criminal que falleció hace tiempo, Pablo Escobar) y
ahora con los mexicanos, que representan el nuevo poder de la droga.
Con estos datos de fondo,
el informa denuncia algunos factores que favorecen un fenómeno tan vasto y
articulado, empezando por esa «zona oscura del capitalismo» llena de flujos
incontrolables de dinero, de paraísos fiscales, «de poca vigilancia
internacional sobre el reciclaje de capitales», sin considerar sus relaciones
con las extorsiones, los robos, los secuestros de personas, el tráfico y muchos
otros delitos.
Justamente en relación con la lucha contra el lavado de dinero, en la que a nivel europeo se alcanzado resultados importantes, se subraya que la «Brexit» constituye un grave paso hacia atrás, «puesto que la City es, desde hace años, un punto estratégico del reciclaje de dinero sucio».
Según el informe, la
respuesta que ha ofrecido Estados Unidos desde los años 70 del siglo pasado con
la llamada «guerra a la droga», basada en una estrategia militar y
prohibicionista, no ha dado resultados positivos: los narcos de Colombia y
México han salido de sus fronteras y han llegado a Brasil, Argentina y a
Centroamérica, mientras que dentro de los Estados Unidos las autoridades deben
afrontar una cifra elevadísima de consumidores de drogas: alrededor de 21
millones de personas. Y entonces se proponen estrategias sociales, médicas,
basadas en la prevención, en el tratamiento del paciente. Ahora, incluso en
Estados Unidos, ha comenzado a cambiar el enfoque: en lugar de perseguir a
quien crea la oferta, se trata de ayudar a disminuir la demanda.
El informa también explica
que la producción de coca en América Latina tiene, desde siempre, un valor
económico para poblaciones campesinas particularmente pobres, mientras que la
historia del consumo de la sustancia se relaciona con su uso médico, que estaba
muy difundido en el siglo XIX y principios del XX, hasta que se descubrieron
los efectos nocivos que tiene en la salud humana. Sin embargo nos encontramos
frente a nuevas y peligrosas fronteras, como las de las drogas sintéticas,
fabricadas con medios muy rudimentales y pocos conocimientos químicos.
«Argentina —se afirma en el
informe— es el principal puerto de tránsito de la cocaína hacia Europa: solo un
pequeño porcentaje se queda en el país. El comercio más grande de esta nación
deriva de los descartes de la droga: se trata de drogas más o menos nocivas
producidas con los restos y vendidas a bajo precio, principalmente a las clases
medio-bajas».
Hipólito David Masman,
director de la Caritas de Mendoza, en Argentina, identifica en los cambios
sociales, culturales y económicos de las últimas décadas, las razones de la
difusión de la droga en el país sudamericano. «Hoy, en Argentina —explicó—, hay
tres generaciones que sufren estas dificultades, provocadas por la carencia o
la falta de todo lo que, por derecho, tocaría a las personas para vivir
dignamente, como educación, comida, salud».
FRANCESCO PELOSO
CIUDAD DEL VATICANO
Fuente: Vatican Insider






