Dado que la terapia Reiki
no es compatible con la doctrina católica, no es apropiado para las
instituciones católicas promoverlo
Directrices
para evaluar el reiki como terapia alternativa. Comité Doctrinal de la
Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos.
1. Con
frecuencia se formulan preguntas sobre las diversas terapias alternativas
disponibles en los Estados Unidos. A los obispos se les pregunta en ocasiones:
«¿Cuál es la posición de la Iglesia sobre estas terapias?» El Comité Doctrinal
de la USCCB ha preparado este recurso para asistir a los obispos en sus
respuestas.
2. La Iglesia
reconoce dos clases de curación: la curación por gracia divina y la curación
que utiliza los poderes de la naturaleza. En cuanto a la primera, podemos
señalar al ministerio de Cristo, que realizó muchas curaciones físicas y
encargó a sus discípulos continuar esa tarea. Siendo fieles a este encargo,
desde el tiempo de los apóstoles la Iglesia ha intercedido a favor del enfermo
mediante la invocación del nombre del Señor Jesús, pidiendo la curación por el
poder del Espíritu Santo, ya sea en la forma de la imposición sacramental de
las manos y la unción con el óleo, ya sea en la forma de simples oraciones por
la curación, que a menudo incluyen una invocación a los santos para conseguir
su ayuda.
En cuanto a la
segunda, la Iglesia nunca ha defendido la curación divina —que viene dada como
un don de Dios— como excusa para excluir el recurso a los medios naturales de
curación a través de la práctica de la medicina (1). Junto con su sacramento de
curación y con las diversas oraciones para la sanación, la Iglesia cuenta en su
haber con una larga historia de cuidado de los enfermos mediante la utilización
de medios naturales. El signo más obvio de esto es el gran número de hospitales
católicos que se encuentran en todo nuestro país.
3. Las dos
clases de curación no son excluyentes. El hecho de que sea posible ser curado
por el poder divino, no significa que no debamos recurrir a los medios
naturales que están a nuestra disposición. No nos corresponde a nosotros
decidir si Dios curará o no a alguien con medios sobrenaturales. Como afirma el
Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo da en ocasiones a algunas
personas «un carisma especial de curación para manifestar la fuerza de la
gracia del Resucitado» (2). Sin embargo, este poder de curación no está a
disposición del hombre, porque «ni siquiera las oraciones más fervorosas
obtienen la curación de todas las enfermedades» (3). Por lo tanto, el recurso a
los medios naturales de curación sigue siendo totalmente apropiado, ya que
están a disposición del hombre. De hecho, la caridad cristiana exige no
negarles a las personas enfermas los medios naturales de curación.
II. REIKI Y
CURACIÓN
A) Los orígenes
y las características básicas del reiki
4. El reiki es
una técnica de curación inventada en Japón a principios del siglo XIX por Mikao
Usui, que estudiaba textos budistas (4). De acuerdo con la enseñanza del reiki,
la enfermedad es consecuencia de algún tipo de trastorno o desequilibrio en la «energía
vital» de la persona. Un practicante de reiki lleva a cabo la curación al poner
sus manos en determinadas posiciones sobre el cuerpo del paciente para así
facilitar el flujo del reiki, la «energía vital universal», del practicante al
paciente. Hay numerosas posiciones de las manos para tratar diferentes
problemas.
Los partidarios
del reiki aseguran que el practicante no es la fuente de la energía sanadora,
sino simplemente un canal para que fluya (5). Para llegar a ser un practicante
de reiki, la persona debe recibir una «iniciación» o «armonización» por parte
de un Maestro reiki. Esta ceremonia hace que la persona esté «armonizada» con
la «energía vital universal», lo cual le permite servir como un conducto para
ella. Se dice que hay tres niveles diferentes de armonización (algunos enseñan
que son cuatro). En los niveles superiores, uno puede canalizar supuestamente
la energía reiki y realizar curaciones a distancia, sin contacto físico.
B) El reiki
como un medio natural de curación
5. Aunque los
partidarios del reiki parecen estar de acuerdo en que no representa una
religión en sí misma, sino una técnica que puede ser utilizada por gente de
muchas tradiciones religiosas, el reiki tiene diversos aspectos de una
religión. Con frecuencia se describe el reiki como un tipo de curación
«espiritual», en oposición a los procedimientos médicos comunes de curación que
emplean medios físicos. Gran parte de la literatura sobre el reiki está llena
de referencias a Dios, a la Diosa, al «poder de curación divino» y a la «mente
divina».
Afirman que la
energía vital procede directamente de Dios, la «Inteligencia Superior» o la
«conciencia divina». Asimismo, las diversas «armonizaciones» que el practicante
de reiki recibe de un Maestro reiki se logran a través de «ceremonias sagradas»
(que tradicionalmente han sido mantenidas en secreto por los Maestros reiki).
Además, se describe frecuentemente al reiki como un «modo de vivir», con una
lista de cinco «preceptos reiki» que prescriben una conducta ética apropiada.
6. Sin embargo,
hay algunos practicantes de reiki, sobre todo enfermeras, que intentan
acercarse al reiki como un mero medio natural de curación. Pero si se considera
como un medio natural de curación, el reiki pasa a ser evaluado bajo los parámetros
de las ciencias naturales. Es cierto que puede haber medios de curación natural
que no hayan sido entendidos o reconocidos por la ciencia. Sin embargo, la
ciencia es la que proporciona los criterios fundamentales para juzgar si
alguien se debe confiar o no a un medio natural de curación en concreto.
7. Juzgado de
acuerdo con estos parámetros, el reiki carece de credibilidad científica. No ha
sido aceptado por las comunidades científicas y médicas como una terapia
efectiva. Faltan estudios científicos acreditados que atestigüen la eficacia
del reiki, así como la explicación científica plausible de cómo podría
posiblemente ser eficaz. La explicación de la eficacia del reiki depende
enteramente de una cosmovisión particular que ve el mundo como permeado por
esta «energía vital universal» (reiki) que está sujeta a la manipulación por el
pensamiento y la voluntad humanos.
Los
practicantes de reiki afirman que su capacitación les permite canalizar la
«energía vital universal» que está presente en todas las cosas. Sin embargo,
esta «energía vital universal» es desconocida para la ciencia natural. Como la
presencia de tal energía no se ha observado por los medios de la ciencia
natural, la justificación para estas terapias debe provenir necesariamente de
algo diferente a la ciencia.
C) El reiki y
el poder sanador de Cristo
8. Algunas
personas han intentado identificar el reiki con la curación divina conocida por
los cristianos (6). Se equivocan. La diferencia radical puede apreciarse de
inmediato en el hecho de que para el practicante de reiki el poder sanador está
a disposición del hombre. Algunos maestros quieren eludir esta implicación y
arguyen que no es el practicante de reiki quien realiza personalmente la
curación, sino la energía reiki dirigida por la conciencia divina.
No obstante, la
realidad es que para los cristianos el acceso a la curación divina es mediante
la oración a Cristo como Señor y Salvador, mientras que la esencia del reiki no
es una oración sino una técnica que transmite el «Maestro reiki» al alumno, una
técnica que una vez que se llega a dominar, producirá formalmente los
resultados previstos (7). Algunos practicantes intentan cristianizar el reiki
añadiendo una oración a Cristo, pero esto no afecta a la naturaleza esencial del
reiki. Por estas razones, el reiki y otras técnicas terapéuticas similares no
pueden identificarse con lo que los cristianos llamamos curación por la gracia
divina.
9. La
diferencia entre lo que los cristianos reconocemos como curación por la gracia
divina y la terapia reiki también queda de manifiesto en los términos básicos
que utilizan los partidarios del reiki para describir lo que sucede en la
terapia reiki, particularmente en lo relativo a la «energía vital universal».
Ni la Escritura ni la tradición cristiana en su conjunto consideran el mundo
natural como algo basado en la «energía vital universal» que quede sujeto a la
manipulación por parte del poder natural humano del pensamiento y de la
voluntad. De hecho, esta cosmovisión tiene sus orígenes en las religiones
orientales y tiene un cierto carácter monista y panteísta, en el que las
distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios tienden a diluirse (8). Como
hemos visto, los practicantes de reiki son incapaces de diferenciar con
claridad entre el poder de curación divino y el poder que está a disposición
del hombre.
III. CONCLUSIÓN
10. La terapia
reiki no encuentra apoyo ni en los hallazgos de la ciencia natural ni en la
doctrina cristiana. Para un católico, creer en la terapia reiki plantea problemas
irresolubles. En términos del cuidado de la salud física propia o la de los
demás emplear una técnica que no tiene apoyo científico (ni siquiera
plausibilidad) por lo general no es prudente.
11. En términos
del cuidado de la salud espiritual personal, existen importantes peligros. Para
usar el Reiki, uno tendría que aceptar, al menos de forma implícita, conceptos
claves de la cosmovisión que subyacen a la teoría reiki, elementos que no
pertenecen ni a la fe cristiana ni a la ciencia natural. Sin justificación ni
en la fe cristiana ni en la ciencia natural, no obstante, un católico que pone
su confianza en el reiki estaría actuando en la esfera de la superstición,
tierra de nadie que no es la fe ni la ciencia (9). La superstición corrompe la
adoración personal de Dios, ya que conduce el sentimiento religioso personal y
la práctica hacia una dirección equivocada (10). Dado que a veces la gente cae
en la superstición por ignorancia, es responsabilidad de todos los que enseñan
en el nombre de la Iglesia eliminar tal ignorancia en la medida de lo posible.
12. Dado que la
terapia reiki no es compatible ni con la doctrina cristiana ni con la evidencia
científica, no sería apropiado para las instituciones católicas —como aquellas
encargadas del cuidado de salud o los centros de retiro— o para las personas
que representan a la Iglesia —como los capellanes católicos— promover o prestar
apoyo a la terapia reiki.
NOTAS AL PIE
1. Cf.
Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre las oraciones para
obtener de Dios la curación (14 de septiembre de 2000), I, 3: «Obviamente, el
recurso a la oración no excluye, sino que al contrario anima a usar los medios
naturales para conservar y recuperar la salud, así como también incita a los
hijos de la Iglesia a cuidar a los enfermos y a llevarles alivio en el cuerpo y
en el espíritu, tratando de vencer la enfermedad».
2. Catecismo de
la Iglesia Católica, n. 1508.
3. Catecismo de
la Iglesia Católica, n. 1508.
4. También se
afirma que simplemente redescubrió una antigua técnica tibetana, pero se carece
de pruebas que corroboren esta afirmación.
5. Sin embargo,
como veremos más abajo, las distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios
tienden a desmoronarse en el pensamiento reiki. Algunos maestros de reiki
explican que al final uno alcanza la comprensión de que uno mismo y la «energía
vital universal» son uno, «que somos fuerza vital universal y que todo es energía,
incluidos nosotros mismos» (Libby Barnett - Maggie Chambers - Susan Davidson,
Reiki Energy Medicine: Bringing Healing Touch into Home, Hospital, and Hospice
[Rochester, Vt.: Healing Arts Press, 1996], p. 48; cf. también p. 102).
6. Por ejemplo,
cf. «Reiki and Christianity» en
http://iarp.org/articles/Reiki_and_Christianity.htm, y «Christian Reiki» en
http://areikihealer.tripod.com/christianreiki.html, y la web
www.christianreiki.org.
7. Los Maestros
de reiki ofrecen cursos de capacitación con varios niveles de avance, servicios
por los que los maestros exigen una remuneración pecuniaria significativa. El
alumno tiene la expectativa y el Maestro de reiki ofrece la garantía de que la
inversión que hace de tiempo y dinero le permitirá llegar a dominar una técnica
que producirá los resultados esperados.
8. Aunque esto
parece implícito en la doctrina reiki, algunos de sus partidarios plantean
explícitamente que al final no existe una distinción entre uno mismo y el
reiki. «La alineación con uno mismo y ser reiki es un proceso abierto. La buena
voluntad para dedicarse a este proceso favorece tu evolución y puede llevarte
al reconocimiento sostenido y a la experiencia final de que tú eres fuerza
vital universal» (The Reiki Healing Connection [Libby Barnett, M.S.W.],
http://reikienergy.com/classes.htm, con acceso el 6/2/2008 [énfasis en el
original]). Diane Stein resume el sentido de algunos de los «símbolos sagrados»
usados en la armonización del reiki como «La Diosa en mí saluda a la Diosa en
ti», «Hombre y Dios llegando a ser uno» (Essential Reiki Teaching Manual: A
Companion Guide for Reiki Healers [Berkeley, Cal.: Crossing Press, 2007], pp.
129-131). Anne Charlish y Angela Robertshaw explican que la armonización
superior del reiki «señala un cambio del ego y de uno mismo a un sentimiento de
unidad con la energía vital universal» (Secrets of Reiki [New York, N.Y.: DK
Publishing, 2001], p. 84).
9. Algunas
formas de reiki enseñan la necesidad de invocar la asistencia de seres
angélicos o «guías espirituales reiki». Esto introduce el riesgo lejano de
exposición a fuerzas o poderes malévolos.
10. Cf.
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2111; Santo Tomás de Aquino, Summa
theologiae II-II, q. 92, a. 1.
Publicado por
Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas
Fuente:
Catholic.net






