A pocos meses de conseguir la aprobación Pontificia y
así restablecer la Compañía de Jesús, el Padre José falleció en 1811
De familia italiana, nació en Zaragoza
(España) en 1737.
Ingresó a la comunidad jesuita y empezó a
trabajar en los apostolados de su Comunidad, especialmente en enseñar catecismo
a los niños y a los presos.
En 1767 la masonería mundial
estableció un acuerdo para pedir a todos los gobernantes que expulsaran de sus
países a los padres Jesuitas.
El rey Carlos III de España obedeció las órdenes
masónicas y expulsó de territorio español y de sus colonias respectivas a todos
los jesuitas.
El Padre José Pignatelli y su hermano por
pertenecer a una familia aristocrática recibieron la oferta de poder quedarse
en España pero con la condición de renunciar a su vocación jesuita; los
hermanos no aceptaron y prefirieron el destierro en la Isla de Córcega.
Sin embargo, los franceses invadieron la
isla, y ambos también fueron expulsados del lugar.
En 1774 Clemente XIV por petición de los
reyes españoles emitió un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús; como
resultado del decreto, aproximadamente 23 mil jesuitas fueron obligados a
abandonar sus respectivos conventos y monasterios.
San José Pignatelli junto con sus demás
compañeros obedecieron humildemente y durante los 20 años siguientes soportaron
pacientemente sufrimientos y humillaciones.
Más adelante, el santo con permiso del
Papa Pío VI se afilió a los jesuitas que estaban en Rusia y con la ayuda de
ellos empezó a organizar a los jesuitas en Italia. Conseguía vocaciones y
mandaba los novicios a Rusia para su formación y preparación.
El jefe de los jesuitas de Rusia lo nombró
provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío VII aprobó ese
nombramiento. Así la comunidad empezaba a renacer otra vez, aunque fuera a paso
lento y en secreto.
El santo oraba y trabajaba sin descanso
por conseguir que su Comunidad volviera a renacer, y en 1804 logró con gran
alegría que en el reino de Nápoles fuera restablecida la congregación.
Al poco tiempo y con las generosas ayudas
que le enviaban sus familiares logró restablecer conventos jesuitas en Roma, en
Palermo, en Orvieto y en Cerdeña.
A pocos meses de conseguir la aprobación
Pontificia y así restablecer la Compañía de Jesús, el Padre José falleció en
1811.
Tres años después, libre del destierro de
Napoleón, el Papa Pío XI retorna a roma y decretó instituida la Compañía de
Jesús en el mundo.
Fuente: ACI






