“Todo su esfuerzo y generosidad estuvo dedicado a expresar a través de las formas plásticas el contenido vivo de la fe católica"
A 90 años de su muerte muchos creen que el principal legado de Antoni Gaudí es
su obra magna: La Sagrada
Familia de Barcelona (España).
Sin embargo, el llamado
“arquitecto de Dios” dejó algo mucho más trascendente y que en ocasiones pasa
inadvertido: su gran testimonio de fe en Jesucristo que lo tiene en camino
hacia los altares.
“Gaudí supo vivir en unidad su profesión, la arquitectura, y su fe
católica”, afirmó José Manuel Almuzara, arquitecto y presidente de la Asociación Pro Beatificación de Antoni Gaudí que
impulsó la causa de beatificación ante el Vaticano.
“Para un cristiano consecuente, las prácticas religiosas, las prácticas
personales de piedad, no han de estar aisladas del resto de sus quehaceres, y
Gaudí supo vivir con y en Cristo, en unidad de vida, todos y cada uno de los instantes de
su existencia”, dijo a ACI Prensa.
Antonio Gaudi i Conet (1852 Cataluña -1926 Barcelona), fue el creador de
una nueva arquitectura basada en las líneas curvas y experimentó estructuras y
nuevas formas de una manera continuada. El máximo representante del modernismo
catalán podría convertirse en el primer santo arquitecto consagrado y famoso de
la historia.
Hace 24 años, Almuzara junto a cuatro personas más decidieron fundar esta
asociación porque “teníamos el convencimiento de la grandeza del arquitecto
como genio y como hombre de fe, a través de nuestra experiencia personal
descubrimos que Gaudí atrae, impacta y convierte”.
Aclaró que impulsan la causa “no por su arquitectura sino por su vida. Si
fuera por lo que ha hecho muchos artistas podrían ser santos, pero no, es
porque detrás hay una vida de entrega, de sufrimiento, de oración, de
preocuparse por los demás, de obras de misericordia”
“Todo su esfuerzo y generosidad estuvo dedicado a expresar a través
de las formas plásticas el contenido vivo de la fe católica, resaltando la
liturgia, el canto, la música, esa simbología que nos hace descubrir o resaltar
las virtudes, la ternura de Dios, de María, de José, la alegría de los ángeles,
el perdón, el servicio, etc”, dijo Almuzara.
Esto se ve reflejado en el Templo expiatorio de la Sagrada Familia,
al cual Gaudí dedicó más de cuarenta años de su vida profesional y que
constituye “un signo visible del Dios Invisible”.
Almuzara subrayó que “la riqueza de las formas plásticas y constructivas de
esta obra nos va señalando hacia algo más de lo que allí está expresado, y nos
ayuda también a descubrir que lo que bulle en el interior del artista creador
explana en la concreción material de su obra conforme a la sentencia evangélica
‘de la abundancia del corazón habla la boca’”.
En cuanto al proceso de beatificación de Gaudí, el Almuzara explicó que “se
ha realizado la ‘positio super vita, virtutibus et fama
sanctitatis’, un documento que recopila, entre otras cosas, la historia de
la causa, declaraciones de testigos e información sobre las virtudes ejercidas
en modo heroico por el siervo de Dios”.
El documento pasará al estudio de los consultores históricos, teológicos y
el congreso ordinario de cardenales y
obispos de la Congregación de las Causas de los Santos.
“Si sus pareceres son favorables sobre el ejercicio heroico de las
virtudes, el Prefecto de dicho dicasterio romano presentará al Santo Padre el
respectivo decreto de heroicidad de las virtudes para que autorice su
publicación. A partir de este momento Antoni Gaudí podrá ser llamado
‘venerable’”, señaló Almuzara.
Por el momento, se puede pedir la intercesión de Gaudí a través de esta oración
para la devoción privada, que consta de aprobación eclesiástica en
conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII:
Dios, Padre Nuestro, que infundiste en tu siervo Antoni Gaudí, arquitecto,
un gran amor a tu Creación y un ardiente afán de imitar los misterios de la
infancia y de la pasión de tu Hijo; haz que, por la gracia del Espíritu Santo,
yo sepa también entregarme a un trabajo bien hecho, y dígnate a glorificar a tu
siervo Antonio, concediéndome, por su intercesión, el favor que te pido (se
pide la gracia). Por Cristo Señor nuestro. Amen.
Jesús, María y José?, ¡Alcanzadnos la paz y proteged a la familia! (Tres veces)
Fuente: Aleteia