4.12.16

LA VERDAD ROBADA SOBRE LA RELIGIÓN (V)

Cuando te digan que la religión es un invento de los hombres, o un producto cultural, puedes estar seguro de dos cosas...

Conclusiones

Las investigaciones, desligadas de prejuicios, hechas por importantes filósofos y etnólogos, nos permiten llegar a conclusiones ciertas acerca del hecho religioso, que podemos resumir en las siguientes:

1º En la historia de la humanidad no hay época ninguna arreligiosa. “Ningún sabio de algún renombre se atrevería a negarlo” (W. Schmidt). La afirmación de Lubbock, Letorneau, Mortillet. Hovelacque, Le Bon y otros, de que los orígenes de la humanidad son arreligiosos, está en oposición con los hechos; en todas partes el hombre, ya como aparece en la historia, ya observado por la etnografía, ya reconstituido por la prehistoria, se muestra religioso.
 
2º No hay religión separada en su origen de la moral: no hay, por tanto, estados primitivos amorales. Por doquiera, si nos fijamos en los pueblos naturales, vemos una moral íntimamente ligada a dogmas y ritos religiosos. La mayor parte de las prácticas inmorales están unidas, no a la religión, sino a la magia, su enemiga y remedadora, que pretende obtener, sin Dios y contra Él, los resultados que el hombre es impotente para producir.

3º La moral es más pura y más dependiente de la religión en los pueblos más primitivos. “Los negros, que están en los primeros escalones del progreso, tienen una moral especulativa y práctica, superior ciertamente a numerosas poblaciones africanas, relativamente civilizadas” (Le Roy).

4º No existen pueblos sin organización familiar determinada. Es falsa, por tanto, la promiscuidad gregaria (o sea, que todos convivirían sexualmente sin matrimonio ni familia) que suponían los partidarios de la evolución monista en los principios de la humanidad. El mismo Darwin escribe: “La hipótesis que presenta la promiscuidad como una etapa general en la historia de la humanidad es una de las más necias dentro del terreno de las ciencias sociológicas”.

5º El Progreso religioso de la humanidad no es unilineal, rectilíneo, progresivo, según el esquema evolucionista, pues, contrariamente a las pretensiones evolucionistas, el punto de partida de las religiones se caracteriza por la moral religiosa y el monoteísmo y, en muchos casos comprobados, han caído luego en el politeísmo. Los mismos evolucionistas no han podido ponerse de acuerdo en las etapas religiosas. Y así varían las escalas religiosas, conforme a los prejuicios de cada autor. A menudo, la evolución religiosa se ha hecho por degradación; el animismo ha sustituido al monoteísmo, una moral grosera a otra más pura. Falla, por tanto, la evolución religiosa de Tylor, Spencer, Reville y otros autores.

6º No hay paralelismo ni sincronismo entre las evoluciones religiosa y mitológica. En cada pueblo suelen coexistir estos dos elementos, religión y mitología. La religión, elemento superior, cree en un ser superior al hombre, padre y hacedor de las cosas; la mitología, elemento inferior, es grosera y, a menudo, obscena. Estos dos elementos evolucionan inversamente. El elemento religioso pierde pureza y elevación, ahogado por la mitología. “Los romanos y griegos tienen una religión más complicada, pero menos pura, que los asirios y caldeos; éstos, creencias menos elevadas que los egipcios; éstos, prácticas más multiplicadas y complejas, pero menos fáciles de comprender, que las de las tribus Hamitas, Nigricianas y Bantúes; estas últimas, en fin, nociones religiosas más difusas y menos sencillas, y, por ende, menos claras y puras que las de los humildes pigmeos, cuya pobre imaginación no ha hallado nada con que enriquecer el fondo dogmático y moral que llevan consigo en su vida errante, y que han mantenido a través de la larga serie de siglos pasados” (Le Roy).

7º No existe religión sin relación con seres superiores. La magia, que para King, Hartland, Marett y otros, sería el punto de partida de la evolución religiosa, es desconocida en las religiones de la India y del Egipto; más aún, la etnografía nos enseña que en los pueblos inferiores a mayor culto del Ser Supremo corresponde menos magia. Es que el sentimiento de dependencia, unido a toda religión, supone la creencia en seres superiores y personales.

8º La religión de los pueblos verdaderamente primitivos fue monoteísta. Esta conclusión de la historia de las religiones es una confirmación práctica de la tesis filosófica sobre la posibilidad de conocer a Dios.

Los pueblos primitivos, por escasos de cultura, por faltos de civilización que los supongamos, tienen alma racional; tienen ideas, que se forjan al mirar las cosas que los rodean; ideas que no son exclusivas del hombre civilizado. De la contemplación de las cosas que ven infieren la existencia del Soberano Creador.

El mismo A. Lang (+ 1912), antes el más brillante defensor de la evolución religiosa, al examinar de cerca a los pueblos primitivos de Australia y de las islas de Austronesia, se convirtió en intrépido defensor del monoteísmo primitivo. La cuna de la humanidad ha escuchado el nombre más augusto: Dios, y ese nombre era el más querido del hombre; llamaba a Dios su Padre.

9º El análisis del hecho religioso nos depara una prueba palpable, científica de la existencia de Dios. Si negamos a Dios, el hecho religioso es un enigma indescifrable.

Por: P. Miguel Ángel Fuentes, IVE


Fuente: Del libro Las Verdades Robadas
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