El libro “Repensar la prevención”
indica que las entidades católicas trabajan en más de 114 países con personas
afectadas por el VIH
El pasado 1 de diciembre se celebró el día Mundial del Sida, una epidemia
que mejora en algunos aspectos, pero en otros no. Según todas las estadísticas,
las muertes por sida, a nivel nacional y también internacional disminuyen, ya
que los tratamientos empleados en los últimos 20 años han frenado el progreso
de esta enfermedad.
Sin embargo, la incidencia de los contagios de VIH sigue creciendo (2.5
millones por año). La vacuna, aunque solo sea terapéutica, parece
estar cercana.
Un libro de la editorial Sekotia publicado este mes, titulado, “Sida,
repensar la prevención”, pone al corriente de esta epidemia. Su autor,
Pedro Pérez Cárdenas, psicopedagogo, pretende divulgar a nivel internacional,
algunos aspectos menos conocidos de esta epidemia a la vez de
concienciar sobre distintos estilos de vida.
Uno de los asuntos que desvela este libro es la falta de conocimiento a la
hora de criticar a la Iglesia por no colaborar en la lucha contra el sida. “La
Iglesia católica es hoy por hoy, la única voz crítica `indomesticable´ que se
alza en algunas cuestiones políticamente incorrectas. Muchos sectores silencian
el que sea la Iglesia quien más atención dedique a los enfermos y que
sea la Iglesia la única voz que anime a conductas bien alejadas de posible
contagio”, declara Pedro Pérez Cárdenas a Religión Confidencial.
El autor afirma que la realidad es tan clara que autoridades mundiales lo
acaban reconociendo. “En el 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
reportó que entre un 30-70% de la atención médica en países de bajos
ingresos la suministran organizaciones de inspiración religiosa. Las
organizaciones católicas que participan en la respuesta al VIH trabajan en al
menos 114 países”.
El libro recoge que informes de Cáritas Internacional hacen ver que una de
las diferencias entre las Organizaciones de Inspiración Religiosa (OIR)
y otros suministradores de atención médica, es que las OIRs toman en cuenta las
necesidades de la persona en su integridad, incluyendo sus necesidades
emocionales, sociales y espirituales. No se considera únicamente su condición
médica, no es suficiente.
“Ahora que tanto se habla de estigmatización, las personas con VIH
confiesan que se enfrentan a menos estigmatización o discriminación cuando
procuran los servicios de las OIRs”, señala Pedro Pérez Cárdenas a RC.
La atención de Cáritas con los niños
El autor recoge en su manual las afirmaciones de Luiz Loures, subdirector
Ejecutivo de ONUSIDA, en abril del 2016 en un encuentro que se celebró en Roma
organizado por Caritas Internacionalis, donde volvió a elogiar a la
Iglesia diciendo que “Caritas hace de puente entre lo biomédico y el
garantizar a los niños ser parte de la sociedad. Solo cuando un niño no sea
señalado y marginado por tener el virus se podrá hablar del fin del sida. Nadie
mejor que Cáritas puede garantizar que los niños no sean discriminados”.
En opinión de Pérez Cárdenas, una de las causas por las que continúa
aumentando el número de infecciones es que “los planes de educación sexual
incitan a los adolescentes a adoptar algunas conductas de riesgo”.
Conductas de riesgo
Otra causa es que se asegura que el preservativo es seguro para prevenir el
sida. “Desde el comienzo de la comercialización del condón se ha hecho muchos
estudios al látex para ver si constituye realmente una barrera infranqueable
para el VIH. Con mayor o menor coincidencia se ha concluido que solo protege un
80%”, apunta el autor.
El libro también recoge la evidencia de Edward Green epidemiólogo,
antropólogo e investigador de Harvard, autoridad internacional sobre el sida
quien siempre ha sostenido que la clave es cambiar los comportamientos.
“Decía que en África no bajan los contagios, sólo bajan las cifras de muertos”,
apunta Pérez Cárdenas.
Green se hizo famoso en todo el mundo cuando, en 2009, proporcionó datos
científicos que demostraban la verdad de las palabras pronunciadas por el Papa
Benedicto XVI precisamente en África: “El problema del SIDA no se
resuelve con la distribución de preservativos que, al contrario, empeoran el
problema”. El artículo lo tituló “El Papa podría estar en lo cierto”.
(The Washington Post, 2009)
Este epidemiólogo ha insistido que lo que funciona era reducir el número de
parejas. “Si el índice de difusión del virus en África se ha reducido es
gracias a la “partner education”, es decir, a la reducción de las
parejas sexuales. Y parece también probable que la enseñanza y la exhortación
procedentes de la base del país, especialmente de las iglesias y las
mezquitas, hayan reforzado la reacción natural que ha llevado a las
personas a prestar más atención al comportamiento sexual”, se indica en el
libro.
Fuente: ReligionConfidencial