Quizás no lo habías
pensado, pero puede ser tu mejor medicina para afrontar el día
Vivir
conlleva inevitablemente aceptar la alegría y también un dolor en el alma como
parte esencial de la existencia. A lo largo de toda una vida hay momentos de
dolor leve o incluso residual. En otras ocasiones la intensidad es moderada,
aceptable. Y hay circunstancias en las que resulta agudo y asfixiante.
¿Te
has parado a pensar alguna vez que tener en el bolsillo una cruz puede ser tu
mejor medicina?Agarrarla en tus manos en momentos
complicados del día o simplemente verla en tu bolso o cartera puede hacerte
recordar que no estás solo. Alguien te acompaña en cada paso que das.
Los
jóvenes que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 se
llevaron una medicina que algunos puede que sigan teniendo y que sigan
utilizando diariamente. Se les entregó una cruz en una caja similar a la de un
medicamento, acompañado de un prospecto explicativo. Merece la pena recordar
parte de él para saber si cada uno de nosotros puede recetarse ese divino
medicamento.
“Indicaciones:
La
Cruz nos espera cada día. Se presenta de diversas formas: cansancios,
tentaciones, problemas, enfermedades, desastres, muertes, contrariedades, etc.
El Crucificado nos dice: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día y sígame”.
Precauciones:
La
Cruz no asegura una vida cómoda, pero sí un corazón enamorado, a semejanza del
Crucificado. Ser amigo de la Cruz y vivir enamorado de Dios le llevará a comportarse
de un modo distinto, con un estilo de vida que llamará poderosamente la
atención en muchos ambientes. El Crucificado le dará fuerza y alegría para ir
contracorriente, difundiendo eficazmente a su alrededor el principio activo de
la Cruz: el amor, la felicidad.
Dosis:
En
esta Medicina no hay riesgos de sobredosis. El corazón ansía el amor verdadero.
Modo
de empleo:
El
Crucifijo puede usarse de muy diversas formas, a cualquier hora del día o de la
noche. Procure usarlo diariamente.
Puede llevarlo
encima, del mismo modo que muchas personas llevan la fotografía de los que
aman en su agenda, en su cartera, en su móvil, en su salvapantallas o en su
coche.
Se
puede situar en muchos lugares. La cruz preside –como signo de paz y amor-
ciudades, montañas, cruces de caminos y edificios. Hay crucifijos en millones
de hogares, ricos y pobres, de los cinco continentes.
El
Crucifijo se puede mirar y dejarle hablar. “La Cruz es un libro
vivo, del que aprendemos definitivamente quiénes somos y cómo debemos actuar.
Este libro siempre está abierto ante nosotros (San Juan Pablo II).
Efectos
secundarios:
·
Vivir con alegría, abandonado
en las manos de Dios.
·
Superar con garbo las dificultades de cada
día.
·
Tener fortaleza y personalidad para
ir contracorriente.
Caducidad:
Este
medicamento no tiene fecha de caducidad. La Cruz de Cristo es la
Medicina definitiva. No caduca nunca.
Mantenga
el crucifijo al alcance y a la vista de los niños, jóvenes y mayores (todos encontrarán en la Cruz de Cristo la verdadera
felicidad, para sí mismos y para los demás)”.
Y
ahora… ¿no crees que ha llegado el momento de buscar una cruz y meterla en tu
bolsillo?
Fuente: Aleteia