Mirando atrás, recuerdo las veces que mi padre había rechazado las suculentas ofertas que le habían hecho para convertirse al Islam… Y doy gracias…
Soy Waqas
Sadiq, futuro sacerdote y oriundo de la parroquia de St. Joseph, en la
archidiócesis de Lahore. Nací y me crié en el pueblo de Chadala Khurd, donde
además de la mía, solo había otra familia cristiana. Además de mis padres,
somos 2 hermanos y 5 hermanas.
En nuestro
pueblo no hay templo católico, por lo que mi familia sólo puede asistir a Misa
un par de veces al año. Por eso, en cuanto entré en el
seminario menor, mi familia esperaba con ilusión mi visita en vacaciones, para
que les hablara de la fe y de lo que estaba aprendiendo. ¡Ellos tienen
verdadero interés y necesidad de conocer la fe!
Curiosamente,
antes de entrar en el seminario, sólo había conocido a un sacerdote en mi vida
y ni siquiera fue él quien me sondeó acerca de mi vocación. Nunca me lo había
planteado: aunque soy cristiano, mis amigos de infancia son musulmanes, aprendí
incluso sus oraciones y les acompañaba a la mezquita…
Fue mi
catequista quién me animó a entrar en el seminario menor. Entré sin mucho
entusiasmo pues yo quería ser ingeniero. Pero allí encontré lo que
verdaderamente quería para mi vida. Recibí el sacramento de la Confirmación, me
llené del Espíritu y dije que sí a la llamada de Dios. Mirando atrás,
recuerdo las veces que mi padre había rechazado las suculentas ofertas que le
habían hecho para convertirse al Islam… Y doy gracias…
Me gustaría
completar mis estudios en Roma, a ser posible, en Derecho Canónico que es lo
que más me gusta además de la Sagrada Escritura como materia de estudio.
Los fieles cristianos
necesitan sacerdotes: “¿quién puede oponerse o resistirse a esta vocación?”. La
gente tiene necesidad de la Palabra de Dios y de que se la expliquen y de
sacerdotes que les ayuden a ser buenos cristianos.
Ahora que ya
estoy a punto de ordenarme presbítero empiezo a sentirme verdadero cristiano. Mi
vida como sacerdote no va a ser fácil en Pakistán, por la presión del Islam,
por los atentados terroristas, pero no me asusta. Pido a los cristianos
occidentales “que nos ayuden, que estén unidos espiritualmente a nosotros, que
sean verdaderos hermanos nuestros”.
Fuente: Ayuda a la Iglesia Necesitada