La beata falleció en 1472. Su culto fue confirmado en 1847. La ciudad de Aquila la veneró como santa desde su muerte
La
beata se casó muy joven y perdió a su esposo a los pocos años. Deseando
consagrarse enteramente a Dios, opuso resistencia decidida a los intentos de
sus parientes de casarla de nuevo.
En
1429, la Beata Angelina de Marsciano envió a dos de sus religiosas a fundar en
Florencia el quinto convento de Terciarias Regulares de San Francisco y la
beata fue una de las primeras en entrar en él.
Un
año más tarde, su superiora la nombró superiora del convento de Santa Ana de
Foligno, y tras tres años, fue enviada a gobernar la nueva comunidad de Aquila.
Cuando
San Juan Capistrano pasó por la ciudad, la beata Antonia le manifestó que
deseaba una regla más estricta. El santo comprendió su anhelo y consiguió que
se le cediese el monasterio de Corpus Christi, que otra orden acababa de
construir. Ahí se retiró Antonia con once de sus religiosas, en 1447, para
practicar la regla original de Santa Clara en todo su rigor.
La
humildad y la paciencia eran las virtudes características de la Beata Antonia,
quien durante 15 años tuvo que soportar una dolorosa enfermedad, además de una
multitud de severas pruebas espirituales. Antonia era digna hija de San
Francisco por su amor a la pobreza.
Algunos
testigos narraron que habían visto varias veces a la beata arrebatada en
éxtasis a cierta altura del suelo, y que una vez un globo de fuego apareció
sobre su cabeza e iluminó el sitio en que se hallaba orando.
La
beata falleció en 1472. Su culto fue confirmado en 1847. La ciudad de Aquila la
veneró como santa desde su muerte.
Oración a la Beata
Antonia de Florencia
Señor Dios
todopoderoso, que de entre tus fieles
elegiste a la beata Antonia de Florencia por el don
de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde,
concédenos a nosotros, por intercesión de esta santa,
la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación,
tendamos hacia la perfección que nos propones.
elegiste a la beata Antonia de Florencia por el don
de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde,
concédenos a nosotros, por intercesión de esta santa,
la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación,
tendamos hacia la perfección que nos propones.
Por tu
Hijo Jesucristo que vive y reina contigo.
Amén
Fuente: ACI