¿Dónde lo has encontrado?
Dios
sale al encuentro del hombre. El encuentro con Él caminando a mi lado es el
sentido más profundo de mi vida. Esa es su promesa. Que irá conmigo.
Dios
me pide que me mueva, que salga de mí. Y me encuentre con Él en lo humano.
Porque Él es más humano que yo tantas veces. A veces me quedo mirando al cielo
y Dios está mi lado. Dios sale a mi encuentro cada día.
Dios
se encarnó para que pueda encontrarlo. Para que su encuentro me dé fuerzas y le
dé sentido a mi vida. La señal del amor de Dios es que puedo correr a
encontrarme con Él. Eso me conmueve.
Necesito
su encuentro. Sentir su abrazo. Ver su rostro. Caminar a su lado por los
caminos. Que me enseñe con sus manos a consolar y sostener. A cuidar
y curar. A acariciar. Necesito su abrazo cada día. Tocarlo en mi vida cotidiana
y a veces gris.
Dios
sale a mi encuentro. Dios hace el camino más largo. Y lo hace primero. Se
despoja de todo para tocar mi tierra. Yo también tengo que correr a encontrarme
con Él.
Pienso
en los momentos en que me he encontrado con Jesús en mi día. Le doy gracias.
Miro hacia atrás. ¡Cuántas fotos en las que aparece Dios oculto, encarnado!
¡Cuántos momentos alegres y también difíciles!
¿Dónde
lo he encontrado a Él? ¿Cuáles han sido mis momentos de encuentro con Dios?
San
Bernardo decía que no sirve de nada seguir a Jesús si no lo alcanzo. ¿Me ha
alcanzado Dios? ¿En qué momentos, en qué personas me he encontrado con Él en
medio de mi vida? El amor de Dios sale cada día a mi encuentro y me
espera.
CARLOS PADILLA ESTEBAN
Fuente:
Aleteia