Apóstol de los suevos
Martirologio
Romano: En Braga, en Portugal, san Martín de Dumio o Martin Dumiense,
obispo, que siendo oriundo de Panonia, rigió primero la sede de Dumio y después
la de Braga, y con su celo y predicación los suevos abandonaron la herejía
arriana y abrazaron la fe católica (c.580).
Etimológicamente: Martín = Referente al Dios Marte, es de origen latino.
Etimológicamente: Martín = Referente al Dios Marte, es de origen latino.
Breve Biografía
San
Martín de Braga, también conocido como Martín de Dumio o Martín Dumiense. Obispo,
teólogo y escritor eclesiástico hispano de origen panónico, llamado el «Apostol
de los suevos» (Panonia, hacia 510-520 - Braga, 579-580).
Dumio, situado geográficamente cerca de Braga - la capital del reino de los
suevos-, distingue del otro Martín de Francia a nuestro Martín. Fue el apóstol
de los suevos a los que convirtió al catolicismo.
El testimonio de san Isidoro de Sevilla señala el 560 como fecha de la
conversión. Eran los suevos un pueblo indomable y el terror de Roma;
atravesaron las Provincias y pasaron sus fronteras; se trasladaron de las
riberas del Rhin a las del Miño; arrasaron a los francos y pasaron el Pirineo;
luego se reparten las tierras de Galecia y ponen su capital en Braga; llegaron
a bajar hasta la Bética y conquistaron Sevilla en las tierras llanas.
Transcurre la vida del santo en el siglo VI.
San Martín Dumiense, según conocemos por el epitafio de su tumba que escribió
él mismo, era oriundo de Panonia, en la actual Hungría. Debió nacer entre el
510 y el 520. Quiso vivir el don de la fe en las mismas fuentes. Peregrina a
Palestina con la avidez de conocer, pisar, besar y tocar la tierra de Cristo;
allí aprovecha su tiempo entre oración, mortificación, y el estudio del griego
que le contacta con los santos Padres primeros. Luego pasa por Roma, donde
murió y vive Pedro. Atraviesa el reino de los francos donde se encuentra con
los suevos y aprovecha la oportunidad de hacer apostolado con este pueblo.
Karriarico, rey suevo arriano -habían caído los suevos en el arrianismo por la
actividad del gálata Ayax, enviado por Teodorico- mandó embajada noble para
pedir en la afamada y milagrosa tumba de san Martín de Tours el portento de la
curación de su hijo. Era ya la segunda vez que lo hacía, la primera misión no
dio el resultado apetecido; ahora manda la ofrenda del peso de su hijo en oro y
plata y presenta la promesa de conversión si obtiene del santo de Tours lo que
humildemente pide. Y se cura el vástago del rey suevo. Es la ocasión para dejar
el arrianismo. San Gregorio de Tours narrará, como testigo presencial, -dejando
en el relato el polvo de la leyenda- el ruego de la doble embajada y la
posterior conversión del bravo pueblo suevo.
Así fue como pasó el presbítero húngaro Martín a Galecia, de mano de sus casi
paisanos, los belicosos emigrantes centroeuropeos. En Dumio funda un monasterio
para la alabanza divina, la oración, el recogimiento, la difusión de la fe y la
atención del pueblo ¡Bien conocida tiene la necesidad de la oración para
extender el Evangelio! Quizás conoció el estilo de Arlés y posiblemente tuvo
referencias de la regla de san Benito, pero aquí los monjes se gobiernan al
ritmo que marca el abad -y ya obispo- Martín de Dumio.
Regula la vida del clero formándoles según los cánones y los acuerdos de los
concilios españoles y africanos; atiende celoso al campesinado donde abundan
las supersticiones paganas, célticas y germánicas. Encarga a su monje Pascasio
la traducción de "Las palabras de los ancianos" y él mismo traduce
"Las sentencias de los Padres egipcios"; escribe para los suyos otras
sabrosas obras de piedad, ascéticas y doctrinales, - Formula vitae honestae y
De correctione rusticorum- como tratados cortos y monográficos que rezuman
sabiduría humana al estilo de Séneca y espíritu cristiano.
Contribuyó a la conversión de los suevos al catolicismo. En el concilio de
Braga del 561 -como un precursor de san Ildefonso en el III de Toledo- se ha
logrado la conversión del rey y del pueblo, se establece la unidad y se tiene
el gozo de escuchar la fórmula del bautismo "en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo".
Murió aproximadamente en el año 580.
NOTA: Los
suevos fueron un pueblo germánico procedente del norte de Europa. Su
asentamiento primitivo se encuentra en la zona del mar Báltico, llamado por los
romanos Mare Suebicum. Tácito los menciona, aunque llama suevos a todos los
pueblos germánicos del este (marcomanos, quados, turingios y alamanos).