“Se aprende a hacer el
bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos”
En
la homilía que ofreció ayer durante la Misa en la
capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco invitó a la conversión, es
decir, a alejarse del mal y tomar el camino del bien.
El
Pontífice aprovechó la Cuaresma para
hacer un llamado a la conversión y pidió que “no nos habituemos a vivir en las
cosas feas” que “envenenan el alma”.
“No
es fácil hacer el bien: debemos aprenderlo, siempre. Y Él nos enseña.
¡Aprended! Como niños. En el camino de la vida, de la vida cristiana se aprende
todos los días. Se debe aprender todos los días a hacer algo, a ser mejores
cada día. Aprender. Alejarse del mal y aprender a hacer el bien: esta es la
regla de la conversión. Porque convertirse no es ir a un hada que con la varita
mágica nos convierta. Es un camino. Es un camino de alejarse y de aprender”.
Francisco
señaló a continuación lo necesario para alcanzar este camino: “Él, el Señor,
aquí dice tres cosas concretas, pero hay muchas otras: buscad la justicia,
socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la
viuda. Son cosas concretas”.
“Se
aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos. Por
eso Jesús en el Evangelio que hemos escuchado reprueba a esta clase de dirigentes
del pueblo de Israel, porque ‘dicen y no hacen’, no conocen lo concreto. Y si
no hay concreción, no puede haber conversión”.
Comentando
el resto de lecturas de la liturgia del día, el Santo Padre subrayó que Dios
ayuda a “caminar juntos” para “explicarnos las cosas, tomarnos de la mano”. De
tal forma que el Señor es capaz de “cambiarnos” y de “hacer este milagro”.
“Invito
a la conversión, alejaos del mal, aprended a hacer el bien. ‘Pero tengo muchos
pecados’. No te preocupes: si tus pecados fuesen como escarlata, se harán
blancos como la nieve’. Y este es el camino de la conversión cuaresmal. Simple.
Es un Padre que habla, es un Padre que nos quiere, nos quiere mucho. Y nos
acompaña en este camino de conversión. Solo nos pide que seamos humildes. Jesús
dice a los dirigentes: ‘quien se enaltezca será humillado y quien se humille
será enaltecido’”.
Por Álvaro
de Juana
Fuente:
ACI Prensa