15.3.17

PAPA FRANCISCO: LA CONVERSIÓN NO LA DA UN HADA CON SU VARITA MÁGICA, SINO HACER EL BIEN

“Se aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos”

En la homilía que ofreció ayer durante la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco invitó a la conversión, es decir, a alejarse del mal y tomar el camino del bien. 

El Pontífice aprovechó la Cuaresma para hacer un llamado a la conversión y pidió que “no nos habituemos a vivir en las cosas feas” que “envenenan el alma”.


“No es fácil hacer el bien: debemos aprenderlo, siempre. Y Él nos enseña. ¡Aprended! Como niños. En el camino de la vida, de la vida cristiana se aprende todos los días. Se debe aprender todos los días a hacer algo, a ser mejores cada día. Aprender. Alejarse del mal y aprender a hacer el bien: esta es la regla de la conversión. Porque convertirse no es ir a un hada que con la varita mágica nos convierta. Es un camino. Es un camino de alejarse y de aprender”.

Francisco señaló a continuación lo necesario para alcanzar este camino: “Él, el Señor, aquí dice tres cosas concretas, pero hay muchas otras: buscad la justicia, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda. Son cosas concretas”.

“Se aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos. Por eso Jesús en el Evangelio que hemos escuchado reprueba a esta clase de dirigentes del pueblo de Israel, porque ‘dicen y no hacen’, no conocen lo concreto. Y si no hay concreción, no puede haber conversión”.

Comentando el resto de lecturas de la liturgia del día, el Santo Padre subrayó que Dios ayuda a “caminar juntos” para “explicarnos las cosas, tomarnos de la mano”. De tal forma que el Señor es capaz de “cambiarnos” y de “hacer este milagro”.

“Invito a la conversión, alejaos del mal, aprended a hacer el bien. ‘Pero tengo muchos pecados’. No te preocupes: si tus pecados fuesen como escarlata, se harán blancos como la nieve’. Y este es el camino de la conversión cuaresmal. Simple. Es un Padre que habla, es un Padre que nos quiere, nos quiere mucho. Y nos acompaña en este camino de conversión. Solo nos pide que seamos humildes. Jesús dice a los dirigentes: ‘quien se enaltezca será humillado y quien se humille será enaltecido’”. 

Por Álvaro de Juana


Fuente: ACI Prensa
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