Fue decapitado cerca del año 306 en la antigua ciudad de Nicomedia (reino de Bitinia) por no acceder a renegar de su fe. Su fiesta se celebra el 5 marzo
San
Adrián fue un mártir de la Iglesia Católica
que vivió en tiempos de la última y más terrible de las persecuciones que
padecieron los primeros cristianos promovida por el emperador romano Diocleciano.
Según
algunos registros en griego y latín, Adrián fue oficial de la guardia del
emperador Galerio y
por lo tanto perseguidor de cristianos. Sin embargo, un día estando presente en
el juicio y tortura de veintidós mártires, quedó tan impresionado que decidió
convertirse al cristianismo.
En
el sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo Firmiliano gobernador de
Palestina, Adrián y Eubulo fueron de Batenea a Cesarea para visitar a los
confesores de la fe. Cuando los guardias de la ciudad les interrogaron sobre el
motivo de su viaje, los mártires respondieron sin rodeos que habían ido a
visitar a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador,
quien los mandó azotar y desgarrar las carnes con los garfios de hierro, para
ser arrojados después a las fieras.
Dos
días más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna, Adrián fue decapitado,
después de haber sido atacado por un león. Eubolo corrió la misma suerte, uno o
dos días después. El juez le había prometido la libertad a este último, con tal
de que sacrificara a los ídolos, pero el santo prefirió la muerte.
Fue
decapitado cerca del año 306 en la antigua ciudad de Nicomedia (reino de
Bitinia) por no acceder a renegar de su fe. Su fiesta se celebra el 5 marzo.
ORACIÓN A SAN ADRIÁN
Señor, Tú que llenaste de un celo apasionado
a San Adrián
por anunciar tu Amor, manifestado en el Corazón de tu Hijo Jesús
y en el Corazón de María, su Madre y Madre nuestra.
por anunciar tu Amor, manifestado en el Corazón de tu Hijo Jesús
y en el Corazón de María, su Madre y Madre nuestra.
Le diste fortaleza tan grande
que lo llevó a derramar su sangre
como testigo de tu Amor.
que lo llevó a derramar su sangre
como testigo de tu Amor.
Te pedimos, por su intercesión,
nos concedas también a nosotros
contemplar, vivir, anunciar
y ser testigos de tu Amor.
nos concedas también a nosotros
contemplar, vivir, anunciar
y ser testigos de tu Amor.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
Amén
Fuente: ACI