Sacerdote y Mártir, 6 de
abril
Perfil Biográfico
San
Pedro, mártir dominico, nace en Verona, la ciudad de la Lombardía italiana,
hacia el 1.205, en una familia que había sido presa de la herejía de los
Cátaros, renovadores -en el centro y norte de Italia- de la doctrina maniquea.
Pedro
de Verona es un niño muy inteligente, sincero, agradable y firme en sus
decisiones; parece predestinado a ser un apóstol opositor de estos herejes
puritanos. Los Cátaros eran desprendidos en el aspecto crematístico, y su
espíritu era belicoso y sectario. Su familia pertenecía a lo que entonces el
pueblo llama "patarini"; pese a ello no tienen inconveniente en que
la educación del niño esté a cargo de un maestro católico.
Un
día, San Pedro de Verona regresa de la escuela y se encuentra con un tío suyo,
noble y cátaro también que le pregunta por la marcha de sus estudios.
Inesperadamente para el tío, el pequeño Pedro le recita el Credo, cuyo primer
artículo refuta precisamente al Maniqueismo, al afirmar un solo Dios Creador
Absoluto de cielo y tierra. El tío insiste y le refuta tal doctrina, pero el
niño le contesta irrebatiblemente: "Quien no crea esta primera verdad de
la fe, no tendrá parte en la vida eterna". El tío queda impresionado y
preocupado por su sobrino Pedro.
Pedro
ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de
mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y de sus
seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. No pocos de
ellos se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores.
Pedro,
con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de Santo Domingo de Guzmán
y recibe el hábito dominicano de sus manos.
Con
ímpetu juvenil se dedica al estudio, a la oración, a la austeridad y a la
penitencia; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminada la
formación eclesiástica, es ordenado sacedorte y nombrado Predicador del
Evangelio de Jesús frente a los "patarinis".
Pronto,
la Región toscana, el Milanesado, la Romaña conocen a este fogoso predicaror, y
a la vez formidable polemista. Pedro es piadoso, austero. Corre la voz de su
santidad por todas partes. Ama a Jesucristo y, como Él, experimenta la prueba,
la calumnia y la cruz.
Un
día, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés,
Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la
noticia al Padre Prior. En Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque
ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. No se
defiende y se reconoce pecador. Por ello es castigado a un Convento de la Marca
Ancona donde en la soledad intensifica su estudio y oración... Un día se
desahoga ante un crucifijo: "¿Qué he mal he hecho, Señor, para verme como
estoy?". Cristo Crucificado le dice: " Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?".
De esta forma queda consolado y confortado.
Al
fin la verdad triunfa y el Papa Gregorio IX, que le conoce a fondo, le nombra
en 1.232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol
de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los
hombres.
Sucesivamente
es superior de los Conventos de Piaccenza, Como y Génova. En 1.243 Inocencio IV
confirma a Pedro como Inquisidor General. Pero una conjura pesa sobre él para
asesinarle.
Semblanza Espiritual
Su
martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras
milanesas. Era el 6 de abril de 1.252. Regresaba de Milán a su Convento de
Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de
hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas la
faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo "CREO".
El
Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad
emocionante a Cristo Crucificado a quien imita y ama. Tenía 46 años. Su cuerpo
es trasladado al convento de Milán. El 25 de marzo del año siguiente, 1.253,
Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana.
San
Pedro de Verona es ejemplo de fidelidad y de amor a Cristo y a los hombres.
Fuente:
dominicos.org






