El
Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad se encuentra
reunido en Roma desde el 1 hasta el 30 de mayo con el tema “¡Entregarse todas a
Dios para ser una con el prójimo!
En
una audiencia con los participantes del Capítulo General de las Pequeñas
Hermanas Misioneras de la Caridad, congregación fundada por San Luis Orione (Don Orione) en 1915
con el carisma de ejercer la caridad hacia los más pobres, el Papa Francisco
explicó las características que debe tener un misionero.
Al
misionero se le pide ser una persona audaz y creativa, libre, sin las cadenas
de la mundanidad, que tenga una espiritualidad fundamentada en Cristo y que sea
un profeta de la Misericordia, aseguró el Papa Francisco.
1.- Audaces y creativos
En
su discurso, que pronunció en la Sala del Consistorio del
Palacio Apostólico Vaticano, el Pontífice recordó que “en la Iglesia, la misión nace
del encuentro con Cristo. El enviado del Padre nos envía ahora a nosotros. Es
Él quien nos llama y nos manda. El centro de la misión de la Iglesia es
Jesús”.
“Al
misionero se le pide ser una persona audaz y creativa”, indicó. “No vale el
cómodo criterio del ‘se ha hecho siempre así’. No vale. Replanteaos los
objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos de vuestra misión”.
El
Santo Padre recordó que “estamos viviendo un tiempo en el cual es necesario
repensar todo a la luz de aquello que nos pide el Espíritu. Esto exige una
mirada especial sobre los destinatarios de la misión, sobre la realidad misma:
la mirada de Jesús, que es la mirada del Buen Pastor”.
Esta
mirada, dijo el Papa, “no juzga, sino que escruta la presencia del Señor en la
historia; una mirada que acerca para contemplar, conmoverse y permanecer con
todo el que sea necesario; un mirada profunda, de fe; una mirada respetuosa y
llena de compasión, que protege, libera y conforta”.
“Esa
mirada especial os dará valentía y creatividad, y os ayudará a ser permanecer
siempre a la búsqueda de nuevos caminos para hacer llegar a todos la Buena
Noticia que es Cristo”.
2.- Libres
Al
misionero “también se le pide que sea una persona libre, que viva sin nada
propio. No me canso de repetir que la comodidad, la pereza y la mundanidad son
fuerzas que impiden al misionero ‘salir’, ponerse en camino y, en definitiva,
de compartir el regalo del Evangelio”.
3.- Sin las cadenas de la
mundanidad
“El
misionero no puede ponerse en camino con el corazón lleno de cosas (comodidad),
con el corazón vacío (pereza) o en búsqueda de cosas ajenas a la gloria de Dios
(mundanidad). El misionero es una persona libre de todos esos pesos y cadenas”.
El
misionero es “una persona que vive en un camino constante de conversión
personal y que trabaja sin cansancio hacia la conversión pastoral”.
4.- Espiritualidad
fundamentada en Cristo
Por
otro lado, explicó Francisco, “al misionero se le pide que sea una persona en
la que habite el Espíritu Santo. Es el Espíritu el que recuerda a los
discípulos todo aquello que Jesús dijo, el que les enseña, el que les da
testimonio de Jesús y el que les conduce a dar en toda ocasión testimonio.
Aquello que se le pide al misionero es que sea una persona dócil al
Espíritu”.
“Al
misionero –continuó– se le pide que tenga una espiritualidad fundada en Cristo,
en la Palabra de Dios en la liturgia”.
5.- Profetas de la
misericordia
Por
último, “al misionero se le pide que sea profeta de la misericordia”.
Francisco
agradeció a las hermanas, “en nombre de la Iglesia, y de tantos pobres, en
especial las mujeres y los niños, y de tantos enfermos físicos y psíquicos a
los que asistís, por vuestro trabajo apostólico”.
En
este sentido, Francisco destacó la impronta misionera del trabajo realizado por
las integrantes de esta congregación: “Hermanas, sois misioneras sin
fronteras”. “A todos, pero de forma especial a los pobres, en los cuales estáis
llamadas a reconocer la carne de Cristo, lleváis la alegría del Evangelio que
es el mismo Jesús”.
“La
misión al servicio de los pobres os ponen ‘en salida’ y os ayuda a superar los
riesgos de la autorreferencialidad, del limitarse a sobrevivir y de la rigidez
autodefensiva”. Para ello, explicó Francisco, “es fundamental cultivar la
comunión con el Señor”.
“Como
discípulas suyas, estáis llamadas a ser mujeres que trabajen asiduamente por
trascenderse, proyectándose hacia el Maestro y con la cultura en la que vivís”;
y “como profetas de la misericordia anunciáis el perdón y el abrazo del Padre,
fuente de alegría, de serenidad y de paz”, concluyó.
El
Capítulo General de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad se encuentra
reunido en Roma desde el 1 hasta el 30 de mayo con el tema “¡Entregarse todas a
Dios para ser una con el prójimo! PSMC: discípulas misioneras, testimonios
gloriosos de la Caridad en las periferias del mundo”.
Por Miguel Pérez
Pichel
Fuente:
ACI Prensa