Después
de la ordenación de 10 nuevos sacerdotes en la Basílica de San Pedro, el Papa
Francisco presidió el rezo del Regina Coeli y advirtió de escuchar la voz de
falsas sabidurías que no son las del Buen Pastor
“A
veces racionalizamos demasiado la fe y corremos el riesgo de perder la
percepción del timbre de esa voz, de la voz de Jesús buen pastor, que estimula
y fascina”. Para Jesús “no somos nunca extraños, sino amigos y hermanos”, dijo
el Papa.
Sin
embargo, “no siempre es fácil distinguir la voz del pastor bueno. Existe
siempre el peligro del ladrón, del bandido y del falso pastor”, advirtió.
“Existe
el riesgo de estar distraído por el sonido de otras voces”, por eso “hoy
estamos invitados a no dejarnos distraer por las falsas sabidurías de este
mundo, sino a seguir a Jesús, Resucitado, como única guía segura que da sentido
a nuestra vida”.
El
Papa explicó que en el Evangelio se presentan 2 imágenes: la del pastor y la de
la puerta del redil. “El rebaño, que somos todos nosotros, tiene como
habitación un redil que sirve de refugio, donde las ovejas viven y descansan
tras el cansancio del camino. Y el redil tiene un recinto con una puerta, donde
hay un guardia”.
“Al
redil se acercan varias personas. El primero es el pastor, el segundo un
extraño que no ama las ovejas. Jesús se identifica con el primero y manifiesta
una relación de familiaridad con las ovejas expresada a través de la voz, con
la cual les llama y ellas le reconocen y lo siguen”.
“Cristo,
Buen Pastor, se ha convertido en la puerta de la salvación de la humanidad,
porque ha ofrecido la vida por sus ovejas. Jesús, pastor bueno y puerta de las
ovejas, es un jefe cuya autoridad se expresa en el servicio, un jefe que para
mandar dona la vida y no pide a los otros que la sacrifiquen”, añadió.
Es
“un jefe del que uno se puede fiar, como las ovejas que escuchan la voz de su
pastor porque saben que con él se va a pastos buenos y abundantes. Basta una señal,
un reclamo y ellas le siguen, obedecen, se encaminan guiadas por la voz de
aquel que escuchan como presencia amiga, fuerte, y dulce, que guía y protege,
consuela y medica”.
“Así
es Cristo para nosotros”, destacó el Papa. “Hay una dimensión de la experiencia
cristiana que quizás dejamos un poco en la sombra: la dimensión espiritual y
afectiva. El sentirse unidos por un vínculo especial al Señor como las ovejas a
su pastor”.
Por
último, el Papa pidió que la Virgen María “acompañe a los diez nuevos sacerdotes
que he ordenado hace poco y sostenga con su ayuda a los que son llamados por
Él, para que estén dispuestos y sean generosas a seguir su voz”.
Por Álvaro
de Juana
Fuente:
ACI Prensa






