El primer Papa no europeo
en 12 siglos habla a los líderes europeos de la memoria perdida y de la
esperanza para transformar los tiempos de crisis en oportunidades
El Papa Francisco pidió
a los líderes europeos “formar parte de una obra más grande que sus propias
personas y por la amplitud del ideal” que animaba a los padres fundadores de la
Unión Europea.
La historia es irónica,
ahora el primer pontífice latinoamericano pone a reflexionar a los cabecillas
europeos con un discurso superlativo sobre “el espíritu de servicio, unido a la
pasión política, y a la conciencia de que en el origen de la civilización
europea se encuentra el cristianismo”.
“En nuestro mundo
multicultural, tales valores seguirán teniendo plena ciudadanía si saben
mantener su nexo vital con la raíz que los engendró. En la fecundidad de
tal nexo está la posibilidad de edificar sociedades auténticamente laicas, sin
contraposiciones ideológicas, en las que encuentran igualmente su lugar el
oriundo, el autóctono, el creyente y el no creyente”, dijo el papa
Francisco.
El Pontífice se volvió a
encontrar con los 27 Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea
acompañados por sus delegaciones en la Sala Regia del Palacio Apostólico del
Vaticano.
La ocasión ha sido la
víspera del 60º aniversario de la firma de los Tratados constitutivos
de la Comunidad Económica Europea y la Comunidad Europea de la Energía Atómica
en Roma.
En su discurso hizo
referencia al proyecto europeo de los padres fundadores de la UE bajo una
“concepción de la vida a medida del hombre, fraterna y justa”. El sueño
compartido por Spinelli, Monnet, Shuman, Bech, Adenauer y Spaak. “Después de
los años oscuros y sangrientos de la Segunda Guerra Mundial”, recordó.
Asimismo, citó, entre
otros, el discurso de Alcide de Gasperi, Siervo de Dios para la Iglesia, sobre
la fe puesta por los líderes europeos en un “futuro mejor” para “olvidar viejos
enfrentamientos” y “actuar en la más importante transformación”. Palabras
símbolo del espíritu de la firma de los Tratados de Roma (25 marzo 1957).
“Los líderes de la época
tuvieron fe en las posibilidades de un futuro mejor, no pecaron de falta de
audacia y no actuaron demasiado tarde”, afirmó el Papa.
“Volver a Roma sesenta
años más tarde” con el “deseo de redescubrir la memoria viva” de la UE para
comprender la “importancia en el presente”.
Europa cristiana y
justa
El Papa también recordó
las palabras de Juan Pablo II sobre el “alma de Europa” que “permanece unida
porque” tiene “idénticos valores cristianos y humanos”, y un “profundo
sentimiento de justicia y libertad, de laboriosidad, de espíritu de
iniciativa”.
Igualmente se refirió al
espíritu europeo “de amor a la familia, de respeto a la vida, de tolerancia y
de deseo de cooperación y de paz, que son notas que la caracterizan”.
¿Crisis u oportunidades?
El Obispo de Roma
rememoró a los Padres fundadores de Europa “que habían sobrevivido a un
conflicto devastador”, estaban “animados por la esperanza de un futuro mejor”
no querían “nuevos conflictos”.
Asimismo, aseguró que
“nuestra época está más dominada por el concepto de crisis. Está la crisis
económica, que ha marcado el último decenio, la crisis de la familia y de los
modelos sociales consolidados, está la difundida «crisis de las instituciones»
y la crisis de los emigrantes: tantas crisis”.
Francisco llamó de nuevo
a la esperanza evangélica para salir de ese estado de crisis permanente que
“esconden el miedo y la profunda desorientación del hombre contemporáneo” y que
“exigen una nueva hermenéutica para el futuro”.
“A pesar de todo, el
término «crisis» no tiene por sí mismo una connotación negativa….La palabra
crisis tiene su origen en el verbo griego crino (κρίνω), que
significa investigar, valorar, juzgar. Por esto, nuestro tiempo es un
tiempo de discernimiento, que nos invita a valorar lo esencial y a
construir sobre ello; es, por lo tanto, un tiempo de desafíos y de
oportunidades”, destacó arrancando los aplausos de los presentes.
Esperanza
Francisco sostuvo que
precisamente las respuestas para “construir” la Unión Europea “la encontramos
precisamente en los pilares”: la centralidad del hombre, una solidaridad
eficaz, la apertura al mundo, la búsqueda de la paz y el desarrollo, la
apertura al futuro.
“A quien gobierna le
corresponde discernir los caminos de la esperanza, identificar los
procesos concretos para hacer que los pasos realizados hasta ahora no se dispersen,
sino que aseguren un camino largo y fecundo”.
Muros
El Papa criticó que
Europa haya perdido la memoria del drama de los muros y de las divisiones que
ha tenido que eliminar.
“¡Cuánto se ha luchado
para derribar ese muro! Sin embargo, hoy se ha perdido la memoria de ese
esfuerzo. Se ha perdido también la conciencia del drama de las familias
separadas, de la pobreza y la miseria que provocó aquella división”, aseguró.
Francisco pidió no caer
de nuevo en los “signos de una enemistad forzada”, pues “ahora se discute sobre
cómo dejar fuera los «peligros» de nuestro tiempo: comenzando por la larga
columna de mujeres, hombres y niños que huyen de la guerra y la pobreza,
que sólo piden tener la posibilidad de un futuro para ellos y sus seres
queridos”.
La paz más larga de los
últimos siglos…
“En el vacío de memoria
que caracteriza a nuestros días, a menudo se olvida también otra gran conquista
fruto de la solidaridad sancionada el 25 de marzo de 1957: el tiempo de
paz más largo de los últimos siglos. «Pueblos que a lo largo de los años se han
encontrado con frecuencia en frentes opuestos, combatiendo unos contra otros,
(…) ahora, sin embargo, están unidos por la riqueza de sus peculiaridades
nacionales”, destacó.
Europa necesita
soluciones comunes
Antonio Tajani,
Presidente del Parlamento Europeo remarcó la centralidad de la personas y el
respeto de su dignidad.
Paolo Gentiloni,
Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana afirmó que Europa
necesita soluciones comunes a favor de los pobres ante la globalización y los
nacionalismos exacerbados para volver a los valores de unidad del principio.
También estuvo presente
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo y Jean-Claude Junker, presidente de
la Comisión de Europa.
Francisco ya se había
encontrado a los líderes del Viejo Continente en otras ocasiones para
invitarlos a redescubrir los valores perdidos con el tiempo. La
primera vez en su visita al Parlamento Europeo y el Consejo de Europa
(25.11.2014).
Y en el Vaticano, cuando
aceptó el único galardón de su pontificado aprovechando la ocasión para
dirigirles un duro llamado a la solidaridad: “Sueño
una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos
humanos ha sido su última utopía” (06.05.2016).
Fuente: Aleteia