Este cambio
llega en un momento en que el Papa Francisco “está pidiendo un nuevo tipo de
sacerdote para servir en las parroquias de todo el mundo”
En un nuevo
artículo de la revista TIME se indaga sobre un fenómeno que cada vez es más
común en los Estados Unidos: el aumento del número de seminaristas y sacerdotes
“milenialls”.
De acuerdo
con el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de
Georgetown, 1.900 hombres menores de 30 años se matricularon en seminarios
católicos en 2016, frente a 1.300 en 2005.
“Los
sacerdotes ‘milenialls’ son productos de la Iglesia y del siglo
XXI. Usan Facebook y Snapchat, y chatean con sus amigos utilizando graciosos
GIFs”, escribió la periodista Elizabeth Dias en su artículo para TIME.
Además,
indicó que “es más probable que en público lleven su traje clerical que los
pantalones vaqueros” y “que más rápido comparten detalles de su vida de oración que sus noches de
viernes viendo Netflix”.
También,
añadió, hablan abiertamente con sus supervisores sobre sus luchas con la
castidad.
Según la
autora, este cambio llega en un momento en que el Papa Francisco “está pidiendo
un nuevo tipo de sacerdote para servir en las parroquias de todo el mundo”.
“Su papado
tiene apenas cuatro años, y los sacerdotes ‘millenials’ no son un grupo
homogéneo, pero ya comparten una misión”, aseguró.
Para poner
un ejemplo, Dias dijo que la próxima generación de sacerdotes que atienden a la
llamada del Papa “se parecerá mucho al P. Chris Seith”, vicario parroquial de
Nuestra Señora de la Misericordia en Potomac, estado de Maryland.
“Seith,
ahora de 28 años, practica CrossFit, pasea en bicicleta por los pasillos de la
escuela católica de su parroquia y saluda a todos los estudiantes llevando
puesto un bigote falso y un sombrero de gondolero. También hornea pasteles en
los días religiosos festivos para animar a la gente a celebrar las fiestas
religiosas como fiestas reales”.
Finalmente,
indicó que “la misión de la misericordia y primera exhortación apostólica del
Papa Francisco, La Alegría del Evangelio, guía su propósito”.
“La alegría
es contagiosa, la energía es contagiosa. Solo quiero ser el rostro de esa
alegría”, dijo el P. Seith.
Fuente: ACI
Prensa






