En la misa que presidió el
Santo Padre este martes, participó el Consejo de los nueve cardenales
El
papa Francisco en la homilía de este martes en la misa celebrada en la Casa
Santa Marta, señaló que los cristianos no deben buscar “seguridades
artificiales”, y encomendarse con confianza al Espíritu Santo.
En
la misa que presidió el Santo Padre participó el Consejo de los nueve
cardenales.
El
Papa Francisco se detuvo en las propuestas por la Segunda Carta de San Palo a
los Corintios subrayando tres palabras: “sí”, la “sal” y la “luz”, un mensaje
decisivo que no acepta matices, porque estos “llevan a buscar una seguridad
artificial” como sucede, por ejemplo, con la “casuística”.
En
este “sí”, por lo tanto, encontramos “todas las palabras de Dios en Jesús,
todas las promesas de Dios”. En Jesús “se cumple todo lo que fue prometido,
razón por la cual Él es la plenitud”.
“En Jesús no
existe un ‘no’: siempre ‘sí’, para la gloria del Padre -dijo el Pontífice-
pero también nosotros participamos en este ‘sí’ de Jesús, porque Él nos ha
otorgado la unción, nos ha impreso el sello, nos ha dado el ‘anticipo’
del Espíritu. Nosotros participamos porque somos ungidos, sellados y
tenemos esa seguridad, el ‘anticipo’ del Espíritu.
El Espíritu que nos llevará al ‘sí’ definitivo, también a nuestra
plenitud. Incluso el mismo Espíritu que nos ayudará a llegar a
ser luz y sal, es decir, el Espíritu que nos lleva al testimonio
cristiano”.
“Por
lo tanto, el que “tiene la luz, pero no la da, no la deja ver y si no la hace
ver no glorifica al Padre que está en los cielos”. Y advirtió que
“tiene la sal, pero la toma para sí mismo y no la da para que se evite la
corrupción”.
“Sí,
sí”, “no, no”: palabras decisivas ya que “lo superfluo proviene del maligno”.
Es precisamente “esta actitud de seguridad y de testimonio lo que el Señor ha
encomendado a la Iglesia y a todos nosotros, los bautizados”, dijo.
La
propuesta cristiana es muy sencilla, pero “tan decisiva y tan bella, y nos da
tanta esperanza”. E invitó a preguntarse: “¿Yo soy luz para los demás?, ¿soy
sal para los demás, que da sabor a la vida y la defiende de la corrupción? ¿Yo
estoy aferrado a Jesucristo, que es el ‘sí’? ¿Yo me siento ungido, sellado?’
¿Yo sé que tengo esta seguridad que llegará a ser plena en el Cielo, pero
que al menos es su ‘anticipo’, ahora, el Espíritu?”.
Señaló
también que “se tiene la costumbre de decir esto: ‘Es una persona solar’.
Lo que puede ayudarnos a comprender esto. Éste es más que solar, aún. Esto es
reflejo del Padre en Jesús, en el que las promesas están todas cumplidas. Éste
es el reflejo de la unción del Espíritu que todos nosotros tenemos”
Y
concluyó recordando que Jesús le dice a los discípulos: ‘Que así resplandezca
su luz ante los hombres, para que vean sus obras buenas y glorifiquen al
Padre’. Todo esto, para glorificar a Dios. La vida del cristiano es así”.
El
sucesor de Pedro invitó a rezar para estar “enraizados en la plenitud de
las promesas en Cristo Jesús que es ‘sí’, totalmente ‘sí’, para
llevar esta plenitud con la sal y la luz de nuestro testimonio a los demás para
dar gloria al Padre que está en los cielos”.
Fuente:
Zenit