Expertos estudiarán la propuesta para presentarla
al Papa tras ‘Debate Internacional sobre la Corrupción en el Vaticano’
Grupo de expertos está
evaluando la elaboración de “un texto común que guiará nuevos trabajos e
iniciativas futuras contra el problema global” de las mafias y de las
organizaciones criminales. “Entre estos, cabe señalar ahora, la necesidad de
profundizar en el ámbito internacional y la doctrina de la Iglesia, la cuestión de la excomunión por corrupción
y mafia”, informó el Vaticano el pasado 17 de junio de 2017.
El nuevo Dicasterio (ministerio) para el Servicio
del Desarrollo Humano Integral (SDHI)
instituido recientemente por el Papa y guiado por el cardenal Peter Turkson, ha
concluido un primer encuentro del título: “Debate Internacional sobre la Corrupción”
el 15 de junio de 2017.
De ahí nace la
propuesta para que la Iglesia Católica sancione a los mafiosos, políticos
corruptos y mercantes de seres humanos con la excomunión. Pena con la cual se
separaría a un católico corrupto de la comunidad eclesial debido a esta falta,
grave pública o privada.
Con ironía se podría
decir que nos quedaríamos sin políticos católicos, especialmente en América
Latina y España, no obstante, la reunión también apoyada por la Pontificia
Academia de las Ciencias, toma el argumento tan enserio que ha involucrado en
el debate a más de 50 figuras laicas profesionales y eclesiales.
Una mesa de
reflexión que involucra jueces y fiscales anti mafia y anti corrupción,
obispos, personalidades vaticanas, representantes de países de las Naciones
Unidas, y jefes de movimientos, victimas del flagelo, periodistas, estudiosos e
intelectuales, entre otros.
La lucha contra la
corrupción y la mafia – se ha dicho en el Debate que tuvo lugar en la Casina
Pio IV del Vaticano- es una cuestión no sólo de legalidad sino de civismo.
El cardenal Turkson
aseguró que la reflexión obedece a la necesidad de hacer frente a un fenómeno
global que “pisotea la dignidad de la persona”. Por ello, los participantes a
la reunión manifestaron que la dignidad de las personas no se puede negar o
interrumpir. Así bajo el apoyo del nuevo dicasterio vaticano que se ocupa de la
cuestión.
El objetivo es
“sensibilizar, identificar las medidas concretas que puedan ayudar a conseguir
a las políticas y las leyes para que impidan cualquier corrupción, porque la
corrupción es como un
gusano que se infiltra en los procesos de desarrollo de los países pobres o en
los países ricos”, aseguró el arzobispo Silvano M. Tomasi,
secretario del SDHI.
La corrupción –
continuó – “arruina la relación entre las instituciones y entre las personas.
Así que el esfuerzo que estamos haciendo es crear un estado mental, una cultura
de justicia que luchan contra la corrupción para proveer al bien común”.
Francisco tampoco
bromea cuando denuncia que “la corrupción es la peor plaga
social porque genera gravísimos problemas y crímenes que implican a todos”.
Lo escribe recientemente en la introducción del libro,
Corrosione (Corrosión), escrito por el cardenal ghanés Tuckson, junto al
filósofo y miembro de la SDHI, Vittorio Alberti.
En este sentido, el
Papa cita al teólogo francés, Henri de Lubac que decía: “el
peligro más grande es la mundanidad espiritual, que es la corrupción,
y que es más desastrosa que la infame lepra”.
Por ende, “nuestra
corrupción es la mundanidad espiritual, la tibieza, la hipocresía, el
triunfalismo, el hacer prevaler solo el espíritu del mundo sobre nuestras vidas
y la indiferencia”, explicó.
Por un nuevo
humanismo, el Pontífice invita a cristianos y no cristianos” a trabajar por un
“renacimiento[…]contra la corrupción que podemos realizar con audacia
profética”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia