14.7.17

VIO APUÑALAR AL HERMANO ROGER EN TAIZÉ… Y AHÍ NACIÓ SU VOCACIÓN

La sangre y el cuchillo llamaron al sacerdocio a Daniel Kim

Sucedió en agosto de 2005, en Francia, la iglesia de la comunidad ecuménica de Taizé, delante de cientos de personas: una mujer joven, rumana, saltó con un cuchillo chillando incoherencias, al parecer por un trastorno psiquiátrico y apuñaló al anciano Hermano Roger Schutz, fundador de esta comunidad, que murió enseguida. 

Tenía 90 años y dejaba una comunidad de más de cien hermanos católicos, ortodoxos y protestantes, llegados de 25 países distintos, que son anfitriones cada año de miles y miles de jóvenes.

El Hermano Roger no lo supo en vida, pero en ese mismo momento de su muerte logró otra vocación para Dios: la de Daniel Kim, un joven que ahora, en mayo, doce años después, acaba de ser ordenado sacerdote misionero en Estados Unidos.

“Todo el incidente tuvo lugar a 9 metros de donde yo estaba sentado”, recuerda Daniel Kim, misionero de Maryknoll, que asistía a la oración ese día. “Ese momento me empujó a la acción, a descubrir, a intentar explorar mi vocación de una forma más profunda”. La muerte violenta del Hermano Roger le sacudió y le llevó a su entrega sacerdotal.

Tenía 22 años y su madre había muerto en un accidente de tráfico varios años antes, cuando iba aún al instituto. Precisamente, en el instituto le votaron como “chico más tímido de la clase”.

Su madre le había dejado como herencia una gran devoción por santa Teresita de Lisieux, que precisamente es patrona de las misiones. “El caminito de santa Teresa era la forma de glorificar a Dios que tenía mi madre”, recuerda. La familia (con su padre y su hermano) vivían la fe en una parroquia coreana de la diócesis de Orange, California.

En la universidad cambió de carrera tres veces. Después, buscando el sentido de su vida, su vocación, viajó a Europa, a ser peregrino y viajero durante un semestre. Así llegó a Taizé ese verano y de la sangre y el cuchillo llegó su vocación a servir a Dios radicalmente y conocerlo mejor.

Es curioso que su hermano también encontrase un camino en un entorno de violencia: fue capitán en el ejército norteamericano en Irak y hoy es policía especial (SWAT) en California, casado y con tres hijos.

El joven Daniel Kim se quedó estudiando Biblia en en Nemi, Italia. Allí conoció a un misionero sacerdote de la congregación de Maryknoll, fundada en 1911, hoy con misiones en 20 países. Cuando acabó su carrera de teología, en 2009 entró como seminarista en Maryknoll.

Un misionero refleja el amor de Dios

“Un sacerdote misionero es alguien que refleja el amor de Dios sirviendo y esforzándose por ser la mejor versión de sí mismo e inspirando a otros la versión mejor de ellos mismos”, explica en el boletín de la congregación.

Durante dos años estuvo en Taiwán y en China continental estudiando chino mandarín y aprendiendo de otros misioneros veteranos. De ellos le impresionó “cómo diseminan el poder sanador del amor de Dios a la gente que sirven, sobre todo a los que la sociedad etiqueta como inadaptados”.

En Taiwán, por ejemplo, trabajó con inmigrantes pobres llegados de Vietnam. Después, en Estados Unidos, siguió colaborando en una parroquia china, y ya como diácono bautizaba, llevaba la comunión a enfermos y trabajaba con jóvenes.
Oración contemplativa

Dice que la oración contemplativa le sintoniza con las indicaciones del Espíritu Santo. Fue ordenado como sacerdote el 21 de mayo en la casa de los misioneros en Ossining, Nueva York.

Él, que había sido el “chico más tímido de la clase”, es ahora un misionero con ganas de anunciar el evangelio en inglés, en chino o en coreano, allí donde se le envíe.

Artículo publicado originalmente por Religión en Libertad


Fuente: Aleteia
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