Patrono
de los novicios, 13 de agosto
Estanislao
nació el 28 de octubre de 1550 en el castillo de Rostkow, muy cercano a la
pequeña ciudad de Przasnysz, perteneciente al principado de Mazowsze (Polonia).
Fue el segundo de seis hijos del matrimonio formado por Juan Kostka y Margarita
Kryskich.
La genealogía de los Kostka se remontaba hasta Jastschenbiesz, uno de
los compañeros de Lech, fundador de Polonia.
Juan
Kostka era senador del reino y a partir del año 1564 fue gobernador del
castillo de Zakroczym; en la actualidad no queda ningún vestigio de las
posesiones de los Kostka. La familia de su madre Margarita, originaria de la
ciudad de Dorbnim, era bastante conocida y con prestigio en la corte.
Los
hermanos de Estanislao por orden de nacimiento eran Pablo, Adalberto, Nicolás,
Ana y una última hermana de la que no se conoce el nombre. La mayor parte de
los sucesos ocurridos en su infancia se conocen gracias a las declaraciones de
su hermano Pablo.
Sus
padres-según Pablo- querían que fuesen paladines de la religión católica y los
instruyeron con cierto rigor en la fe y los dogmas católicos. Los incitaban a
la piedad, modestia y templanza con su propio ejemplo.
Estos
conceptos fundamentales calaron de modo tan especial en Estanislao, que desde
el principio mostró una gran sensibilidad, hasta el punto-según los testimonios
de sus padres-que estos en las fiestas celebradas en su castillo tenían que
advertir a los invitados de no realizar bromas o comentarios subidos de tono
delante de su hijo, pues en mas de una ocasión le provocaron un “desmayo”.
La
educación primaria la recibió en casa, como se acostumbraba en las grandes
familias. Juan Bilinski, joven de buena familia y talento, (se graduó como doctor
y llego a ser canónigo de Plock), fue el instructor de los chicos.
El
día 24 de julio de 1564 (1) Estanislao y su hermano Pablo se trasladaron al
Colegio Imperial en Viena junto con Juan Bilinski y se hospedaron en el
internado, contiguo al colegio.
Ese
año fue decisivo para Estanislao; su natural inclinación al recogimiento y a la
piedad se incrementaron, añadió una serie de prácticas penitenciales
corporales, propias de la época en las órdenes religiosas. El hijo de Fernando
I, Maximiliano II subió al trono polaco, de ciertas simpatías hacia las ideas
protestantes y el poco afecto a los jesuitas le llevo a clausurar el internado
en 1565.
Los
jesuitas seguirían con el colegio, pero los alumnos deberían buscar donde
alojarse.
Pablo
vio la oportunidad de liberarse del ambiente jesuita y junto con otros
compañeros alquilaron varias habitaciones en un palacio en el que vivía un
integro luterano; el senador Kimberker.
No
tardaron en comenzar los enfrentamientos entre Estanislao, que seguía fiel a su
disciplina intelectual y religiosa, y el grupo de Pablo; empezaba el calvario
para el joven Estanislao.
En
un principio trataron de disuadirlo de su conducta con palabras, pero poco a
poco llegaron a las agresiones físicas, incluso los compañeros de Pablo llegaron
a declarar muy arrepentidos en el proceso de beatificación que llegaron a darle
patadas.
En
diciembre de 1565 Estanislao cae gravemente enfermo de altísimas fiebres. Las
causas se atribuyeron a sus excesos de ascetismo, los malos tratos continuos que
recibía y una constitución delicada.
El
senador Kimberker se opuso a que un sacerdote católico profanase su casa con el
viático y Estanislao desesperado recurre a Santa Bárbara (patrona de la buena
muerte).Según el relato de San Estanislao, la Santa lo visitó en compañía de
dos ángeles, recibiendo el Viático de manos de la mismísima Santa.
Una
noche en que se encontraba algo mejor vio entrar a la Virgen María con el niño
Jesús, al que deposita amorosamente en los brazos de Estanislao. La Virgen le
dice “Ya estas completamente sano… nuestra voluntad es que entres cuanto antes
en la Compañía de mi hijo Jesús”. Al amanecer, el criado Bilinski y más tarde
los médicos, comprobaron que el peligro de muerte había desaparecido. La
convicción de que la Virgen María le había pedido que ingresara en la Compañía
de Jesús marcaba su futuro.
Tras
comunicárselo a su confesor espiritual y este al provincial, el padre Lorenzo
Maggio, persuadido del catolicismo de los Kostka no dudaba en que el padre
daría su consentimiento, requisito indispensable para entrar en la orden. Pero
el padre, Juan Kostka, no dio su consentimiento.
El
futuro de los hijos de los nobles pasaba por dignidades civiles, políticas o
altos cargos eclesiásticos y lo que deseaba Estanislao estaba fuera de lugar
por completo. Estanislao hizo voto ante La Virgen de entrar en la Compañía, su
hermano Pablo montó en cólera al conocer su decisión y a Estanislao ya solo le
quedaba una cosa por hacer; huir.
La
partida de Estanislao tuvo lugar el 10 de agosto de 1567, festividad de San
Lorenzo Mártir. Estanislao se desprendió de sus ropas y se vistió como un
peregrino, partiendo hacia Augsburgo, donde debería encontrarse con el
provincial de los jesuitas alemanes: San Pedro Canisio. Esto le fue aconsejado
por un jesuita portugués: Francisco Antonio, quien le entregó a Estanislao una
carta de presentación para San Francisco de Borja. Enterado su hermano de la
huida de Estanislao trata de alcanzarlo camino de Augsburgo, pero un prodigio
divino hace que pase a su lado sin reconocerlo, aunque Estanislao si que lo
reconoce.
Al
llegar a Augsburgo, Pedro Canisio no se encontraba allí, así que siguió su
camino hasta la bávara Dilinga para encontrarse con él. Una vez allí, Pedro
Canisio opta por una decisión intermedia que llamó “tiempo de prueba”. En el
colegio de Dilinga se incorporó como criado; limpiar los cuartos del internado
y ayudar en la cocina fueron sus funciones. Por fin es enviado a Roma para que
ingrese allí (un modo de evitar la persecución de la familia de Estanislao).
Llega
a Roma el 25 de octubre y le entrega la carta de presentación a San Francisco
de Borja, general de la Orden. Fue admitido en el noviciado situado cerca de la
iglesia de San Andrés del Quirinal el 28 de octubre.
De
los 40 novicios que formaban el noviciado, cuatro eran polacos como nuestro
Estanislao. En cuanto llego a los oídos de Juan Kostka el ingreso de su hijo en
el noviciado, removió cielo y tierra para impedir que emitiera los votos, envió
cartas recriminatorias y amenazas a su hijo, trató de buscar influencias que
detuviesen el proceso, pero todo fue inútil cuando en los primeros meses de
1568 Estanislao emite los primeros votos.
Hay
una gran cantidad de testimonios sobre la bondad, atractivo y “encendido amor”
de Estanislao hacia Dios y la Virgen. También se le adjudican una serie de
visiones y queda constancia de su obsesión con la muerte como encuentro final
con Dios.
El
1 de agosto de ese año, festividad por aquel entonces de la Virgen de los
Ángeles, Pedro Canisio tuvo una charla con los novicios. Una de las tesis era
la de vivir al día y en concreto cada mes como si fuera el último de la vida.
Estanislao les comentó a sus compañeros a propósito de esa tesis “Para todos
esta charla es una exhortación de advertencia, pero para mí es la voz de Dios.
Voy a morir este mes”.
El
día 10 escribe una carta a La Virgen que oculta en el pecho, al comulgar el día
de San Lorenzo, le pide al santo que el día 15 termine su vida. Cae enfermo ese
mismo día, siendo trasladado a la enfermería con una altísima fiebre. El día 14
sufre un desmayo y continua con nauseas, sudor y una hemoptisis. A la
medianoche recibe tumbado en el suelo por deseo propio la unción de los
enfermos, una luz ilumina su rostro, se pone a rezar mientras con la mirada
recorre a los presentes.
El
padre Ruiz, maestro de novicios en la casa profesa se le acerca pensando que
Estanislao desea algo, este le relata su visión: la Virgen acompañada de un
coro de vírgenes viene para llevárselo al cielo en el día de la Asunción.
Fallece a las tres y cuarto de la madrugada del día de la Asunción con un
rosario en la mano y en la otra una vela encendida, símbolo del amor a la
Virgen y de su fe.
Una
vez muerto su popularidad en Roma fue en aumento, se le quería por su
afabilidad. Por parte de la Orden se actuó de modo no habitual como fue el
cubrir con flores el cadáver y por expreso mandato del general, el depositar su
cuerpo en un ataúd de madera.
De
modo espontáneo se propagó su culto y los relatos, elogiando sus virtudes.
Pablo Kostka llega a Roma ignorante de la muerte de su hermano, para una vez
más tratar de disuadirlo. Al enterarse de lo sucedido y contemplar los
funerales y la veneración multitudinaria se conmueve interiormente y comienza
su conversión.
Dos
años después de su muerte al abrir la tumba para extraer algunas reliquias su
cuerpo se encontraba incorrupto. En 1571 al abrir de nuevo su sepulcro ya solo
quedaban huesos.
En
los años sucesivos la devoción va en aumento porque los milagros obrados por el
santo comienzan a proliferar.
La
reacción de la Iglesia tardó un poco en llegar, pero ya en 1605 el papa Pablo V
concedió la veneración publica y se colgó un cuadro suyo en la iglesia de San
Andrés, en Roma. En 1670 Clemente X dió el visto bueno al texto de la misa y el
oficio del breviario de los santos, siendo incluido el 13 de noviembre, quedaba
de esta forma beatificado. El mismo papa lo incluye entre los patronos del
reino de Polonia y del principado de Lituania. En 1714 Clemente XI permite que
comience el proceso de canonización que se llevara a cabo junto al de San Luís
Gonzaga. Finalmente es canonizado el último día del año de 1726 por el papa
Benedicto XIII.
Los
restos más importantes del santo se encuentran en tres lugares: en la iglesia
de San Andrés del Quirinal en Roma (la mayor parte del cuerpo); en el noviciado
de los jesuitas en Neuhasen-Filtern (Alemania) y en el noviciado de los
jesuitas en Starawies (Polonia).
Los
santuarios en su honor proliferaron en Polonia, se construyeron 53 iglesias en
su país y 13 en el extranjero; de ellas destaca por su belleza la de Nueva
York. La habitación en la que se alojó en el palacio del senador Kimberker se
convirtió en una capilla barroca.
Fuente:
ACI