No es un libro pasado de moda
Familiarizarnos
con la Biblia es tremendamente importante para
los que hacemos apostolado, pero no solo porque tengamos que usarla como un
recurso para preparar nuestras actividades o encontrar lindos versículos que
darán nombre a nuestros encuentros o serán el lema inspirador de alguna de las
actividades que realizamos, sino porque es Dios mismo hablándonos de su amor
quien está entre esas líneas.
Cómo
acercarse a ella, cómo usarla en la oración y cómo profundizar en su
estudio, no siempre es cosa fácil, por eso hemos querido compartir contigo
esta galería en donde buscamos motivarte a su lectura pero sobre
todo a que puedas abrir tu corazón para recibir a Dios que habita en su
Palabra.
1.
No es solo información... Dios nos habla a través de ella
Si te has
dado el tiempo de mirar programas en esos canales que dan documentales, seguro
has visto cosas tituladas algo así como: "los misterios de la Biblia"
o los "secretos de la Biblia". Aunque puede que los tenga, es mejor
idea mirar a la Biblia como un texto escrito por amor, para
acompañar a la humanidad de parte de Dios, no para contarnos hechos históricos
y con la intención de tener un lenguaje oculto e indescifrable.
Si quieres
información, para eso están los libros de historia, y de hecho hay muchos y muy
buenos.
2.
No la veas solo como un instrumento apologético
Seguro te ha
pasado que intentas defender la fe desde la Palabra de Dios y para eso te
preparas, marcas los textos controversiales, buscas argumentos dentro de la
misma Biblia para contra argumentar los que te dan.
Claro que la
Biblia contiene todo lo necesario para defenderse por sí misma, está llena de
verdad y si la estudiamos seriamente, vamos a encontrar elementos para defender
nuestra fe, pero es mejor que te acerques a ella no solo para buscar buenas e
ingeniosas respuestas para un debate, sino para encontrar la voz de Dios, tan
necesaria para nuestras vidas.
3.
Está escrita en clave de amor
No te quedes
solo con los acontecimientos históricamente bélicos en donde una nación se
ponía en guerra contra la otra. Tampoco te quedes con los castigos de parte de
Dios para aquellos que no hicieron su voluntad.
Jesús nos ha
venido a explicar las escrituras con su propia vida. La Palabra de Dios fue escrita para decirnos que Él nos ama y nos quiere
a su lado. Quizás el lenguaje no siempre nos ayuda tanto a comprender esa idea,
pero con el corazón abierto y acercándote a ella con ternura, encontrás pasajes
como:"Con cuerdas de ternura, con lazos de amor los agraria; fui para
ellos como quien alza a un niño hasta sus mejillas o se inclina hasta él para
darle de comer" (Oseas 11, 4).
4.
Se lee como una carta de amor, no como un libro de historia
Si te ha
tocado recibir una carta escrita a mano por quien amas, esas que se escribe uno
cuando el amor de la juventud te hace explotar de pasión; seguro que la leías
con una actitud diferente a como leías el periódico.
Muchos de los
acontecimientos que se relatan en la Biblia no son históricos, sino que están
escritos en un lenguaje metafórico para darnos a entender una idea.
Muchas
de las historias que aparecen ahí tienen como objetivo tocar nuestros
corazones para que nos acerquemos a Dios y el Papa Benedicto XVI lo
tiene muy claro cuando nos dice que: "en primer lugar, es preciso leer la
Biblia no como un libro histórico o literario cualquiera, por importantes,
hermosos o relevantes que sean sus contenidos y su autor. La Biblia hay que
leerla como Palabra de Dios, es decir, entablando una conversación con Dios,
que me habla y me llama a través de su Palabra. Hay que llamar a esta puerta,
como afirmaba San Agustín, "he llamado a la puerta de la Palabra para
encontrar finalmente lo que el Señor me quiere decir", con alma orante,
con espíritu humilde, con disposición del corazón, con apertura de la
mente".
5.
Es el relato más apasionante de la historia... por eso lo contamos a todo el
mundo
Imagina nada
más que Dios se pone a crear todo por amor. Luego desarrolla un plan magistral,
en donde el único objetivo es que a aquellos a los que creó para que fueran
libres, libremente regresen a él y descubran porqué han sido creados. Todo eso,
explicado a través de un pueblo escogido, matizado con incontables prodigios y
asombrosos sucesos. Y de final para el infarto, el mismo Dios baja a la tierra
para decirnos que nos ama y nos quiere de regreso. Y además la historia no se
queda corta de signos milagrosos, prodigios y cosas solo dignas de Dios. ¿Acaso
no te apasiona una historia así?.
Por eso,
porque es una buena noticia, los cristianos amamos la Palabra de Dios.
6.
Su estudio sí o sí debe ser espiritual, no solo teórico
Es importante
estudiarla y conocerla, pues nuestra fe tiene sus cimientos en ella, pero el
que sea estudiada teóricamente no le quita lo espiritual. La Lectio Divina es
una metodología que a muchos ayuda a poder acercarse a la Biblia de forma
orante y sencilla.
Son 4 pasos:
Lectura, Meditación, Oración y Contemplación y te compartimos el sitio web
"Lectionautas" en donde hay mucha información sobre como realizarla,
hay muchas ayudas y Lectio Divina hechas para ayudarnos a entrar en el método.
Así como este
método, hay muchos más, pero la CELAM (Conferencia Latinoamericana de Obispos)
nos propone esta.
7.
No es un conjunto de buenas frases
Gracias a las
populares tarjetas del tipo "pan de la Palabra" o "pan de
vida", algunos han tomado el hábito de acercarse a la Biblia solo como una
buena frase para poner bajo una foto en nuestras redes sociales, aunque algunos
más "espirituales" lo toman una especie de predicción sobre el futuro
o como una instrucción de parte de Dios para aplicarla en la vida.
De hecho hay
quienes abren la Biblia azarosamente esperando encontrar alguna respuesta
arbitrariamente poniendo el dedo sobre el primer versículo que ven.
Dios nos
quiere hablar a través de su Palabra, pero no quiere que la usemos al azar. Imagina como sería que hoy Dios te muestre el siguiente versículo:
"Entonces
Judas, arrojando en el templo las monedas, se retiró, luego fue y se
ahorcó" (Mateo 27, 5).
¿Qué haces
después de ese versículo? Mejor nos acercamos a ella sin el azar ni con
versículos aislados. Si deseas saber que quiere decirte Dios hoy, revisa
el Evangelio del Día, que son las lecturas que se utilizan en
misa hoy en todo el mundo.
8.
Familiarízate con ella... es para ti
Cuenta un
relato que dos Obispos iban sentados en un avión de viaje a una reunión. Uno de
ellos tenía una Biblia espectacular, bordes dorados, las tapas de cuero con
motivos en relieve, una edición de verdad de lujo y muy bien cuidada, se notaba
que para él era un tesoro. El otro tenía una Biblia Latinoamericana, muy a mal
traer, con las hojas todas dobladas en las esquinas, las tapas con un poco de
cinta adhesiva para mantenerlas en su lugar; estaba llena de marcadores,
subrayada, con papeles saliendo de ella por todas partes... Realmente era lo
que podemos llamar: "una Biblia de combate". El de la Biblia de lujo,
mirando con desprecio y sorpresa le dice: "Monseñor, ¿Cómo puede tratar
así a la Sagrada Biblia, acaso no le da vergüenza?" A lo que el otro
responde: "Vergüenza me daría usar la Biblia como un adorno, seguro cuando
el Señor inspiró a los autores, lo hizo para que la leyéramos, eso es lo que
hago a diario y muchas veces."
¿Cómo está tu
Biblia? ¿Es sólo un adorno en el velador o su lectura forma parte de tu vida?
9.
El vicio de los que hacemos apostolado: usarla como una herramienta
Aquellos que
hacemos apostolado, como tú y como yo, sin darnos cuenta, en ocasiones caemos
en un hábito que, aunque no está mal, tampoco está para nada bien: tomamos la
Biblia solo cuando tenemos que preparar algo, la usamos como una herramienta
para nuestro apostolado y nada más.
Nos pasa sin
querer, pero al estar sumergidos en muchas actividades pastorales, estamos
siempre con la Biblia en la mochila, toda marcada y subrayada, pero todo lo que
tenemos destacado son los textos que vamos a usar en nuestra próxima charla o
reflexión en nuestra comunidad y de lo que menos hay, son aquellos textos en
los que Dios nos ha hablado al corazón en nuestra oración íntima.
La Palabra de
Dios también es para nosotros, no solo para que se la expliquemos a aquellos a
quienes servimos. Léela también para ti.
10.
Debemos interpretarla con ayuda
Es buena idea
acercarse a ella con todas las ganas posibles, pero al mismo tiempo con
prudencia, pues su interpretación no siempre es cosa fácil. De hecho el que sea
interpretada de forma arbitraria, es lo que condice a errores en la fe.
El Papa
Benedicto XVI, un experto en asuntos relacionados a la Biblia nos dice que:
"La
Sagrada Escritura nos introduce en la comunión con la familia de Dios. Por
ello, no se puede leer a ráfagas y a ventoleras. No basta con una lectura
individual, menos aún con una búsqueda y sensibilidad fundamentalista. Hay
que dejarse ayudar por los grandes maestros de la Palabra de Dios que
tienen experiencia de la fe, que han penetrado en el sentido de la Sagrada Escritura,
y por los miembros de nuestras propias comunidades. Por supuesto, que es
precisa una lectura personal de la Biblia. Pero lectura personal no significa
hacerlo fuera de la comunión de la Iglesia".
11.
Es una buena idea recordar que fue escrita por hombres en un contexto
Lo primero es
que no debes olvidar que lo que nosotros leemos son "traducciones de la
Biblia", habiendo unas más fieles que otras, por lo tanto, aunque el
mensaje es el mismo, el lenguaje puede cambiar. Por eso es bueno tener más de
una traducción e ir comparando. Considerando que es una traducción, es
importante saber de qué lengua se tradujo y así comprender un poco del contexto
en que fue escrita. Muchos libros fueron escritos en hebrero, otros tantos en
griego, algunos en arameo.
Comprendiendo
eso, es más fácil acercarse a aquellos pasajes que hablan del rol de la mujer o
del culto y celebraciones religiosas. Todo lo que está escrito, aunque
inspirado por Dios, también está bajo las costumbres y cultura de la época,
por lo tanto averiguar sobre ese contexto, es importante para no equivocarse en
la interpretación.
12.
Recuerda siempre el mensaje principal que contiene: Dios te ama
Sobre la
Biblia, hay una cosa que no debes olvidar nunca: el tema principal de toda la
Sagrada Escritura es que Dios te ama, te quiere a su lado, hace todo lo posible
porque experimentes ese amor y luego, tu misma salgas a contarle a todo el
mundo sobre cómo tu corazón es renovado por su misericordia.
Te invitamos
a que guardes en tu corazón esta declaración de amor de parte de Dios para ti:
"Y es que tú vales mucho para mi, eres valioso y yo te amo"
(Isaías 43, 4a).
Por: Sebastián Campos
Fuente: Catholic-link.com