Fiesta
de la Natividad de la bienaventurada Virgen María, de la estirpe de Abrahán,
nacida de la tribu de Judá y de la progenie del rey David, de la cual nació el
Hijo de Dios, hecho hombre por obra del Espíritu Santo, para liberar a la
humanidad de la antigua servidumbre del pecado.
Un anticipo y anuncio inmediato de la redención obrada por Jesucristo es el
nacimiento de su Madre la Virgen María, concebida sin mancha de pecado, llena
de gracia y bendita entre todas las mujeres.
En Jerusalén, en la Iglesia de Santa Ana. La primera fuente de la narración del
nacimiento de la Virgen es el apócrifo Protoevangelio de Santiago, que coloca
el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, en el lugar en que debió existir una
basílica en honor a la María Santísima, junto a la piscina probática, según
cuentan diversos testimonios entre los años 400 y 600. Después del año 603 el
patriarca Sofronio afirma que ése es el lugar donde nació la Virgen.
Posteriormente, la arqueología ha confirmado la tradición.
La
fiesta de la Natividad de la santísima Virgen surgió en oriente, y con mucha
probabilidad en Jerusalén, hacia el s. v. Allí estaba siempre viva la tradición
de la casa natalicia de María. La fiesta surgió muy probablemente como
dedicación de una iglesia a María, junto a la piscina probática; tradición que
se relaciona con el actual santuario de Santa Ana.