20.10.17

EL PAPA A CRISTIANOS METODISTAS: “NO HAY SANTIDAD SIN CRECER EN LA COMUNIÓN”

El Pontífice encontró a una delegación del Consejo Metodista Mundial 

“Somos hermanos que, después de un largo distanciamiento, están contentos de volver a encontrarse y redescubrirse uno al otro, de caminar juntos, abriendo generosamente el corazón al otro”, expresó el papa Francisco este jueves 19 de octubre de 2017 en la Sala del Consistorio al recibir a una delegación del Consejo Metodista Mundial. 

“Así proseguimos, sabiendo que este camino ha sido bendecido por el Señor:  por Él ha comenzado y a Él se dirige”, agregó, con motivo del 50 aniversario del inicio del diálogo teológico metodista-católico.

El Papa aplaudió la conciencia de la necesidad de diálogo tras el Concilio Vaticano II, que “sigue exhortando a tender a un conocimiento más profundo y  a una apreciación más justa entre los cristianos de diferentes confesiones”.

El diálogo “con amor a la verdad, con caridad y con humildad”. Así, indicó que el “diálogo verdadero anima “constantemente a encontrarnos con humildad y sinceridad, deseosos de aprender unos de otros, sin irenismos y sin fingimientos”.

El Consejo fundado en 1881 reúne alrededor de 75 millones de fieles en el mundo. Los cristianos metodistas sostuvieron que para alcanzar la Salvación eterna hay que seguir métodos rígidos.

Cinco décadas de diálogo que ‘liberan’, gracias a Dios, porque, “de alguna manera, podemos proclamar que hemos sido liberados de la esclavitud de la extrañeza y la sospecha mutua”, dijo el Papa al citar el libro de Levítico donde el Señor “anuncia el quincuagésimo año como un año especial, que prevé, entre otras cosas, la liberación de los esclavos”.

A través del “diálogo paciente y fraterno podemos decirnos realmente unos a otros las palabras del apóstol Pablo: ‘ya no sois extraños’; (Ef 2, 19)” no en el corazón, pero tampoco en la pertenencia al Señor.

El Papa indicó el bautismo como punto de pertenencia al Señor y en “una fraternidad real”. “Sí, somos y nos sentimos “familia de Dios”.

Entretanto, el Pontífice se detuvo en el documento común entre católicos y metodistas que habla precisamente de la santidad, como otro horizonte común.

De esta forma, rememoró el fundador de la Iglesia metódista, John Wesley, que “quería ayudar al prójimo a vivir una vida santa”.

“Su ejemplo – continuó – y sus palabras animan a muchos a dedicarse a las Sagradas Escrituras y a la oración para aprender a conocer a Jesucristo”.

La Iglesia metodista se expandió principalmente en Estados Unidos y Reino Unido y encontró muchos fieles entre los pobres, los obreros y las personas marginadas socialmente.

“Cuando entrevemos signos de una vida santa en los demás, cuando reconocemos la acción del Espíritu Santo en otras confesiones cristianas, no podemos por menos que alegrarnos”, manifestó Francisco.

“Es hermoso ver cómo el Señor siembra ampliamente sus dones, es bueno ver a los hermanos y hermanas que abrazan en Jesús nuestra misma razón de vivir”, constató.

Francisco en otras ocasiones ha pedido que los cristianos trabajen juntos por la acogida, la integración de los migrantes y refugiados.

Igualmente, aseguro: “La fe se hace tangible sobre todo cuando se concreta en el amor, en particular en el servicio a los pobres y marginados”, constató.

“Cuando católicos y metodistas acompañamos y levantamos juntos a los débiles y los marginados – aquellos que, a pesar de vivir en nuestras sociedades, se sienten lejanos, extranjeros, extraños – respondemos a la invitación del Señor”.

Asimismo, propuso una mirada hacia el futuro en las relaciones entre católicos y metodistas, más allá de los cincuenta años, bajo la certeza de que “no podemos crecer en la santidad sin crecer en una comunión mayor”.

“Esta es la senda que se abre ante el camino con la nueva fase de diálogo que está a punto de iniciar sobre el tema de la reconciliación”.

“No podemos hablar de oración y de caridad si, juntos, no rezamos y no trabajamos por la reconciliación y la plena comunión entre nosotros”, aseguró.

“¡Que vuestro trabajo sobre la reconciliación sea un don, y no sólo para nuestras comunidades sino para el mundo! ¡Que sea un estímulo para que todos los cristianos sean ministros de la reconciliación!”.

“Es el Espíritu de Dios el que obra el milagro de la unidad reconciliada. Y lo hace con su estilo, como lo hizo en Pentecostés, suscitando diferentes carismas y recomponiendo todo en una unidad, que no es uniformidad, sino comunión”.

Por lo tanto, explicó que “es necesario” que católicos y metodistas estén “juntos como los discípulos esperando al Espíritu, como hermanos en camino”.

El Papa agradeció a la Comisión de diálogo el trabajo “ya realizado y el futuro y al Consejo Metodista Mundial el continuo apoyo al diálogo”.

“La bendición de estos últimos cincuenta años radica en la gracia que hemos descubierto los unos en los otros y que ha enriquecido a ambas comunidades”.

Francisco manifestó que el trabajo del diálogo no ha terminado y se necesita seguir caminando para mirar hacia adelante.

En alusión a la misa en común, que hoy no es posible, afirmó: “Hemos aprendido a reconocernos hermanos y hermanas en Cristo; ahora es el momento de prepararnos, con esperanza humilde y esfuerzo concreto, a ese pleno reconocimiento que tendrá lugar con la ayuda de Dios cuando finalmente podamos encontrarnos juntos en la fracción del Pan”.

Por último, el Papa les invitó a rezar por la comunión plena entre ambas iglesias “pidiéndole al Padre el pan de cada día que sostenga nuestro camino: Padre nuestro…”

Ary Waldir Ramos Díaz


Fuente: Aleteia
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