Homilía ayer en Casa Santa Marta
Que el Señor nos de memoria de la
“gratuidad” de la salvación, y de la cercanía de Dios y de la concreción de las
obras de misericordia que
quiere de nosotros, sean “materiales o espirituales”: así seremos personas que
ayudan a “abrir la puerta” a nosotros mismos y a los demás.
Así rezó el Papa en la Misa matutina en
Casa Santa Marta. Tomando
ocasión del pasaje evangélico del día, en el que los escribas y fariseos se
creían justos, y Jesús les hace ver que sólo Dios es justo, Francisco explica
por qué los doctores de la ley habían “alejado el conocimiento”, con la
consecuencia de “no entrar en el Reino de Dios, ni dejar entrar a los demás”.
“Este llevarse lejos la capacidad de
comprender la revelación de Dios, de comprender el corazón de Dios, de
comprender la salvación de Dios – la clave del conocimiento – podemos decir que
es un olvido enorme. Se
olvida la gratuidad de la salvación; se olvida la cercanía de Dios y se olvida
la misericordia de Dios. Y los que han olvidado la gratuidad de la salvación,
la cercanía de Dios y la misericordia de Dios, se han llevado la clave del
conocimiento”.
Se han
“olvidado” la gratuidad. Es “la iniciativa de Dios de salvarnos, y en cambio,
se ponen de la parte de la ley”: la salvación – dice el Papa – “está allí, para
ellos”, y llegan así a “un montón de normas” que ellos convierten en salvación.
Pero así “no reciben la fuerza de la justicia de Dios”.
La ley en
cambio debería ser siempre “una respuesta al amor gratuito de Dios”, que ha
tomado “la iniciativa” de salvarnos. Y, añade Francisco, “cuando se olvida la
gratuidad de la salvación se cae, se pierde la clave de la inteligencia de la
historia de la salvación”, perdiendo “el sentido de la cercanía de Dios”.
“Para ellos Dios es el que ha hecho la ley.
Y este no es el Dios de la revelación. El Dios de la revelación es el Dios que
empezó a caminar con nosotros desde Abraham hasta Jesucristo, el Dios que camina con su pueblo. Y
cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en esta mentalidad
obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el cumplimiento de la
ley. La cercanía de Dios”.
Cuando falta la cercanía de Dios, cuando
falta la oración, subraya el Papa, “no se puede enseñar la doctrina”, ni
tampoco “hacer teología”, mucho menos “teología moral”: Francisco afirma que la
teología “se hace de rodillas, siempre cerca de Dios”. Y la
cercanía del Señor llega “al punto más alto de Jesucristo crucificado”,
habiendo sido nosotros “justificados” por la sangre de Cristo, como dice San
Pablo.
Por esto,
explica el Pontífice, las obras de misericordia “son la piedra de toque del
cumplimiento de la ley”, porque se va a tocar la carne de Cristo, “tocar
a Cristo que sufre en una persona, tanto corporal como espiritualmente”. Y
también pone en guardia ante el hecho de que, cuando se pierde la clave del conocimiento,
se llega también a la “corrupción”. El Papa piensa también
en la “responsabilidad” de los pastores, hoy en la Iglesia: cuando pierden o se
llevan “la clave de la inteligencia”, cerrando “la puerta a nosotros y a los
demás”.
“En mi país escuché varias veces de
párrocos que no bautizaban a los hijos de madres solteras, porque no
habían nacido en el matrimonio canónico. Cerraban la puerta, escandalizaban al
pueblo de Dios, ¿por
qué? Porque el corazón de estos párrocos había perdido la clave del
conocimiento”.
“Sin ir muy
lejos en el tiempo y en el espacio, hace tres meses, en un pueblo, en una
ciudad, una mamá quería bautizar a su hijo recién nacido. El párroco dijo: ‘Sí,
sí. Bautizo al niño. Pero tu marido está divorciado. Que se quede fuera, no
puede estar presente en la ceremonia’. Esto sucede hoy. Los fariseos, los doctores de la ley no son
cosas de aquellos tiempos, también hoy hay muchos. Por esto es necesario rezar
por nosotros los pastores. Rezar, para que no perdamos la clave del
conocimiento y no nos cerremos la puerta a nosotros mismos y a la gente
que quiere entrar”.
Radio
Vaticano
Fuente:
Aleteia