El Pontífice a los líderes del mundo lleva símbolo
de todas las tragedias de la migración forzada
El papa Francisco indicó que para acabar
con el hambre en el mundo y la migración forzada se necesita “integrar
la categoría del amor”, ante la fría cooperación internacional que incluso
limita “las ayudas en las emergencias”.
Lo hizo este lunes 16 de octubre de 2017 en
la Sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
en Roma.
Francisco ha pronunciado un discurso
inusual ante la FAO, donde llamó a los líderes del mundo, y a la cooperación
internacional a alimentar y organizar la capacidad del amor para garantizar,
“no sólo la seguridad alimentaria, sino la seguridad humana en su aspecto
global”.
“¿Sería exagerado introducir en el
lenguaje de la cooperación internacional la categoría del amor, conjugada como
gratuidad, igualdad de trato, solidaridad, cultura del don, fraternidad,
misericordia?”, dijo.
Al final del discurso en el que denunció
que guerras y los cambios climáticos son las principales causas de una
“enfermedad que no es incurable” (el hambre), el Pontífice recibió un largo
aplauso en el marco de la ceremonia que se realizó bajo el título “Cambiar
el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural’.
El Pontífice se dirigió a los líderes de la
FAO y los Ministros de agricultura del G7 en ocasión del Día Mundial de
la Alimentación.
Igualmente en este foro internacional
reafirmó la idea de un pacto Pacto mundial para una migración segura,
regular y ordenada, así como lo está buscando las Naciones Unidas.
Señaló que la categoría del amor integra,
“el contenido práctico del término «humanitario», tan usado en la actividad
internacional”.
Aylan Kurdi
El Pontífice además realizó un gesto
simbólico; regaló a la sede de la FAO una estatua en mármol que representa
a Aylan Kurdi, el niño sirio que murió ahogado en la playa de
Bodrum en Turquía en octubre de 2015.
“Amar a los hermanos, tomando la
iniciativa, sin esperar a ser correspondidos, es el principio evangélico que
encuentra también expresión en muchas culturas y religiones, convirtiéndose
en principio de humanidad en el lenguaje de las relaciones
internacionales”.
Es “menester que la diplomacia y las
instituciones multilaterales alimenten y organicen esta capacidad de amar, porque
es la vía maestra que garantiza, no sólo la seguridad alimentaria, sino la
seguridad humana en su aspecto global”.
El Papa destacó que no era una cuestión de
“piedad”, porque “la piedad se limita a las ayudas de emergencia,
mientras que el amor inspira la justicia y es esencial para llevar a cabo un
orden social justo entre realidades distintas que aspiran al encuentro
recíproco”, sostuvo.
El amor
De esta forma destacó el amor como
principio de la cooperación internacional:
“Amar significa contribuir a
que cada país aumente la producción y llegue a una autosuficiencia alimentaria.
Amar se traduce en pensar en nuevos
modelos de desarrollo y de consumo, y en adoptar políticas que no empeoren la
situación de las poblaciones menos avanzadas o su dependencia externa.
Amar significa no seguir dividiendo a
la familia humana entre los que gozan de lo superfluo y
los que carecen de lo necesario”.
Indiferencia
En amplio discurso, el papa se dirigió a la
Comunidad internacional en su conjunto para garantizar “el derecho de
todo ser humano a alimentarse según sus propias necesidades, tomando parte
además en las decisiones que lo afectan y en la realización de las
propias aspiraciones, sin tener que separarse de sus seres
queridos”.
En efecto, indicó que está “en juego es la credibilidad
de todo el sistema internacional”.
“Sabemos que la cooperación está cada vez
más condicionada por compromisos parciales, llegando incluso a limitar
las ayudas en las emergencias”, constató.
La indiferencia se ha vuelto en un
peligro, porque “las
muertes a causa del hambre o el abandono de la propia tierra son una noticia
habitual”. Por ello, indicó que se necesita ayudar a cada persona a “encarar el
futuro con fundada confianza, y no sólo con alguna ilusión”.
Ciencia y técnica
El Papa exhortó para que los nuevos logros
de la ciencia y la técnica también puedan contribuir a “eliminar la exclusión
de gran parte de la población mundial”
“Cuántas son las víctimas de la
desnutrición, de las guerras, de los cambios climáticos. Cuántos
carecen de trabajo o de los bienes básicos y se ven obligados a dejar su
tierra, exponiéndose a muchas y terribles formas de explotación”.
Asimismo, pidió “valorizar la tecnología al
servicio del desarrollo” , a condición de que se “lleguen a concretar acciones
eficaces para disminuir el número de los que pasan hambre o para
controlar el fenómeno de las migraciones forzosas”.
Conflictos y cambios climáticos
Enfrentar el problema a la raíz. A este
respecto, señaló “los estudios realizados por las Naciones Unidas, como tantos
otros llevados a cabo por Organizaciones de la sociedad civil, concuerdan en
que son dos los principales obstáculos que hay que superar: los conflictos y
los cambios climáticos”.
Desarme y tráfico de armas
En otro momento, invitó a través del
derecho internacional prevenir nuevas guerras, incluso recordado aquellas que
se hubieran podido detener desde el principio, y “sin embargo propagan efectos tan
desastrosos y crueles como la inseguridad alimentaria y el desplazamiento
forzoso de personas”.
De esta forma volvió sobre el tema del
diálogo para “frenar los conflictos” y trabajar por “un compromiso total a
favor de un desarme gradual y sistemático”, así como para remediar
la funesta plaga del tráfico de armas.
¿De qué vale denunciar que a causa de los
conflictos millones de personas sean víctimas del hambre y de la desnutrición,
si no se actúa eficazmente en aras de la paz y el desarme?, preguntó.
Acuerdo de París
Francisco lamentó que hayan países que se
alejen del Acuerdo
de Paris(sin
mencionar a Estados Unidos) y recordó que los conocimientos científicos
ofrecen testimonio de las consecuencias de loscambios climáticos y “sabemos
cómo se han de afrontar los problemas”.
Al dirigirse a la comunidad internacional
recordó sus esfuerzos en crear “instrumentos jurídicos necesarios”, como, por
ejemplo, “el Acuerdo de París, del que, por desgracia, algunos se están
alejando. Sin embargo, reaparece la negligencia hacia los delicados equilibrios
de los ecosistemas, la presunción de manipular y controlar los recursos
limitados del planeta, la avidez
del beneficio”,
sostuvo.
Desperdicio de alimentos
El Papa en otro momento aseguró que el
problema del hambre no es de números solamente, sino que existen grandes
cantidades de alimentos que se desperdician.
Por ello, dijo que es necesario “proponer
un cambio en los estilos de vida, en el uso de los recursos, en los criterios
de producción, hasta en el consumo, que en lo que respecta a los alimentos,
presenta un aumento de las pérdidas y el desperdicio”.
“No podemos conformarnos con decir «otro
lo hará». las migraciones, evitemos presentarla como una enfermedad
incurable”.
Sobre la seguridad
alimentaria relacionada con el fenómeno de las migraciones, aseguró “está claro que las guerras y los
cambios climáticos ocasionan el hambre, evitemos pues el presentarla como una
enfermedad incurable”.
El Papa aplaudió el aumento de
la producción global de
cereales al
mismo tiempo que lamentó la especulación
económica, el consumismo, el despilfarro que se hace con los recursos
preciosos de la tierra.
Entretanto, tronó contra el
desperdicio de comida, porque argumentó que no es verdad que se necesita menos
bocas para alimentar, sino menos egoísmo y cambiar estilos de vida. “Reducir es
fácil, compartir, en cambio, implica una conversión, y esto es exigente”, dijo.
“La gestión de la movilidad humana
requiere una acción intergubernamental coordinada y sistemática de acuerdo con
las normas internacionales existentes, e impregnada de amor e
inteligencia”.
Respecto a la migración, espera que se
encuentre un acuerdo entre los pueblos que enriquezca a todos y “genere unión y
diálogo, no exclusión ni vulnerabilidad”.
Sofismas lingüísticos
El Papa pide de dejarse de grandes acuerdos
para momentos de emergencia. Porque “no es aceptable que, para evitar el
compromiso, se tienda a atrincherarse detrás de sofismas lingüísticos que no
hacen honor a la diplomacia, reduciéndola del «arte de lo posible» a un
ejercicio estéril para justificar los egoísmos y la inactividad”.
Francisco reafirmó la idea de un
pacto Pacto mundial para una migración segura, regular y ordenada,
así como lo está persiguiendo las Naciones Unidas.
El grito de los últimos
Prestemos oído al grito de tantos hermanos
nuestros marginados y excluidos: «Tengo hambre, soy extranjero, estoy
desnudo, enfermo, recluido en un campo de refugiados»”, constató
Es una petición de justicia, no una súplica
o una llamada de emergencia.
Es necesario que a todos los niveles se dialogue de manera amplia y sincera,
para que se encuentren las mejores soluciones y se madure una nueva
relación entre los diversos actores del escenario internacional, caracterizada
por la responsabilidad recíproca, la solidaridad y la comunión.
El yugo de la miseria generado
por los desplazamientos muchas veces trágicos de los emigrantes puede
ser eliminado mediante una prevención consistente en proyectos de desarrollo
que creen trabajo y capacidad de respuesta a las crisis medioambientales.
La prevención cuesta mucho menos que los efectos
provocados por la degradación de las tierras o la contaminación de las aguas, flagelos
que azotan las zonas neurálgicas del planeta, en donde la pobreza es la
única ley, las enfermedades aumentan y la esperanza de vida
disminuye.
Acaparamiento de tierras
Francisco denunció el acaparamiento de
tierras e invitó a favorecer una agricultura diversificada y productiva,
“que tenga en cuenta las exigencias efectivas de un país”. Entonces, aseguró
que “no es lícito sustraer las tierras cultivables a la población,
dejando que el land grabbing (acaparamiento de tierras) siga
realizando sus intereses, a veces con la complicidad de quien debería defender
los intereses del pueblo”.
Al final, el Papa se alzó ante la Asamblea
mirando al público y recibió un largo aplauso.
El Obispo de Roma fue recibido por el
Director General de la FAO, el profesor José Graziano da Silva. Al inicio de su
discurso saludó a los representantes de los Estados Miembros del organismo de
Naciones Unidas. Francisco ha hecho su discurso en la mañana y ha
regresado al Vaticano a las 10.15 a.m.
Ary Waldir
Ramos Díaz
Fuente: Aleteia