Audiencia
con los participantes en el trofeo “Unified Football”
“No
os canséis de mostrar al mundo del deporte vuestro compromiso compartido de
construir sociedades más fraternales en las que las personas puedan crecer y
desarrollarse y realizar plenamente sus capacidades”, han sido las palabras del
Papa.
Esta
mañana, 13 de octubre de 2017, a las 12 horas, el papa Francisco ha recibido en
audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a los atletas de las
Olimpiadas Especiales, participantes en el trofeo “Unified Football” (13-15
octubre 2017) en el marco de la conmemoración de los cincuenta años del
nacimiento de esa asociación deportiva internacional.
El
deporte –ha dicho el Papa– es uno de esos lenguajes universales que “superan
las diferencias culturales, sociales, religiosas y físicas, y logran unir a las
personas”, haciéndolas parte del mismo juego y protagonistas juntos de
victorias y derrotas.
Sigue
el discurso que les ha dirigido el Papa a los participantes del trofeo “Unified
Football”.
Discurso del Santo Padre
Queridos
amigos,
Os
recibo con placer con motivo del torneo de fútbol y del foro promovido por
Special Olympics. Os saludo con afecto y agradezco al Presidente las palabras
que me ha dirigido, así como a los jóvenes que han intervenido. Sois el símbolo
de un deporte que abre los ojos y el corazón al valor y a la dignidad de
individuos y personas que de otro modo serían objeto de prejuicios y exclusión.
En
estos días tendréis la oportunidad de reafirmar la importancia del deporte
“unificado”, a través del cual los atletas con y sin discapacidad intelectual
juegan juntos. Esta bella actividad, que lleváis a cabo con esfuerzo y
convicción, nutre la esperanza de un futuro positivo y fructífero del deporte,
porque lo convierte en una verdadera oportunidad de inclusión e implicación. No
os canséis de mostrar al mundo del deporte vuestro compromiso compartido de
construir sociedades más fraternales en las que las personas puedan crecer y
desarrollarse y realizar plenamente sus capacidades. En este sentido, el
deporte es uno de esos lenguajes universales que superan las diferencias
culturales, sociales, religiosas y físicas, y logran unir a las personas,
haciéndolas parte del mismo juego y protagonistas juntos de victorias y
derrotas.
La
Iglesia, por su parte, no deja de apoyar y fomentar aquellas iniciativas,
vinculadas al mundo del deporte, que favorecen el bien de las personas y las
comunidades. De hecho, el deporte siempre tiene grandes historias que contar
sobre personas que, gracias a él, han salido de situaciones de marginalidad y
pobreza, de heridas e infortunios. Estas historias nos muestran cómo la
determinación y el carácter de algunos pueden ser un motivo de inspiración y
aliento para tantas personas en todos los aspectos de sus vidas.
Os
deseo que paséis estos días con alegría y serenidad. Cultivad, junto con la
diversión, la amistad y la solidaridad. Mientras os pido que recéis por mí,
invoco la bendición del Señor sobre vosotros, sobre vuestras familias y sobre
aquellos que os apoyan en vuestra actividad deportiva.
ROSA
DIE ALCOLEA
©
Libreria Editrice Vaticana