Inédito:
El Papa habla sobre castidad, laicidad, abusos de sacerdotes, unión homosexual,
tradicionalistas… Declaraciones en su último libro-entrevista con Dominique
Wolton
El
libro entrevista del Papa Francisco que pronto será publicado en las librerías
francesas afronta temas candentes como la castidad de sacerdotes y religiosos,
el sentido de la laicidad, los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, la
cuestión del “matrimonio” homosexual, o la ideología de ciertos católicos
tradicionalistas.
Recogemos
y traducimos a continuación estos temas, que provocan parte de la gran
expectativa suscitada por el libro “Política y sociedad” escrito por el
sociólogo francés Dominique Wolton (Cf. “Inédito: “Jesús mismo era
inmigrante”. Pasajes sorprendentes del próximo libro del Papa Francisco”).
Los pasajes han sido adelantados en exclusiva por el magazine del fin de semana del
diario parisino “Le Figaro”.
“Escoger el camino de la castidad”
—Papa
Francisco: Renunciar a la sexualidad y escoger el camino de la castidad o
de la virginidad comporta toda una vida de consagración. ¿Cuál es la condición
sin la cual este camino fenece? Que este camino lleve a la paternidad o a la
maternidad espiritual.
Uno
de los males de la Iglesia son los sacerdotes “solteros” y las religiosas
“solteras”, pues están llenos de amargura. Por el contrario, los que han
alcanzado esta paternidad espiritual, ya sea a través de la parroquia, la
escuela o el hospital, están bien….
Lo mismo sucede con las religiosas, pues son “madres” […] Es una renuncia
voluntaria.
La
virginidad, ya sea masculina o femenina, es una tradición monástica anterior al
catolicismo. Es una búsqueda humana: renunciar para buscar a Dios en su origen,
a través de la contemplación. Pero esta renuncia debe ser una
renuncia fecunda, que conserva una especie de fecundidad diferente a la
fecundidad carnal, la fecundidad sexual. Incluso en la Iglesia, hay sacerdotes
casados. Hay sacerdotes orientales casados. Pero la renuncia al
matrimonio por el Reino de Dios es un valor en sí mismo. Esto significa
renunciar para ponerse al servicio, para contemplar mejor.
“Si un sacerdote es un abusador, es que está enfermo”
—Papa
Francisco: Antes se cambiaba al sacerdote, pero el problema se desplazaba
con él. La política actual es la que hemos aplicado Benedicto XVI y yo
a través de la Comisión de defensa de los menores, creada hace dos años aquí,
en el Vaticano. Defensa de todos los menores. Se trata de tomar
conciencia del problema. La Iglesia madre enseña cómo prevenir, cómo hacer
hablar a un niño, permitir que diga la verdad a los padres, que cuente lo que
ha pasado.
Es
un camino edificante. La Iglesia no debe asumir una posición defensiva.
Si un sacerdote es un abusador, es que está enfermo.De cada cuatro
abusadores, dos han sido abusados cuando eran niños. Son las estadísticas de
los psiquiatras.
“El matrimonio es un hombre y una mujer”
—Papa
Francisco: ¿Qué podemos pensar del matrimonio de las personas del mismo sexo?
El “matrimonio” es una palabra histórica. Desde siempre, en la
humanidad, y no sólo en la Iglesia, es un hombre y una mujer. No es posible
cambiarlo así como así […] No es posible cambiarlo. Forma parte de la
naturaleza. Es así. Llamémoslas, entonces, “uniones civiles”. No juguemos
con las verdades.
Es
verdad que detrás de esto se encuentra la ideología de género. En los libros,
los niños aprenden que es posible cambiar de sexo. ¿El género, ser mujer o ser
hombre, sería una opción y no un hecho de la naturaleza? Eso favorece este
error. Pero llamemos a las cosas por su nombre: el matrimonio es un
hombre con una mujer. Ese es el término preciso. Llamemos a la unión del mismo
sexo “unión civil”.
“Ideología tradicionalista”
—Papa
Francisco: ¿Cómo crece la tradición? Crece como crece una persona: con el
diálogo, como sucede con el niño cuando se le amamanta. El diálogo con el mundo
que nos rodea. El diálogo hace crecer. Si no dialogamos, no se puede crecer,
uno se queda cerrado, pequeño, enano. Yo no puedo caminar con orejeras, tengo
que ver y dialogar. El diálogo permite crecer, y hace crecer la
tradición. Al dialogar y al escuchar otra opinión puedo, como en el
caso de la pena de muerte, de la tortura, de la esclavitud, cambiar mi punto de
vista. Sin cambiar la doctrina. La doctrina ha crecido con la comprensión. Esa
es la base de la tradición […]
Por
el contrario, la ideología tradicionalista tiene una fe así [el Papa
hace el gesto de las orejeras]: la bendición debe impartirse así; en la
Misa, los dedos deben estar así, con guantes, como era antes… Lo que ha
hecho el Vaticano II con la liturgia ha sido verdaderamente algo grande, pues
ha abierto el culto de Dios al pueblo. Ahora, el pueblo participa.
“Las religiones no son subculturas”
—Papa
Francisco: El Estado laico es algo sano. Hay una sana laicidad. Jesús
lo dijo: hay que dar al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Todos somos iguales ante Dios. Pero creo que en algunos países, como Francia,
esta laicidad tiene un color heredado de la Ilustración, que es muy fuerte,
genera un imaginario colectivo en el que las religiones son vistas como una
subcultura. Creo que Francia —es mi opinión personal, no es la opinión
oficial de la Iglesia— debería “elevar” un poco el nivel de la laicidad, en el
sentido de que debería decir que las religiones también forman parte de la
cultura.
¿Cómo
expresarlo de manera laica? A través de la apertura a la trascendencia. Cada
uno puede encontrar su forma de apertura. En la herencia francesa, la
Ilustración tiene demasiado peso. Comprendo esta herencia de la Historia, pero
hay que hacer el trabajo de ampliación. Hay gobiernos, cristianos o no
cristianos, que no admiten la laicidad.
¿Qué
quiere decir un Estado laico “abierto a la trascendencia”? Que las religiones
forman parte de la cultura, que no son subculturas. Es una tontería
decir que no hay que llevar crucifijos visibles al cuello o que las mujeres no
deben llevar esto o lo otro. Pues tanto una como otra actitud representa una
cultura. Uno lleva el crucifijo, el otro lleva otra cosa, el rabino lleva
la kipá, y el papa el solideo (risas)… ¡Esa es la sana laicidad!
El
Concilio Vaticano II explica bien esto, con mucha claridad. Creo que se dan
exageraciones sobre estas cuestiones, en particular cuando la laicidad es
colocada por encima de las religiones. Entonces, ¿las religiones no forman
parte de la cultura? ¿Son subculturas?
Jesús
Colina
Fuente: Aleteia