“Cuando se reza se
requiere el coraje de la fe: tener confianza de que el Señor nos escucha, la
valentía de llamar a la puerta”
Este
jueves, el Papa Francisco comenzó la jornada con una visita al Pontificio
Instituto Oriental para saludar a la Congregación para las Iglesias
Orientales, que cumple 100 años de su fundación.
Después,
celebró una Misa en la basílica de Santa María la
Mayor precisamente para agradecer este aniversario.
En
su homilía, destacó que “hoy vivimos una guerra mundial a pedazos” y “vemos a
muchos hermanos y hermanas nuestros de las Iglesias orientales experimentar
persecuciones dramáticas y una diáspora cada vez más inquietante”.
Francisco
invitó a preguntarse “¿Por qué?” suceden estas cosas y reflexionó sobre cuántas
veces al confesar “vemos a los malvados, aquellos que sin escrúpulos se ocupan
de sus propios intereses, aplastan a los otros, y parece que a ellos las cosas
les van bien: obtienen aquello que quieren y piensan solo en gozar la vida”.
“No
obstante, Dios no olvida a sus hijos, su memoria es para los justos, para los
que sufren, que son oprimidos y se preguntan ‘¿por qué?’ y sin embargo no cesan
de confiar en el Señor”.
“Cuántas
veces la Virgen María, en su camino, se ha preguntado ‘¿Por qué?’, pero en su
corazón, que meditaba cada cosa, la gracia de Dios hacía resplandecer la fe y
la esperanza”.
El
Papa aseguró que “hay una manera de entrar en la memoria de Dios: nuestra
oración, como nos enseña el pasaje evangélico que hemos escuchado”.
“Cuando
se reza se requiere el coraje de la fe: tener confianza de que el Señor nos
escucha, la valentía de llamar a la puerta”.
Pero,
"¿nuestra oración es verdaderamente así?, ¿nos involucra realmente,
involucra nuestro corazón y nuestra vida?, ¿sabemos llamar al corazón de
Dios?”, preguntó.
Por Álvaro de Juana
Fuente:
ACI Prensa