El único médico para 500.000 personas,
galardonado con el Aurora Prize for Awakening Humanity
El
doctor Tom Catena, el único doctor que ha permanecido en las montañas de Nuba,
en Sudán, un sitio peligrosísimo, de guerra civil, donde todos los demás se han
ido.
Le
llaman “el santo de Sudán”. Es un misionero católico que trabaja como único
médico al servicio de una población de 500,000 personas viviendo en el sur de
Kordofan.
Acaba
de ser galardonado con un millón de dólares del Aurora Prize for Awakening
Humanity. El premio Aurora se otorga de parte de los sobrevivientes del
genocidio armenio y en gratitud por aquellos que los ayudaron, fue anunciado en
una ceremonia en Yerevan, Armenia, en mayo.
El
doctor Catena fue seleccionado para el premio 2017 entre más de 550
nominaciones enviadas por 66 países de los cinco continentes. Maneja un pequeño
hospital cuyo personal es el único que da atención médica en una región de
30,000 kilómetros cuadrados.
Los
pacientes tienen que caminar hasta siete días para encontrar una de las 435
camas del Hospital Madre de la Misericordia para tratarse de heridas y
enfermedades que en países occidentales son tratamientos de rutina.
Catena
y su pequeño grupo de acompañantes examinan y tratan a 400 personas cada día y
llevan a cabo cerca de 1,000 cirugías cada año, la mayor parte de ellas con
instrumental, tecnologías y métodos rudimentarios: la electricidad y el agua
corriente no son constantes en el hospital.
Una
guerra civil se lleva a cabo entre los rebeldes y el gobierno de Sudán. Las
casas y el humilde hospital del doctor Catena y su gente son, constantemente,
blanco de las bombas y la artillería del gobierno militar. Trincheras han sido
cavadas alrededor del mismo para protegerse de los ataques.
El
doctor Catena hizo un posgrado en ingeniería mecánica antes de enrolarse en la
Escuela de Medicina de la Universidad de Duke, de la Marina estadounidense,
tras darse cuenta que la ingeniería limitaba su carrera como misionero.
Ha
trabajado en Sudán nueve años. Cuando el gobierno entró en guerra con los
rebeldes, pidió a todas las organizaciones de ayuda que abandonaran el país
inmediatamente, pero Catena, una pocas religiosas y otros trabajadores
decidieron quedarse.
El
doctor Catena y su esposa son católicos y mientras modelan su vida bajo el
ejemplo de San Francisco de Así, la gente de Nuba lo compara con el mismo
Jesucristo.
En
2015, el escritor Nicholas Kristoff del periódico The New York Times hizo una
nota sobre el jefe musulmán de la región quien había sido testigo de cómo este
misionero católico ayudaba a los más necesitados. Jesús también lo hacía, y es
lo que hace cada día el doctor Catena.
El
jefe musulmán le confesó a Kristoff: “Él es Jesucristo”.
Tomado
de Our Sunday Visitor / Joseph R. LaPlante
Fuente:
Jaime Septién/
Aleteia
Tags: