La Audiencia de Palma de
Mallorca aprueba la decisión porque no ve "peligro ni perjuicio para el
menor"
La
sección cuarta de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ha dictado un auto
por el que la madre de un menor podrá decidir si este hace la Primera
Comunión y, en consecuencia, a asistir a los cursos de catequesis previos. De
este modo, la sala admite el recurso de la madre, que en primera instancia
recibió fallo contrario por parte del juez.
A
la madre “se le autoriza para que el niño haga la catequesis ahora, junto con
sus compañeros de clase y junto con sus amigos, y que pueda recibir el
Sacramento, si así lo decide, cuando el niño tenga entre 11 y 12 años que
será razonablemente más maduro”.
Los
padres del niño y de su hermano, también menor, no han estado casados (ni en
matrimonio religioso ni por lo civil) y desde marzo de 2016 -una vez dejaron de
vivir juntos- viven en régimen de custodia compartida de los hijos
menores. Ambos son titulares de la patria potestad. Pero al haber
disconformidad en la toma de decisiones, ha sido finalmente la Justicia la que
ha tomado cartas en el asunto.
Durante
el curso escolar 2016-2017 se acordó que los hijos residirían con el padre
desde las 9 horas de la mañana del lunes hasta las 9 de la mañana del
miércoles; y con la madre desde las 9 horas de la mañana del miércoles, a las 9
de la mañana de los viernes. Se reparten los fines de semana de forma alterna
desde las 9 horas de la mañana del viernes a las 9 de la mañana del lunes.
La
madre quiere que su hijo realice la Primera Comunión en la parroquia de la
población donde residen tanto ambos padres como los niños, y por eso quiere
también que vaya a la catequesis, que se celebra los lunes (día en que el niño
está con el padre).
El padre piensa que la
catequesis es “un adoctrinamiento”
El
argumento que daba el padre para no querer que su hijo hiciera la Primera
Comunión es que considera que la catequesis “es un adoctrinamiento” y que
sería paradójico en la vida del niño ya que “está en un ambiente laico” y
“si uno se bautiza es para seguir después las normas de la Iglesia Católica”.
El niño, efectivamente, tal como se recoge en la sentencia, está bautizado en
la Iglesia Católica, “acude a los actos propios de la misma y según su
madre es educado por ella en la fe católica”. Acude al colegio público de su
municipio “donde cursa la asignatura de Ética”.
El
padre, por su parte, y según el texto del auto, “no niega estar bautizado, ni
su formación católica, ni se opone a que el hijo sea educado en la fe católica,
y su oposición se centra más bien en la poca madurez del menor para comprender
el verdadero sentido del sacramento”. Cree también que el menor “ve la
celebración más como algo lúdico o festivo que religioso”. Considera
también que “llevar al niño a catequesis constituye un acto de
“adoctrinamiento”.
En
el escrito, la Audiencia Provincial recuerda que “la Primera Comunión es, tras
el bautismo, el segundo acto importante en la vida de los niños católicos”. “Es
un acto -explicita- que en la religión católica solo se hace una vez en la
vida, para el que es preciso una previa preparación a través de la
catequesis y a una concreta edad, precisamente sobre los 9 años, normalmente
junto a otros niños y niñas de su misma edad y colegio. Suele ir acompañada de
una celebración familiar festiva a la que también pueden acudir amigos del niño
quien tradicionalmente, especialmente en el caso de las niñas, llevan un bonito
vestido”.
La
Audiencia considera “no atendible” la oposición del padre a que el niño acuda a
clase de catequesis, y haga la Comunión basada en su poco discernimiento o
falta de coherencia con la vida que va a llevar después” ya que “no encuentra
acomodo en una voluntad contraria a que el niño sea educado en la religión
Católica, o en un perjuicio o peligro para el mismo”. Tampoco ve incompatible
“estudiar Ética en el colegio y acudir a Catequesis en la parroquia o incluso
en el propio colegio”.
La
Audiencia supone que el niño quiere hacer la Primera Comunión y dice que la
voluntad del menor no es obstáculo (sea cual sea, porque no es totalmente
decisiva) “para acceder a la petición materna” ya que “no es él quien decide sino sus progenitores aun cuando la ley exige que se les oiga a
partir de determinada edad”.
Por
todo lo dicho, la Sala no ha encontrado “motivo objetivo por el que deba
denegarse a la madre la autorización interesada, al no apreciar peligro ni
perjuicio para el menor, quien necesariamente debe realizar los
cursos de catequesis para comprender la trascendencia del acto para el que
se preparara, y que implica formarse en la doctrina de la religión
Católica. Precisamente es imposible hacer la Primera Comunión sin realizar
previamente la catequesis, de ahí la importancia de acudir a la misma. Sera una
vez finalizada la preparación cuando tendrá lugar la celebración, que además de
un acto religioso, tiene un componente lúdico festivo innegable”.
El
auto subraya “que no se trata de que [el niño] tenga necesidad o no de
hacer la Primera Comunión, sino de que es un acto consecuente al bautismo del
niño, que tiene lugar a una edad determinada, y que es querida por un
progenitor, que no genera daño ni perjuicio alguno al hijo, ni al padre, que
está bautizado, obligándose la madre a sufragar el coste económico de la misma,
que precisa de una preparación”.
Como
el padre no puso objeción alguna ni al día en que la catequesis tiene lugar,
lunes (en que el menor vive con él), ni al lugar -la parroquia de su
pueblo- el auto no se pronuncia al respecto y los da por buenos.
Dolors
Massot
Fuente:
Aleteia