San José “se hizo cargo de una paternidad que no era suya, sino que
provenía del Padre”. E hizo crecer al Niño Jesús llevándolo hasta la madurez
del hombre
Lo recordó el Papa Francisco en su homilía de
la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta el tercer
lunes de diciembre
En medio de los problemas y de las angustias,
aprendamos de San José que sabe “cómo caminar en la oscuridad”, “cómo se
escucha la voz de Dios”, “cómo se va adelante en silencio”. Con estas palabras
el Santo Padre comentó el Evangelio propuesto por la liturgia del día
– de San Mateo – en el que se explica que Jesús nacerá de María, esposa de
José, hijo de David.
“San José creyó y obedeció”
El Papa Bergoglio volvió a proponer
las emociones de José cando en María comenzaron a ser “visibles” los signos de
la maternidad, cuando regresó de la casa de Isabel. Francisco aludió
a las dudas de este hombre, a su dolor y a su sufrimiento, mientras en torno a
él comenzaban las murmuraciones. Y dijo que él no comprendió, si bien sabía que
María era “una mujer de Dios”, razón por la cual había decidido “dejarla en
silencio”, sin acusarla públicamente, hasta que intervino el Señor mediante el
ángel que se le apareció en sueños y que le explicó que el niño “generado en
Ella” provenía “del Espíritu Santo”. De este modo – prosiguió diciendo el Papa –
José “creyó y obedeció”.
“José luchaba por dentro y en esa lucha, la
voz de Dios: “Pero levántate – ese ‘levántate’ (que aparece) tantas veces al
inicio de una misión en la Biblia: ‘¡Levántate!’ – toma a María, llévala a tu
casa. Hazte cargo de la situación: toma en tus manos esta situación y ve
adelante”. José no fue a consolarse con sus amigos, no fue al psiquiatra para
que interpretara el sueño… No. Creyó. Y fue adelante. Tomó en sus manos la
situación. Pero, ¿qué debía tomar José en sus manos? ¿Cuál era la situación?
¿De qué cosa José debía hacerse cargo? De dos cosas. De la paternidad y del
misterio”.
“San José se hizo cargo de la paternidad”
El Papa Francisco añadió que, por
lo tanto, José debió “hacerse cargo” de la paternidad. Y esto ya se intuye en
la “genealogía de Jesús”, en que se explica cómo “se pensaba que fuese el hijo
de José”:
“Él se hizo cargo de una paternidad que no
era suya: venía del Padre. Y llevó adelante la paternidad con lo que significa:
no sólo sostener a María y al Niño, sino también hacer crecer al Niño,
enseñarle un oficio, llevarlo a la madurez de hombre. ‘Hazte cargo de la
paternidad que no es tuya, es de Dios’. Y esto, sin decir una palabra. En el
Evangelio no hay ninguna palabra dicha por José. El hombre del silencio, de la
obediencia silenciosa”.
“San José tomó en sus manos el misterio”
El Pontífice dijo también de San
José que fue un hombre que tomó en sus manos el misterio, tal como se
explica en la Primera Lectura. El misterio de “volver a conducir al Pueblo de
Dios”; el misterio “de la re-Creación” que – como dice la Liturgia – “es más
maravillosa que la Creación”.
“José toma en sus manos este misterio y
ayuda: con su silencio, con su trabajo, hasta el momento en que Dios lo llama a
sí. De este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio, se dice
que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre
aprendió a decir “papá”, “padre”, a su Padre que conocía como Dios, lo aprendió
de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace
crecer, el hombre que lleva adelante toda paternidad y todo misterio, pero que
no toma nada para sí mismo”.
El Papa Francisco concluyó su
reflexión afirmando que éste es el “gran José”, de quien Dios tenía necesidad
para llevar adelante “el misterio de la re-conducción del pueblo hacia la nueva
Creación”.
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del
Vaticano