Al pastor que no sabe
hacerse cercano, le falta algo: quizá sea un patrón del campo, pero no es un
pastor
En
su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa
Marta el último martes de enero el Santo Padre se refirió a las actitudes del
verdadero pastor. Que son – dijo – aquellas con las cuales Jesús ha acompañado
a su pueblo: cercanía y ternura concreta y no rigidez ni juicio
Con
el Evangelio de San Marcos, propuesto por la liturgia del día, el Papa
Francisco ofreció su meditación, en que se refirió a los dos episodios de
curación acerca de los cuales más que “meditar” – dijo – hay que “contemplar”,
porque indican “cómo era una jornada de la vida de Jesús”, modelo de cómo
debería ser también la de los pastores, obispos o sacerdotes.
Caminar, estar en medio
del pueblo, ocuparse de él
El
Apóstol describe la escena en que Jesús, una vez más, se encuentra rodeado por
una muchedumbre, por una gran cantidad de gente que lo seguía, o a lo largo del
camino o de la orilla del mar, en que el Señor se preocupaba por las personas.
Y dijo que así Dios había prometido acompañar a su pueblo, estando en medio de
él:
“Jesús
no abre una oficina de asesoramiento espiritual con un cartel: ‘El profeta
recibe lunes, miércoles y viernes de tres a seis. La entrada cuesta tanto o, si
lo desean, pueden dejar una oferta’. No, Jesús no hace así. Tampoco abrió un
consultorio médico con el cartel: ‘Los enfermos vengan tal día, tal día, tal
día y serán curados’. Jesús se entrega en medio del pueblo”.
Y
es “ésta la figura de pastor que Jesús nos ofrece” – observó Francisco – a la
vez que refirió de un “sacerdote santo que acompañaba así a su pueblo” y que
por este motivo al llegar la noche estaba “cansado”, pero con un “cansancio
real y no ideal”, sino “de quien trabaja” y está en medio de la gente.
Salir al encuentro de las
dificultades con ternura
Además,
el Pontífice destacó que el Evangelio de hoy también enseña que entre la
muchedumbre Jesús es “apretujado” y “tocado”. De hecho – hizo notar Francisco –
en cinco ocasiones aparece este verbo en el texto de Marcos, y subrayó que de
este modo también hoy se comporta el pueblo durante las visitas pastorales, a
la vez que añadió que lo hace para “obtener la gracia”, y esto el pastor lo
siente.
También
dijo que Jesús jamás se niega, sino al contrario, “paga”, incluso con la
“vergüenza” y la “mofa”, “por hacer el bien”. Son éstas – dijo – las
“huellas del modo de obrar de Jesús” y, por lo tanto, “las actitudes del pastor
verdadero”:
“El
pastor debe ser ungido con el óleo, el día de su ordenación: sacerdotal y
episcopal. Pero el verdadero óleo, ese interior, es el óleo de la cercanía y de
la ternura. Al pastor que no sabe hacerse cercano, le falta algo: quizá sea un
patrón del campo, pero no es un pastor. Un pastor al que le falta la ternura
será uno rígido, que apalea a las ovejas. Cercanía y ternura: lo vemos aquí.
Así era Jesús”.
La
cercanía y ternura de los pastores es una gracia
Al
igual que Jesús, también el pastor – prosiguió explicando Francisco – “termina
su jornada cansado”, cansado “de hacer el bien” y si su actitud será ésta, el
pueblo sentirá la presencia viva de Dios. De aquí surgió la oración que el
Santo Padre elevó hoy al Señor:
“Hoy
podríamos rezar en la Misa por nuestros pastores, para que el Señor les dé esta
gracia de caminar con el pueblo, estar presentes en el pueblo con tanta
ternura, con tanta cercanía. Y cuando el pueblo encuentra a su pastor, siente
esa cosa especial que sólo se siente ante la presencia de Dios – y así concluye
el pasaje del Evangelio – ‘Ellos fueron embargados por gran estupor’. El estupor
de sentir la cercanía y la ternura de Dios en el pastor”.
María Fernanda Bernasconi
– Ciudad del Vaticano
Vatican News