Nuestros protectores
espirituales no desaparecen de nuestro lado cuando alcanzamos la edad adulta;
de hecho, ahí es cuando los necesitamos más que nunca
Pregunta:
¿Cómo
puedo forjar una relación con mi ángel de la guarda? Este mediador tan poderoso
se encuentra tan cerca de nosotros que es un desperdicio no entablar una
relación. ¿Qué me recomienda?
Respuesta:
Nuestros
ángeles de la guarda son fantásticos. Es una pena que hayan pasado a
considerarse una devoción infantil. Muy difícilmente se podrá encontrar un
símbolo o iconografía de estos ayudantes donde no aparezca también un niño
pequeño. Pero nuestros protectores individuales no desaparecen de nuestro lado
una vez alcanzamos la edad adulta, así que es muy inteligente por tu parte
querer forjar una relación con los tuyos.
¡Y son muy poderosos! Los ángeles de la guarda son criaturas divinas feroces. Recuerda que cuando en la Biblia se hace referencia a estos ángeles, se menciona que su apariencia produjo una reacción de miedo y terror entre la gente.
Los
niños se encuentran casi de forma inherente llenos de fe y nacen con la
capacidad de creer. Los adultos luchan con la creencia cuando su percepción se
ha enturbiado por el cinismo y la duda. Es normal pensar que es en nuestras
vidas adultas cuando más necesitamos la ayuda divina de nuestros ángeles de la
guarda, para protegernos de nosotros mismos.
Establece
una relación con tu ángel de la guarda como lo harías con cualquier otra
persona. Esto significa que debes comunicarte. Cuando le decimos a las personas
que desean crecer en santidad y acercarse a Dios que recen, esto supone una
forma de comunicación sobrenatural. Tu ángel está simultáneamente contigo y
ante Dios, así que, sí, busca oraciones angelicales para que te ayuden a crecer
en santidad.
Pero
no necesitas oraciones formales: simplemente habla con tu ángel. A menudo entro
en una reunión pidiéndole al mío que me dé un codazo si estoy a punto de decir
alguna tontería, o le pido que hable con el ángel de algún compañero de trabajo
si hemos tenido un desacuerdo, para que nos ayuden a trabajar juntos en paz.
Muchas
personas creen que los ángeles de la guarda son solo (¡solo!) los seres que nos
protegen del daño físico y nos alejan de los problemas, pero también son los
guardianes de nuestra espiritualidad y pueden ayudarnos a luchar contra las
tentaciones. Cuando pienso en las palabras “ángel” y “guarda”, debo recordar
que hay fuerza y resistencia en sus definiciones.
Para
comprender en mayor medida la capacidad de su fuerza y el abanico de capacidades
sobrenaturales, repasa la al Ángel de la Guarda. Ellos nos
reconfortan, nos protegen del mal, nos consuelan en el Purgatorio y llevan
nuestras plegarias ante el trono de Dios.
Mi
abuelita solía decir que las madres envían a menudo a sus propios ángeles de la
guarda al ángel de sus hijos para que lleven oraciones y mensajes. Ella creía
que los ángeles hablaban entre ellos también y, ¿por qué no? Algunas personas
incluso dirán que, si lo pedimos, terminarán nuestras oraciones y rosarios por
nosotros si nos quedamos dormidos a mitad.
A
mí me gusta pedirle ayuda a mi ángel antes de la confesión mientras hago un
examen. Cuando siento una tentación particular hacia un pecado, le pido ayuda.
Además, a menudo le pido que cuide de mi hijo o que le dé las gracias al ángel
de la guarda de mi hijo por cuidar de él. En el pequeño altar que tengo en casa
se encuentran María, Jesús, José, mi santo patrón, el santo patrón de mi hijo y
un símbolo de un ángel de la guarda.
No
siempre recuerdo las oraciones exactas dedicadas a ellos ni busco en el
teléfono móvil la letanía o novena completas, pero puedo recordar que debo
reconocer su función en mi vida física y espiritual y agradecerles la ayuda. Es
en estos pequeños detalles cuando las relaciones con mis ángeles de la guarda
se vuelven más íntimas.
Por: Katrina
Fuente:
EnlaceCatolico.info