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propuestas de ayuno para que haya más paz
Hace unos días,
hablé con una persona que me decía: “Soy cristiano de toda la vida, pero todo
lo que hemos vivido estos últimos meses en nuestro país me ha desorientado
hasta el punto de perder la vitalidad y la alegría interior con que vivía
antes”.
“Felicidades”,
le respondí. “Sí, felicidades porque has tomado conciencia de cómo un hecho
exterior está afectando tu vida interior”.
Tomar
conciencia es el primer paso para poder reorientar nuestra vida, para nuestra conversión personal.
“Convertíos y
creed en el Evangelio”. Esta es la invitación de Jesús al inicio de su
actividad misionera, que la reforma litúrgica ha recuperado para el rito de la
imposición de la ceniza al principio de la Cuaresma.
La Cuaresma es
un buen tiempo para revisar nuestra vida interior.
Hay muchos
cristianos, especialmente agentes de pastoral, que en este tiempo cuaresmal
participan en un retiro espiritual más o menos largo.
Un día o unos
días de retiro, lejos del ajetreo de la jornada, de la vida centrada en el
trabajo profesional o en las tareas pastorales, nos abren al silencio,
a escuchar nuestro interior y a escuchar la voz de Dios, que nos habla
mediante inspiraciones profundas.
Volver a dejar
que Dios ocupe el centro de nuestra vida y poder experimentar cómo esto nos
ayuda a recuperar el tono vital, es nuestra gran conversión, el gran cambio de
orientación en nuestra vida.
El retiro
espiritual provoca este cambio de lugar y de ritmo, este dejar tiempo para
escuchar nuestro interior, este ponernos en contacto con la Palabra de Dios, este
abrirnos al acompañamiento espiritual que posibilita que nos demos cuenta de
cómo estamos realmente, de lo que nos ayuda y de qué deberíamos ayunar para
recuperar el tono vital interior.
Lo esencial
del ayuno es ser capaz de no ser esclavo de aquello que nos
aparta de Dios. El ayuno nos hace caer en la cuenta de cómo las imágenes, los
objetos y las sensaciones que nos rodean reclaman nuestra atención
constantemente y nos distraen.
Teniendo en
cuenta el objetivo de ser forjadores de concordia que nos hemos marcado para
este nuevo año, y enlazando con las palabras que me dijo la persona de la que
hablaba al principio, dejadme ofreceros un posible ayuno para el tiempo de
Cuaresma de este año.
En este
sentido, os invito y me invito a mí mismo a vivir estas propuestas:
- Ayuna del reenvío de mensajes políticos en las redes sociales. Necesitamos una distancia y un cierto humor. Sólo reenviémonos mensajes que regalen alegría y paz. Las noticias dejémoslas para los medios de comunicación.
- Ayuna de aquellas conversaciones que ya sabemos previamente que no llevan a nada positivo y que pueden perjudicar nuestra relación. Ayudémonos a cambiar de tema cuando alguno de nosotros comience.
- Ayuna de todo aquello que pueda crear división. Este es un tiempo ideal para redescubrir todo lo que nos une y tenemos en común.
Sólo son siete
semanas. ¿Creéis que es posible? Pidamos, sin miedo, ayuda a Dios. A Dios le
encanta regalarnos su fuerza para alcanzar la concordia y la comunión en la
diferencia.
Fuente: Aleteia