El líder de la Iglesia
católica y el mandatario turco se encontraron en el terreno común de la
preocupación sobre el estatus de Jerusalén después de que EE.UU. reconociera la
ciudad santa como capital de Israel
El
papa Francisco y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se
encontraron este lunes 5 de febrero de 2018. Es la primera vez que un
presidente turco en 60 años visita a un Pontífice en el Vaticano.
En
el centro del diálogo entre el Pontífice y el jefe del Estado turco también
estaba la cuestión de Jerusalén, reconocida como la capital de Israel por la
administración Trump entre las protestas de las capitales de Oriente Medio.
“Le
agradezco tanto por su interés”, dijo Erdogan al Papa en el momento de darse la
mano, según el pool de prensa admitida, antes de la reunión a puerta
cerrada en la biblioteca apostólica.
“Este
es el ángel de la paz que ahorca el demonio de la guerra, símbolo de un mundo
basado en la paz y en la justicia”, expresó el Papa en el momento del
intercambio de los regalos.
El
pontífice además de entregar el medallón con el ángel de la paz, le dio a
Erdogan un grabado con el diseño de la Basílica de San Pedro tal como era en
1600, una copia de la encíclica Laudato Si y su Mensaje del día de la
paz de este año.
Por
su parte, Erdogan donó al Papa una gran imagen de cerámica con una vista
panorámica de Estambul y una caja de libros del teólogo musulmán Mevlana Rumi.
Durante
“las conversaciones se habló de las “relaciones bilaterales” y se discutió de
“la condición de la comunidad católica”, “el compromiso de recibir a los
numerosos refugiados” y los desafíos que esto trae, según informó la Oficina de
Prensa de la Santa Sede.
Sucesivamente,
se tocó el tema de la “situación en el Medio Oriente, con particular referencia
al estado de Jerusalén, destacando la necesidad de promover la paz y la
estabilidad en la región a través del diálogo y de la negociación, respetando
los derechos humanos y la legalidad internacional”, indicó el comunicado
oficial.
“El
estatus de Jerusalén es un tema central para los musulmanes y los cristianos,
tanto el Papa como yo estamos comprometidos en proteger el status quo“,
dijo Erdogan en una entrevista publicada por el
diario italiano La Stampa el domingo.
Detrás
del encuentro, por parte de Turquía temas como la islamofobia en Europa y en
Occidente, el conflicto en Siria y la inmigración. Y elementos que marcan la
distancia entre las posiciones de ambos líderes; la pesante mano bélica contra
los Kurdos y el respeto de la dignidad humana.
Según
el mandatario turco, “ningún país tiene derecho de dar pasos unilaterales y
pasar por alto el derecho internacional en el problema que afecta a miles de
millones de personas”.
El
Papa lució sonriente en el encuentro personal con el mandatario turco. En la
foto de grupo con el séquito presidencial (20 personas), en cambio, el Sucesor
de Pedro apareció solemne y serio.
Durante
los saludos de despedida, respondiendo al Papa y su acostumbrada invitación a
orar por él, Erdogan dijo: “Nosotros también esperamos de usted una oración”.
A
la 9,30 a.m (hora de Roma) el cortejo de autos diplomáticos que acompañaban a
Erdogan pasó por la vía de la Conciliación hasta la entrada del Vaticano,
pasando por el arco de las campanas, ingreso destinado a los jefes de Estado y
de gobierno.
El
presidente turco estuvo acompañado por su esposa y un grupo de alrededor de 20
personas, incluidos 5 ministros (Relaciones Exteriores, Energía, Relaciones con
Europa, Economía y Defensa).
Es
el primer presidente turco desde 1959 que ha pedido audiencia a un pontífice
para llegar hasta el Vaticano. El último encuentro fue entre Juan XXIII y
Celal Bayar.
Líder moral
Un
reconocimiento de la estatura moral del Papa para buscar la paz en Jerusalén y
en Oriente Medio. Después del anuncio de Trump de trasladar la embajada de
su país a Jerusalén, Erdogan y el Papa han conversado dos veces por teléfono.
Igualmente
se trata de un acercamiento tras las anteriores palabras de Erdogan contra el
papa Francisco por la mención del “holocausto armenio”.
El
diálogo por encima de las armas apareció más allá de las polémicas por parte de
grupos kurdos y un partido de extrema derecha turco.
La
posición del Papa y de la Santa Sede es recibir a todos los jefes de Estado,
posibles aliados para discernir las causas de la violencia y su esperado
remedio a nivel global.
En
la frontera entre Turquía y Siria las bombas retumban, mientras siguen adelante
las operaciones militares turcas en Afrin contra los Kurdos que han derrotado
al ISIS (el Estado Islámico).
Jornada de oración
Asimismo,
el Pontífice anunció ayer una jornada de oración y
ayuno por la paz, que se realizará el próximo 23 de febrero.
La
invitación se extiende a los fieles de otras religiones. Una respuesta desde la
fe incluso contra el tráfico de armas que desangra la esperanza, nutre la
venganza y el odio.
Francisco
considera inaceptable que los seres humanos sean perseguidos y asesinados
debido a su afiliación religiosa.
Apenas
hace diez días, el Papa recibió a una delegación de yazidíes, minoría islámica en
Irak que, como los cristianos, son blanco de los ataques de la organización
terrorista ISIS (Estado Islámico).
Protestas
A
pocos pasos del Vaticano, frente al Castillo San’Angelo, una multitud de
manifestantes se reunió para protestar por la visita de Erdogan al Papa,
especialmente miembros de la comunidad kurda residente en Italia.
La
policía italiana ayer detuvo a cinco kurdos, mientras intentaron entrar a San
Pedro durante el Ángelus con banderas kurdas y pancartas. La Jefatura de Policía
argumentó que se trató de “iniciativas de protesta no autorizadas”.
Para
garantizar la seguridad, 3.500 policías a pie, a caballo y en patrullas están
desplegados en la ciudad de Roma.
Tras
el encuentro con el Papa, Erdogan tuvo una reunión con el Secretario de Estado
del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin y visitó la Basílica vaticana.
Después,
Erdogan prevé reunirse con el presidente italiano, Sergio Mattarella. Y en la
tarde, el líder turco se encontrará con el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni.
En su honor se celebrará una cena de trabajo con los empresarios italianos.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia