Aunque la Santa Sede no lo
ha confirmado todavía, la Congregación para las Causas de los Santos habría
aprobado la canonización de Pablo VI y, por tanto, sólo faltaría el visto bueno
del Papa Francisco
El
milagro que permitiría elevar a los altares al Papa sería la curación de una
bebé en el vientre de su madre. La protagonista del milagro es Amanda, una niña
que nació el 25 de diciembre de 2014 a pesar de un difícil embarazo y Que
apenas tenía posibilidades de vivir, según afirmaban los médicos.
Ahora,
ha sido la propia madre de Amanda, Vanna Pironato, la que ha mostrado su
alegría al conocer la noticia de la canonización y ha expresado su
agradecimiento al Giornale di Brescia.
“Los
primeros días fueron fundamentales para la supervivencia de mi pequeña”, cuenta
al diario bresciano. Además, destaca las “lágrimas de alegría” que le cayeron
cuando su hija sanó y supo que no moriría. “Fue un momento inolvidable”,
confiesa.
“Ahora
somos sencillamente una familia normal, una familia que ha recibido un don
extraordinario. Tengo que admitir que a veces no nos damos cuenta de lo que ha
sucedido”, dice Amanda.
Visitar la casa del Papa
Entre
sus planes asegura que está conocer mejor la figura del futuro santo. “Me
gustaría mucho ver donde ha nacido aquél al que consideramos uno de nuestra
familia. El Papa Montini es una presencia fundamental y constante de nuestra
vida y lo será siempre. Visitar su casa será un modo de sentirlo todavía más
cerca nuestro”.
Todo
comenzó en un nicho bajo el retablo del altar de San Girolamo, donde está
custodiada una reliquia del beato Pablo VI: la camisa ensangrentada que llevaba
en el momento en el que sufrió el atentado en Manila el 27 de noviembre de
1970.
El
24 de noviembre, Vanna se arrodilló ante el altar del Santuario de las Gracias
cuando la reliquia todavía no estaba ahí. El Papa Francisco había proclamado
beato al pontífice tan solo unos días antes, el 19 de octubre.
Vanna
había roto aguas el 23 de septiembre, pero su hija Amanda contaba con tan sólo
13 semanas y 3 días y los médicos le habían comunicado que había pocas
posibilidades de que la niña sobreviviera. Aun así, el 25 de diciembre nació
con tan sólo 865 gramos.
El
pasado 13 de diciembre, los médicos y teólogos que han investigado el caso
durante años confirmaron que la curación de la niña se trata de un milagro.
Vanna
ha sabido de esta confirmación en la casa que tienen en Legnago (Verona), junto
a su hija Amanda, su hijo Riccardo y su marido Alberto.
También
ha hablado el sobrino de Pablo VI, Fausto Montini, quien recuerda a su tío como
“un punto de referencia fundamental en nuestra familia”.
“Teníamos
con él una relación muy afectuosa, una relación que mantuvimos también después
de que se convirtiera en Papa, pero evitando ser inoportunos”, declara.
Aun
así, asegura que “cuando teníamos algún problema en la familia, algo que no iba
bien acudíamos siempre a él: era nuestra luz”. “Era una persona reservada pero
muy afectuosa. Nos mandaba tarjetas escritas a mano para felicitarnos los
cumpleaños y los santos, y en esos mensajes se puede ver todo lo delicado que
era”, afirma.
Por Álvaro de Juana
Fuente: ACI Prensa