Un sencillo cortometraje
que ha recibido varios premios e interpretaciones en diversos festivales
Un abuelo despierta y empieza un nuevo día. No expresa
motivación por algún sueño, ni alguna emoción por algo interesante en esta
jornada; ni nada por el estilo. No se sabe si tiene o tuvo familia.
No se lo muestra acompañado de
ninguna persona, excepto de Blobby, un misterioso
compañero (como se puede ver y el significado de su nombre en inglés lo
sugiere) que es una especie de masa extraña.
La masa simboliza lo
indeterminado. En este caso permite un amplio abanico de interpretaciones
posibles, de hecho esta ha sido la suerte de este cortometraje, realizado por
la experta animadora canadiense Laura Stewart. Pese a lo corto y sencillo que
es, ha recibido varios premios e interpretaciones en diversos festivales.
Dentro de la ambigüedad de los
posibles significados presentes en el cortometraje, se pueden percibir verdades
innegables. Una podría ser expresada así: del amor nace el color de la vida. En
el breve momento en que el anciano decide interactuar con su misterioso
compañero, compartiéndole un bocado de su desayuno, se suscita un ambiente
alegre que se expresa en un baile entre sonidos y colores.
Pero de pronto todo termina, como un espectáculo de estrellas fugaces, como
el fin de un sueño al despertar y enfrentar la realidad de la vida. Dura
realidad que el anciano expresa en su cansado y nostálgico suspiro. Blobby se
va y el anciano lo recuerda haciendo una figura suya con la comida de su plato.
«Verdaderamente
la vejez tantas veces es un poco fea, ¡eh! -exclamaba el Papa Francisco en una
homilía- por las enfermedades que trae y todo esto, pero la sabiduría que tienen
nuestros abuelos es la herencia que nosotros debemos recibir. Un pueblo que no
custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene
futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria. (…) nos hará bien–
comentó hacia el final de su homilía – pensar en tantos ancianos y ancianas,
tantos que están en casas para ancianos, y también en tantos – es fea la
palabra, pero digámosla – abandonados por sus familiares. Son el tesoro de
nuestra sociedad».
Este video nos sensibiliza a todos
con la realidad la vejez, aquella realidad que nos espera a todos. Nos ayuda a
saber valorar y apreciar los diversos dones que Dios pone en nuestras vidas,
como la salud y las amistades, y nos lleva a recordar que nuestra caridad
cristiana se tiene que vivir especialmente con los más frágiles y necesitados.
¿Cómo nos relacionamos con nuestros
abuelos? ¿Cómo vivimos el cuarto mandamiento?
CATHOLIC LINK
Fuente: Aleteia