En
la Misa que presidió en la capilla de Santa Marta a primera hora de la mañana,
el Papa Francisco habló en contra de los cristianos “aguados” que apenas se
acuerdan de la obra que Dios ha hecho con ellos
El Papa durante la Misa. Foto: Vatican Media |
“Muchas
veces los pecados, los compromisos, el miedo nos hacen olvidar este primer
encuentro, del encuentro que nos ha cambiado la vida. Nos da un recuerdo, pero
un recuerdo aguado. Nos hace convertirnos en cristianos, pero de ‘agua de
rosas’. Aguados, superficiales”.
Francisco
pidió recordar el primer encuentro con Jesús que “ha cambiado la vida” y
explicó que una buena ocasión son los 50 días del tiempo pascual, que para los
apóstoles fueron “tiempo de alegría”.
El
Papa habló de la obediencia y dijo que “una vida de obediencia” es la que
caracterizó a los apóstoles, que recibieron el Espíritu Santo para continuar su
misión. Por eso, los cristianos son “los que obedecen a Dios”.
Comentado
las lecturas del día, recordó que las cosas mundanas eran “el dinero” y
rememoró cómo el mismo Jesús dijo que no se podía servir al Señor y al dinero.
Pero
los apóstoles también dan “testimonio” y un “testimonio cristiano molesta”. “El
testimonio cristiano no conoce las vías del compromiso” y “conoce la paciencia
de acompañar a las personas que no comparten nuestro modo de pensar, nuestra
fe, son tolerantes, acompañan”.
“Primero
la obediencia, segundo el testimonio, que da tanto fastidio. Y todas las
persecuciones que existen, desde ese momento hasta hoy… Pensad en los
cristianos perseguidos en África, Oriente Medio… Hay más hoy que en los
primeros tiempos, en la cárcel, degollados, ahorcados por confesar a Jesús.
Testimonios hasta el final”.
El
Papa también destacó que los apóstoles hablaban de cosas concretas y “no de
fantasías”.
“Hay
que pedir siempre la gracia del Espíritu Santo de la concreción. Jesús ha
pasado en mi vida, por mi corazón. El Espíritu ha entrado en mí. Después,
quizás, he olvidado, la gracia de la memoria del primer encuentro”.
Por
tanto, “es tiempo de pedir la alegría pascual”. “Pidámosla los unos para los
otros, pero esta alegría que viene del Espíritu Santo, que da el Espíritu
Santo: la alegría de la obediencia pascual, la alegría del testimonio pascual y
la alegría de la concreción pascual”.
Fuente:
ACI Prensa