Solo apagando el ruido del mundo y nuestras propias habladurías será posible la escucha, que es la primera condición de todo comunicador
El Papa Francisco en el Vaticano. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
El
Papa Francisco recordó a los comunicadores católicos que su labor es “cultivar
y fortalecer cada brote de vida y bien”, y los alentó a no cansarse de buscar
la verdad con humildad.
En
una audiencia concedida en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del
Vaticano este martes 1 de mayo a los dirigentes y trabajadores del diario
católico italiano “Avvenire”, el Santo Padre recordó las palabras del Papa
Pablo VI dirigidas a los periodistas católicos en las que afirmaba que no
debían “publicar lo que genere impacto o que haga clientela. Deben hacer el
bien a los que escuchan, educarlos a pensar, a juzgar”.
En
este sentido, Francisco subrayó que “el comunicador católico evita refugiarse
en la rigidez que sofoca y encarcela”. “Hace que la realidad nunca ceda su
puesto a la apariencia, la belleza a la vulgaridad, la amistad social al
conflicto”, agregó.
Además,
el Papa reflexionó sobre cómo afectan las nuevas tecnologías al mundo del
trabajo, en concreto a la profesión periodística, con motivo de las celebraciones
de este 1 de mayo, Día del Trabajo y Festividad de San José Obrero.
El
Santo Padre dijo a los periodistas de Avvenire que “la cultura digital ha
requerido una reorganización del trabajo junto con una disponibilidad todavía
mayor a colaborar entre vosotros y a armonizaros con los otros medios que
forman parte de la Conferencia Episcopal Italiana: la Agencia Sir, Tv2000 y la
emisora radiofónica InBlu”.
En
este sentido, se remitió a la experiencia del sector de comunicación de la
Santa Sede e indicó que “la convergencia y la interactividad de las plataformas
digitales deben favorecer sinergias, integración y gestión unitaria”.
De
esta manera, se puede hacer frente al contexto comunicativo actual, en el que
“la velocidad de la información supera nuestra capacidad de reflexión y de
juicio”.
“También
como Iglesia estamos expuestos al impacto y a la influencia de una cultura de
las prisas y de la superficialidad: más que la experiencia, importa aquello que
es inmediato, lo que está al alcance y puede ser consumido de forma rápida”.
Frente
a esa “cultura de las prisas”, el Papa propuso la figura de San José, “el
carpintero de Nazareth” que “nos lleva a la urgencia de encontrar un sentido de
sana lentitud, de calma y de paciencia. Con su silencio nos recuerda que todo
tiene su inicio en la escucha, en el trascenderse a sí mismo para abrirse a la
palabra y a la historia del otro”.
El
Santo Padre se refirió a San José como “el hombre del silencio. A simple vista
podría ser incluso la antítesis del comunicador. En realidad, solo apagando el ruido
del mundo y nuestras propias habladurías será posible la escucha, que es la
primera condición de todo comunicador”.
Francisco
animó a los periodistas de Avvenire a “no cansaros de buscar la verdad con
humildad, frecuentando habitualmente la Buena Noticia del Evangelio. Que esa
sea la línea editorial a la cual vincular vuestra dignidad”.
“Dejaos
interrogar por aquello que sucede. Escuchad, profundizad, confrontad. Manteneos
alejados de los callejones sin salida donde se debaten aquellos que presumen de
haberlo entendido ya todo. Contribuid a superar las contraposiciones estériles
y dañinas”, concluyó.
Fuente:
ACI Prensa