“En una sociedad libre coexisten diversos modelos de educación y nadie tiene derecho a imponer uno de ellos”, afirma el catedrático
El Pleno del Tribunal Constitucional ha avalado
subvencionar con dinero público a colegios de educación diferenciada. El fallo, aprobado
por mayoría de ocho votos, ha acordado desestimar el recurso de inconstitucionalidad
interpuesto por el Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los
Diputados contra la Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa.
El recurso del PSOE iba contra la financiación pública de la educación
diferenciada por sexos y pedía también que la asignatura de Religión no fuera
una alternativa obligatoria. La resolución cuenta con el voto
concurrente de la vicepresidenta del Tribunal, Encarnación Roca, y han
anunciado voto particular discrepante los Magistrados Fernando Valdés Dal-Ré,
Juan Antonio Xiol, Cándido Conde-Pumpido y la Magistrada María Luisa Balaguer.
Esta sentencia ha sido criticada en algunos ámbitos. Rafael Navarro
Valls, catedrático, académico y presidente de las Academias Jurídicas
de Iberoamérica, explica por qué este tipo de educación no discrimina a los
alumnos.
“No conozco el texto completo de la sentencia, pero es evidente que, a la
vista de los textos internacionales y la dinámica de la misma libertad, el
TC acierta cuando rechaza la tesis de la discriminación en los
colegios de educación diferenciada”, afirma Navarro Valls a Religión
Confidencial.
Valor positivo para la sociedad
El catedrático de derecho argumenta que en una sociedad libre coexisten
diversos modelos de educación y nadie tiene “derecho a imponer uno de
ellos. La pluralidad de modelos educativos, además de
inevitable en un régimen de libertad, es conveniente, ya que es un valor
positivo para la sociedad la variedad educativa”.
Valls remite a algunas normativas que han avalado la
educación diferenciada. Por ejemplo, la convención relativa a la lucha
contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza de la Unesco que en su
artículo 2 señala que no serán considerado como discriminación: “la
creación o el mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza
separadas para los alumnos de sexo masculino y para los de sexo femenino
siempre que esos sistemas o establecimientos ofrezcan facilidades equivalentes
de acceso a la enseñanza, dispongan de un personal docente igualmente
calificado, así como de un equipo de igual calidad y permita seguir los mismos
programas de estudio”.
Asimismo, en 1999, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
de la ONU, ratificó “el artículo 2 de la Convención de la UNESCO relativa a la
lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza”.
Diferenciar en lugar de segregar
Muchas personas acusan a estos centros de segregar cuando su intención
académica separar por sexos para que el aprendizaje se ajuste a los ritmos
diferentes de niños y niñas.
Para Navarro Valls es un acierto la denominación de educación diferenciada
aplicado a estos colegios. “Segregar es separar y marginar a una persona o
grupos de personas por motivos sociales, políticos o culturales.
Mientras que diferenciar supone establecer, mediante comparación, la diferencia
entre dos o más personas o cosas”.
El catedrático expone una explicación filológica de la cuestión,
aunque no ha encontrado el nombre del autor. “Quede aquí constancia de
mi dependencia de ese anónimo autor. Dice: imaginemos una cafetería en la
que hay baños de mujeres y baños de hombres. Esto es diferenciar. Si en cambio
las mujeres afroamericanas no pudieran entrar a los baños de mujeres,
eso sería segregar”.
El mismo autor añadía que en cualquier deporte, existen
competiciones diferenciadas por sexos. “Hay una explicación para ello.
Si sólo hubiera carreras de 100 metros para los dos sexos, las mujeres nunca
ganarían medallas y ni siquiera estarían en las finales. La marca de Usain Bolt
es de 9,58 segundos, mientras que la de Florence Griffith es de 10,49. Griffith
no podría entrar en ninguna final masculina con ese tiempo. Desde luego, lo
dicho supone la evidencia de que mujeres y hombres son diferentes”.
En otros países
A pesar de que en algunos ámbitos educativos la educación diferenciada es
cuestionada, Navarro Valls considera que este tipo de enseñanza no tiene una
connotación negativa en España. “Por el contrario, la gente toma buena
nota, por ejemplo, de que en los rankings de colegios con especial prestigio no
es infrecuente que aparezcan colegios de educación diferenciada. Lo mismo
ocurre en Alemania, Estados Unidos, Inglaterra etc.”
En su opinión, al ser una minoría los colegios de educación diferenciada
sobre los de educación mixta, suelan ser menos conocidos y
algunas personas puedan mirar con recelo lo que no conocen. “Estoy seguro de
que poco a poco el tiempo irá haciendo más conocido lo que aún es pequeño:
siempre ha pasado así con las minorías”, afirma.
Sobre la independencia del TC
Respecto a si esta sentencia está determinada por cuestiones ideológicas,
Navarro Valls explica la independencia del Constitucional.
“Las sentencias de cualquier tribunal las dictan hombres y mujeres con sus
puntos de vista, sus convicciones, su propia experiencia etc. Los juristas
solemos decir que el derecho sería muy aburrido si todos opináramos lo mismo.
Entre las 8 personas que han votado la sentencia es evidente que hay amplias
diferencias de opinión. Intentar encasillarlas en derechas o
izquierdas, aparte de un error implica una ignorancia del juego de las
mayorías en un Tribunal. Es muy bueno que haya diversos puntos de vista en un
Tribunal: enriquece sus fallos y ayuda a consolidar la libertad judicial. De
ahí que tanto respeto merecen los ocho miembros del Tribunal
acordes con la sentencia, como los cuatro disconformes con ella”.
Pacto Educativo
Sobre si la resolución podría poner en peligro el Pacto Educativo, el
académico sostiene: “Por lo que sé, el pacto educativo está paralizado
bastante antes de dictarse esta sentencia. No creo que en el supuesto
de volver a la negociación, este problema fuera un obstáculo infranqueable”.
Fuente: ReligionConfidencial