Durante la Misa celebrada
este lunes 28 de mayo en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco estableció una
clara diferencia entre la alegría cristiana y la alegría que solo tiene como
fin el divertimento
En
su homilía, el Santo Padre explicó que la alegría “es la respiración del
cristiano”, y se trata de una alegría hecha de verdadera paz, no engañosa como
la alegría que ofrece la cultura actual que “se inventa tantas cosas para
divertirnos”.
“La
alegría cristiana es la respiración del cristiano, un cristiano que no es
alegre en el corazón no es un buen cristiano. Es la respiración, el modo de
expresarse del cristiano, la alegría. No es algo que se pueda comprar, o que se
pueda lograr con esfuerzo. No. Es un fruto del Espíritu Santo. Aquel que nos da
la alegría del corazón es el Espíritu Santo”, fueron las palabras de Francisco.
En
este sentido, subrayó que el primer paso para obtener la alegría es la paz, y
para obtener la paz hay que tener memoria: “No podemos, de hecho, olvidarnos de
aquello que ha hecho el Señor por nosotros, regenerándonos a una nueva vida”.
El
Pontífice señaló que memoria y esperanza son los dos componentes que permiten a
los cristianos vivir en la alegría, no en una alegría vacía, sino en una
alegría de “primer grado”.
“La
alegría no es vivir de risa en risa. No, no es eso. La alegría no es ser
divertido. No, tampoco es eso. Es otra cosa. La alegría cristiana es la paz. La
paz que se encuentra en las raíces, la paz del corazón. La paz que solo Dios
nos puede dar. Esa es la alegría cristiana. Y no es fácil custodiar esa
alegría”.
Por
ello, lamentó que en el mundo contemporáneo la sociedad se ha contentado con
“una cultura donde se inventan “trocitos de dulce vida”, cosas “para
divertirnos”, pero que no satisfacen plenamente. Por el contrario, la verdadera
alegría, la que procede del Espíritu Santo, “vibra en el momento de las
tribulaciones, en el momento de las pruebas”.
“Hay
una inquietud buena, pero hay otra que no es buena, que es la de buscar la
seguridad ante todo, la de buscar el placer ante todo”, concluyó el Papa.
Fuente:
ACI Prensa